Desde pequeña me ha gustado la noche y su silencio. Me encantaba quedarme despierta hasta muy tarde con el pretexto de estudiar. Esa sensación de tener la casa casi entera y casi solitaria para mí me hacía disfrutar de una manera inexplicable. Todavía hoy sigo siendo básicamente nocturna, aunque el trabajo me obligue a alterar mi ritmo natural casi todos los días de mi vida.
Cuando compartía piso con compañeras de estudio, manteníamos conversaciones nocturnas sobre las cosas más insospechadas. Charletas y confesiones que, a veces, duraban toda la noche. En pijama, con mucho café, con cigarrillos, con copas... Fueron instantes muy próximos a la felicidad.
Todavía, a día de hoy, a veces se repiten.
En dos o tres ocasiones al año, las amigas nos las apañamos para aparcar hijos, maridos, novios y otros condicionantes de nuestras vidas y nos vamos de viaje juntas y solitas.
Viajes cortos, a lo sumo tres o cuatro días. Lo de menos suele ser el sitio. No vamos de ligues ni de juergas agotadoras. Nos lo pasamos tan bien juntas que lo único que hacemos es reírnos hasta el cansancio y hablar...
Soy tremendamente afortunada por tenerlas cerca esas noches aunque también soy consciente de que la vida se nos va complicando más y más y que lo más probable es que esos viajes terminen dejando de existir.
Cuando compartía piso con compañeras de estudio, manteníamos conversaciones nocturnas sobre las cosas más insospechadas. Charletas y confesiones que, a veces, duraban toda la noche. En pijama, con mucho café, con cigarrillos, con copas... Fueron instantes muy próximos a la felicidad.
Todavía, a día de hoy, a veces se repiten.
En dos o tres ocasiones al año, las amigas nos las apañamos para aparcar hijos, maridos, novios y otros condicionantes de nuestras vidas y nos vamos de viaje juntas y solitas.
Viajes cortos, a lo sumo tres o cuatro días. Lo de menos suele ser el sitio. No vamos de ligues ni de juergas agotadoras. Nos lo pasamos tan bien juntas que lo único que hacemos es reírnos hasta el cansancio y hablar...
Soy tremendamente afortunada por tenerlas cerca esas noches aunque también soy consciente de que la vida se nos va complicando más y más y que lo más probable es que esos viajes terminen dejando de existir.
6 comentarios:
Lindo texto, que llena de brisa el corazón.
Quizá escriba alguna vez algo sobre todos los entresijos de la noche. Tiene tanto escondido en su interior... Y claro, como todo el mundo cierra los ojos, pues se lo pierde, jaja
También he vivido esas madrugadas entre amigos. En cuato a los viajes eran un poco diferentes. En el paquete se incluía de todo :)
PD.
He estado fuera y al volver me he encontrado el MSN conectado. No sé si aquí hay fantasmas o este ordenador está como una cabra, porque hace un siglo que no hablo por MSN. Buahh, seguro que serán mis despistes :))
Buen descanso.
Ya, ya sé que los viajes de chicos deben ser diferentes... también las relaciones entre ellos... No voy a ser mala del todo pero aunque las mujeres tengamos mala fama en cuanto a la manera de relacionarnos entre nosotras, creo que nuestra amistad va mucho más allá que la vuestra... Tal vez menos noble y mucho más quisquillosa pero también mucho más rica en matices... Siempre he pensado que la mayoría de los hombres son colegas y no amigos... Pero igual es un defecto de género sólo mío...
Besotes, y cuida a esos fantasmas.
No sé si es cuidar a los fantasmas o cuidarme yo, porque siempre tengo la cabeza a las tres y cuarto (como se dice por aquí). Es decir, en despistes múltiples y varios.
Buena semana, Carmen. Que tengas, sino buen trabajo, al menos sonrisas besos y caricias :)
Muchas gracias, Víctor, por tu compañía y por tu paciencia...
Besotes gordos,
UHm... Carmela, pues es verdad, hay momentos con amigas y sobre todo en ese tipo de noches que son irrepetibles, innolvidables y muy especiales.
Creo, que a lo mejor no siempre serán iguales o con las mismas, pero los que han sido pues eso, innolvidables igual que los que vendrán y todos irrepetibles.
Yo también me acuerdo de ellos muchas veces, eso innolvidables...
Tienes razón,no siempre serán las mismas ni con las mismas personas... es que, a veces, tengo días tontos...
Un beso muy grande.
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