martes, 30 de diciembre de 2008

Alguien

Alguien, en algún lugar del mundo, se me parece... Tendré que cargar todo el peso del atlas sobre mis hombros y salir a buscar... Porque la vida es muy corta y mi responsabilidad con ella muy grande... A veces ese otro mundo se encuentra sólo a la vuelta de la esquina, esperándonos... Otras veces es preciso recorrer miles de kilómetros para encontrarlo... O para encontrarnos.

viernes, 19 de diciembre de 2008

ERE

Al fin llegó el día.
Ayer a las seis de la tarde para hacernos pasar unas buenas Navidades el Comité de Dirección de mi Empresa nos reunió para anunciarnos que tiene la intención de despedir a la mitad de la plantilla e iniciar un ERE (Expediente de Regulación de Empleo).
No por esperada la noticia deja de joder cuando se oye en vivo y en directo.
Primera sorpresa el número desmesurado de despidos teniendo en cuenta que es una empresa que ha estado ganando dinero a espuertas durante quince años y que a la primera dificultad opta por la vía de prescindir de la gente (bastante fiel, por cierto) que ha hecho posible ese proyecto sin aguantar el tipo ni siquiera un tiempo medianamente prudencial.
Segunda sorpresa: una empresa que da beneficios desmesurados, echa a la calle exactamente al porcentaje de gente del que necesita prescindir para seguir teniendo no sólo beneficios, sino los mismos beneficios desmesurados. No creo que el coste de una crisis en una empresa la deban soportar sólo los trabajadores, algo les debe de tocar a los que en realidad ganan de verdad la pasta. O sea, despide a menos gente y gana un poquito menos, que no se os pide que perdáis, leches.
Tercera y más dura sorpresa. Yo soy una romántica y dentro del dramatismo de la situación pensé que los compañeros íbamos a hacer una piña y hasta le veía el lado hermoso a eso de luchar o de tener algo justo por lo que luchar.
El comunicado fue ayer. Hoy hemos tenido dos asambleas porque ahora hay que elegir representantes, presentar candidaturas, bla, bla, bla... y con lo visto hoy he tenido suficiente para afirmar que, en general, el género húmano es deleznable. Que cada uno guarda su culo. Que la solidaridad es sólo una palabra con significado vacío. Que, en el fondo, somos esclavos y estamos encantados de serlo.
Si llego a grabar lo vivido esta mañana y lo proyecto en algún sitio como una Asamblea de Trabajadores amenazados con un ERE creerían que era un video chiste de esos que mandan a los programas de la tele.
Ha habido un momento en el que creí que alguien iba a dar hurras a la empresa por ser tan buena e ir de tan buena fé con nosotros. Hay quiénes hasta están en contra de buscar abogados o asesores porque confían en el buen hacer de la empresa.
En fin. Presenté mi candidatura y ya estoy pensando en retirarla porque visto lo visto sé que voy a sufrir más de la cuenta por algo que al final voy a tener que tragarme con patatas, unido a la gran decepción que, cada día más, me provoca el género humano.

domingo, 14 de diciembre de 2008

La noche y la amistad

Desde pequeña me ha gustado la noche y su silencio. Me encantaba quedarme despierta hasta muy tarde con el pretexto de estudiar. Esa sensación de tener la casa casi entera y casi solitaria para mí me hacía disfrutar de una manera inexplicable. Todavía hoy sigo siendo básicamente nocturna, aunque el trabajo me obligue a alterar mi ritmo natural casi todos los días de mi vida.
Cuando compartía piso con compañeras de estudio, manteníamos conversaciones nocturnas sobre las cosas más insospechadas. Charletas y confesiones que, a veces, duraban toda la noche. En pijama, con mucho café, con cigarrillos, con copas... Fueron instantes muy próximos a la felicidad.
Todavía, a día de hoy, a veces se repiten.
En dos o tres ocasiones al año, las amigas nos las apañamos para aparcar hijos, maridos, novios y otros condicionantes de nuestras vidas y nos vamos de viaje juntas y solitas.
Viajes cortos, a lo sumo tres o cuatro días. Lo de menos suele ser el sitio. No vamos de ligues ni de juergas agotadoras. Nos lo pasamos tan bien juntas que lo único que hacemos es reírnos hasta el cansancio y hablar...
Soy tremendamente afortunada por tenerlas cerca esas noches aunque también soy consciente de que la vida se nos va complicando más y más y que lo más probable es que esos viajes terminen dejando de existir.

lunes, 8 de diciembre de 2008

A Madrid

Aquella noche era Madrid un gesto,
una ciudad enferma.
La calle sin final
que buscan los noctámbulos.

Un rostro que se seca la mirada
en la culpa del mundo.

Si pudiera apagar la voz del miedo,
salvar a este rincón de sus pecados.

Verter en sus aceras la semilla del mar.

Ser la mano que riega su miseria.
Los ojos que disecan la sombra de sus pájaros.

jueves, 4 de diciembre de 2008

Paul Auster y otros



Hoy me he comprado el último libro de Auster. Con Auster me pasa como con Murakami, soy incapaz de no comprarme todo lo que publica. Siempre he sido tremendamente apasionada con mis amores literarios. Cuando un autor me gusta lo agoto. Exprimo su lectura hasta tal punto que luego, durante bastante tiempo, soy incapaz de volver a leer nada suyo. Como en otras muchas cosas soy una extremista. Me sucedió hace años con Kundera. Y hace más años todavía con García Márquez, Sábato y Cortázar. Así que me temo que no tengo remedio.