jueves, 20 de diciembre de 2012

Todavía

Todavía me veo escribiendo postales.

Aún viajo en trenes,
aunque algunos apuesten en negro por mi vida
sin saber que no soy otro número más,
ni una estadística,
ni una mujer que acepte las limosnas del tiempo.

Todavía me queda un nombre intacto
en el que caben dos o tres presentes
y un corazón que mancha de sangre lo que toca.

No he perdido,
no me he cansado aún de andar descalza
ni de olerte la piel.
Sé que a ti no te importa mi pecho mutilado
o la sombra que nace en mis rodillas.

Todavía me siento capaz de abrir los ojos
mientras sube la vida por mi espalda.

martes, 11 de diciembre de 2012

Saberse

Hace tiempo que llego tarde a todas las fiestas,
también a las que otros convocan en mi nombre
y qué más da.

Ya sé que soy la excusa de los que nunca duermen,
la más fácil de todas las costumbres,
alguien que no se cree ni a si misma.

Una sombra sin lengua,
enmudecida y sola,
siempre a punto de huir hacia otras manos.

Una mujer infértil
que no quiere poemas que la intuyan,
ni cartas que interrumpan su vacío,
ni escudos que la ayuden a vivirse:
nada que la distraiga de lo que no sucede.

Una mujer que acepta que sólo dura un rato,
como la lluvia,
como la vida frágil de un enfermo.