Se ha llevado con él todos mis trenes
y el disfraz de mi rostro cuando sueña.
Me ha dejado los cromos de ciudades vacías
y un temblor de teléfonos sin línea.
Ha cortado mis trenzas
y ha convertido en cicatriz mis ojos.
Me ha dejado una arruga sin ventanas
y la triste costumbre de las sombras.
8 comentarios:
Precioso Carmen. Tú y tus ciudades.
Así es lo que queda, el aliento que nos cubre, poco a poco.
Un abrazo, guapa.
Marian
Carmen
mi cabezita se queda a la disposicion de tus palabras
y no se me quedan imagenes guardadas
en esto de leerte
saludos
eSTEBAN
No sabes cuánto me alegra verte por aquí, Billy...
Todo un placer.
Un beso,
Carmen
Me gusta mucho este poema. La cicatriz que se eterniza en nuestros ojos.
Un abrazo.
Otro abrazo para ti, Marian...
Grande.
Carmen
Pues, no sé si eso es bueno, Esteban...jajaja... Es broma...
Me encanta que vengas... Besos hasta cerquita.
Carmen
Otro abrazo grande para ti... Si a ti te gusta no estará mal del todo (jajaja)...
Gracias.
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