martes, 15 de enero de 2013

Construyéndome

Es la primera vez que tengo claro el mundo:
quién es quién,
los lugares que amo,
los sitios que no esperan mi pisada.

Ahora sé en dónde detenerme
y a quién dejar partir.

Ya no me duele el beso que no alumbra.
No hay pérdidas
ni pasados mejores que esta vida.

Existo entre los pájaros como una nube rota
que aprendió de repente a no llover.

Me miro desde arriba
y aunque parezca un párpado de hielo
o una ciudad que inventa la distancia,
nunca supe mejor crearme entre la lumbre
ni encerrar en los ojos cada luna que empieza.

19 comentarios:

Carmen dijo...

Muchas gracias.

Un saludo.

Anónimo dijo...

Carmen, es curioso que siempre estemos aprendiendo y que me siga diciendo —¡va, Miguel! que ya tienes 48 tacos—, curioso que ahí entonces ya debíamos de haberlo sabido, ya forjados, de una pieza. Tal vez por eso me guste tanto la fotografía cuando captas, justamente ese instante, el que toca vivir.

Me gusta mucho tu poema y ni que decir tiene que de ti aprendí en libertad8 a hacer uso de las metáforas, la capacidad de hacerme representar toda una escena con tan solo dos versos, eso era para mi casi imposible y yo ¡ale ale! A imitar, hacer como quien hace. ...Tanto nos debemos unos a otros. Bueno corto el royo y te dejo eso, mi instantánea. Ah, y la estrofa final, eso de “...ni encerrar en los ojos cada luna” me ha llegado.

Un besote grande

Desconcierto dijo...

:)

Desconcierto dijo...

Esta es mi Carmen!!

:)

Esteban Granado dijo...

A mí no se me da muy bien comentar la poesía. Normalmente, cuando intento un comentario suelo engancharme a algún verso especial, que me conmueve y que marca, para mí, el tono del poema. En este caso, ese verso es:
"o una ciudad que inventa la distancia", que me parece fantástico por muchos motivos, entre ellos el de que me gusta mucho incluir temas urbanos en mis poemas.
Bueno, no me enrollo más. Tu poema es como los buenos que recordaba de Alaire, que es donde te conocí.
Besos.

Faro dijo...

Tu poema es una explícita declaración de amor a la vida. Hasta ahí nada extraño. Porque eso lo hacemos todos desde la noche de los tiempos, unos de forma subterránea como el todopoderoso Boyer que se saltaba a la torera al Griñón y entraba clandestino por la noche en su casa, se fumaba sus puros, se bebía su güisqui, y se follaba a su mujer, cuando la Preysler estaba buena. Y, ya puesto, hasta es posible que le diese un último toque a los presupuestos del Estado, entre orgasmo y orgasmo, que es cuando al macho le entra la lucidez más plena.
Otros empezamos paletos y acabamos patéticos, como el dulzón Marichalar comprándose pantalones o yo quitándomelos a destiempo. Hasta la simia esa sevillana fue top en internet por gustarle lo más natural, ya ves qué cosas.
Porque aquí todo es cuestión de interpretar las maneras de vivirse.
Tú lo haces desde arriba y desde dentro, dejando claro una cosa innegociable: que te sabes.
Y que al mismo tiempo, arquitecta de ti misma, has dejado de ensimismarte para convertirte en hija del sol o uno de sus ejemplos (no bastan las libélulas para anunciar el verano, son más creíbles las mujeres que rechazan de entrada los dientes fríos).
Me parece que te has pasado en hermosas evidencias y ahora nos puede la ebriedad a los que nos creíamos salvajes y resulta que por tu culpa zumbamos alrededor sonámbulos de saborearte aún más y más lejos, porque la belleza para los plebeyos no pasó de ser nunca más que un presentimiento, como eran las niñas ricas en abalorios y caudales en los tiempos de Maricastaña.
Esta proclamación que hoy dictas, como un joven altavoz sindicalista lleno de sabiduría y de sueños, es la mejor conclusión a que puede llegar cualquiera que se considere a sí mismo más que un mínimo misterio: de la devastación más agonista se puede salir sin secuelas.
Y no solo eso: sale una mujer, como diría un bárbaro tertuliano, más perfecta.
¿Por qué será que no me extraño? Quizás porque te llevo ventaja, te he ganado por la mano en esto de ser mirón a conciencia, y tengo de ti un sentimiento anticipado. Cuestión de tiempo, yo ya estuve adonde tú todavía no estuviste.
Cuando llegues, sabrás entonces que el agua jamás vuelve a la fuente, que nadie puede parar la obsesión de las montañas para seguir creciendo, que es imposible ir derechos a la muerte sin tropezarse por el camino con la vida, que un pecho a veces no es bastante para dejar la cabeza y olvidarse, que no es aconsejable despertar del todo porque eso duele, que quizás la solución esté simplemente en dejarse.
En cuestiones de amores, yo soy adicto a la botica de la abuela: ahora tengo una cita que se llama Candela, tendría veinte años y vive en la inocencia de no haber sido. Déjame que te diga que en las noches frías ella me abraza.

