miércoles, 16 de febrero de 2011

Mis días... y mis noches...



Últimamente me sucede algo curioso. Yo nunca suelo soñar o, mejor, nunca suelo recordar lo que sueño y, sin embargo, desde que ando tan mal con la espalda y con la vida limitada, sueño todas las noches y recuerdo los sueños a la perfección. Pero es que, además, esos sueños son totalmente coherentes, parecen una película. En ellos aparecen personas a las que conozco – y las conozco bien - y se comportan en ellos tal y cómo lo harían en la vida real.
Cogemos aviones, perdemos aviones, viajamos, discutimos, nos reímos, visitamos países que existen pero en los que nunca he estado…En fin, son tan alucinantes que más de una mañana me he despertado con una sonrisa de asombro y haciéndome el propósito de escribirlos para no olvidarlos.
Estos días ando leyéndome un libro que se titula “Lo que el día le debe a la noche" y se me ocurre que, en mi caso, la noche –que siempre ha sido tan generosa conmigo- me compensa, a través de esos sueños, de una parte de la vida que el día me roba.
No sé, me gusta creer eso.

6 comentarios:

Desconcierto dijo...

Qué suerte tienes al tener esa sensación tan tan real.
Yo si sueño, y suelo recordar en ocasiones el sueño. No siempre son buenos, pero cuando lo son, el día se hace mucho más amable.

Qué buena esa última reflexión que haces. Quien sabe, igual es así y tu noche 'te cuída' de esa forma...

un beso

Manuel dijo...

Como una roca,
resistes el asedio de la luz
la noche y las tormentas.

Sorteas al destino sin dolor,
petrificas la herida,
contemplas en silencio
los días despechados del hastío
con mirada imapsible.

Viajas la verdad, sin ir más lejos.

Retraes en las imágenes del sueño
ciudades como islas
que caminan con fuego en la memoria
a través del cristal de los ausentes,

absorta en la belleza de una flor.




Hoy quiero regalarte mis versos, Carmen, paridos en la estancia de mis sueños, o mi alma en su razón.

¿Cómo saberlo?...


Un abrazo

Carmen dijo...

Bueno, Antonio, pertenezco al club de los que necesitan contarse mentiras (eso sí, casi siempre piadosas, jeje)para sobrevivir.. Y tú me entiendes porque eres igual.

Un beso

Carmen dijo...

Precioso regalo, Manuel, sobre todo estos días que para nada me siento como una roca...pero, bueno, sí es cierto que aún no pierdo la capacidad de encontrar motivos para ser ciudad a veces, isla lo menos posible...

Gracias muchas.

Un beso.

miss lisbon dijo...

Jajaja!!! Carmen me ha hecho gracias esa reflexión del dolor de espalda con soñar, debe ser por eso que yo recuerdo desde siempre mis sueños. Al igual que a ti muchas veces me brindan una doble vida y me encanta!!!
Un beso enorme!!

Carmen dijo...

Una se tiene que inventar cosas, Carmen, para sobrellevar "esto"... Echo mucho de menos la calle... Beso, te llamo.