Me gusta que en tu boca tiemble el agua
porque, cuando haces líquido el idioma,
las palabras se vierten fuera de los renglones
y el mundo se sumerge en un papel.
Mientras hablas de libros,
irrumpe en la memoria la voz de los ausentes
-eres como un olvido que el tiempo desordena,
como un sorbo de lluvia en Marrakech-.
Manchas de sal todos los nombres
y encierras el temor en un cuaderno;
mientras lees, tu tiempo se hace charco.
8 comentarios:
Ya te lo comenté el otro día, te noto cómoda también en estos otros temas, pero claro es que escribiendo como tú escribes es para sentirse cómoda.
Un besazo, niña. Me voy un ratito a la playita, que cualquiera diría que vivo a 500 kms, por lo poco que la frecuento en verano. Ya se sabe, "las olas se suicidan en Agosto" con tanto turista, y yo no voy a ser menos que las olas, jajajaja.
Disfruta la playa que luego viene el larguísimo invierno, ya lo sabemos la dos... Y gracias por acompañar al poema...
Besitos muchos,
Carmen
Carmen, como me gusta leerte, lectora e inductora. Esta vez no digo caramba, y, solo que ya es tarde (hay que dormir),y no quería sino también acompañar al poema.
Un besote
Hola Miguel,
Me alegra que te guste, ya lo sabes y gracias también a ti por acompañar el poema y, además, hacerlo de noche, que es cuando más compañía necesitan las letras...
Un beso grande,
Carmen
No sé cómo he llegdo aquí, pensaría Robinson al despertar en tu playa...
Pero puede ser un bune sitio para descansar.
Abrazos
joder!
bonito bonito, de verdad....
Me alegra que llegaras y me alegra si descansaste...
Gracias por venir,
Carmen
Vaya, Antonio, cuánto me gusta que des señales de vida... Gracias.
Carmen
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