Un beso.

Faro dijo...

Catorce es también una edad hermosa, catorce años verticales y torbellinos que deben dar mucho gusto a un padre y a una madre que los miran en Candela de la mano, mientras revientan a su vez en ganas de vivirse. Todavía o más que nunca.

Ramón Carballal dijo...

Un poema magistral, Carmen. Es posible que escribas poco, pero es indudable que llevas el adn de la poesía en la sangre.

Pilar Morte dijo...

Amiga Carmen: Sigues escribiendo cuando el alma te lo pide con los mismos versos íntimos y auténticos que un día me cautivaron.
Cómo te echo de menos en A...
Besos con ánimo
Pilar Morte

Carmen dijo...

Todos aprendemos de todos, Miguel,a mí, por ejemplo, también me encanta la fotografía, de hecho, creo que sería muy feliz si aprendiera ese arte porque lo disfruto mucho desde el otro lado, el de espectadora... Lo importante es que seamos capaces de llenar la vida de esas cosas que nos mantienen en constante aprendizaje... La vida es eso y nunca jamás se llega al final, ahí está la gracia, se tenga la edad que se tenga. Me encanta encontrarte por aquí, amigo.

Otro besote.

Carmen dijo...

Supongo que te ha gustado, Antonio.... no??? ja ja ja... Un beso, espero que estés muy bien.

Carmen dijo...

Hola Esteban, no hace falta comentar, en un foro a lo mejor aquí con que me leas y te guste yo tan feliz... Yo también uso mucho lo urbano cuando escribo, vivo en una ciudad grande y eso me marca como a otros les marcará vivir cerca del mar... Me encanta haberte recuperado al margen de cualquier otro sitio, nos llevamos bien cuando "hablamos"...

Un beso y mi alegría por tenerte aquí.

Carmen dijo...

Que a estas alturas sigas por aquí me emociona, Ramón... Paso rachas, pasé otra (una vez más) de sequía absoluta. Ahora escribo poco pero escribo... No sé si tengo el adn, sí sé que si la poesía hubiera sido un capricho en mi vida hace rato que la hubiera abandonado... Excusas no me han faltado. Pero no, creo que yo sin poesía no sería yo y aún cuando no la escriba "la siento" y "la vivo" de igual forma...

Qué bien que estés, amigo. Un beso.

Carmen dijo...

Ahora escribo menos, Pilar... Antes era casi obsesivo y no había día que no escribiera al menos un verso... Ahora escribo justo cuando tú dices, cuando me lo pide el cuerpo y también cuando las circunstancias externas son apropiadas porque mi vida ha cambiado bastante y no tengo ni la tranquilidad, ni la intimidad, ni el estado de ánimo de antes... Ahora, tal vez, escriba sólo lo que me resulta imprescindible echar hacia afuera...

Un beso para ti, guapa. Y gracias por venir a verme.

Carmen dijo...

Saberse sí me sé... tal vez porque me pienso demasiado y eso que, a veces no debe ser bueno, sin embargo sí sirve para tener medianamente claras las tres o cuatro verdades que importan. Yo creo que todos estamos construyéndonos toda la vida y pobre del que piense lo contrario y se crea que ha alcanzado algún tipo de perfección... Y, además, si la realidad falla, que a veces lo hace, siempre nos quedan los sueños... Candela es un ejemplo, tenga los años que tenga, un día tú y yo decidimos crearla y aunque no sea más que una promesa incumplida, es tan hermosa que merece la pena pasarse la vida contándole una historia...

Un beso.

P.D. No es que te saltara es que donde pone promesa escribí "compresa", jajaja, estoy fatal pero fatal... obviamente no iba a dejar ese palabro absurdo en el contexto ahí, así que tuve que eliminar y volver a escribir porque que yo sepa aquí no se puede editar. O sí??? Porque a lo mejor resulta que sí y me entero ahora, cosa que tampoco me extrañaría nada, jeje.

VICTOR VERGARA dijo...

Pues "una compresa incumplida, es tan hermosa..." también queda bien, jjjjj

Me encanta el poema, especialmente la última estrofa. Huele a experiencia, a sabiduría, a conciliación de cosas... Y la verdad es que cuando se llega a este punto, se empieza a gozar de cierta serenidad interior; que nunca viene mal, jjj
Esa serenidad interior da confianza y energías para enfrentarnos contra lo que verdaderamente importa, como es, la delincuencia de alto standing amparada en nuestros bienintencionados votos, jjj

Un beso


MiLaGroS dijo...

Me ha encantado. precioso.Un beso.

Carmen dijo...

Victor... jajaja... Otra vez dejo lo de la compresa, ese tipo de errores hay que dejarlos, casi que tienes razón... Respecto a la sabiduría interior, bueno, la vida te hace aprender ciertas cosas te guste o no te guste... Nadie se libra de eso y, por supuesto, de nada sirve si luego se usa mal en las urnas, jajaja... Me encanta leerte aquí. Mil gracias, guapo.

Carmen dijo...

Me alegro mucho, Milagros, y me encanta encontrarte por aquí. Un beso.