domingo, 17 de junio de 2007

La ceguera

Te protejo del tiempo, si me dejas,
si me nombras azul en las palabras.
Ajena pero próxima a las nubes,
lamiendo los nombres en tu dolor.
Te protejo de la lluvia de marzo
y de las ciudades abortadas en el tiempo.
Te hago sombra en los círculos,
mientras mis ojos miran tu costumbre.
Pero es pequeña mi mirada. Y antigua.
No sirve para vivir.
Ni para salvar a la noche.
Es sólo una mirada de ventanas abiertas,
de tráfico pasajero.
Un ojo abrazado a la piel de los insectos
para morir.
O para definir la ceguera de los hombres.

2 comentarios:

Desconcierto dijo...

Como naúfrago
llego a tus ciudadescomoislas
como naúfrago
pero con tus letras
como barco
y tus versos
como remos

un beso Carmen

me sorprendió este rinconcito

Carmen dijo...

Me alegra tu visita, Nautna... Espero que se repita... Un beso grande,

Carmen