Yo sólo quiero volver a esa rutina de manteles que cuelga de las sobras de los días. Apartar de sus labios las preguntas. Ser la noche dormida. El invierno encendido en las ventanas. La boca que se esconde tras un verso. Transcurrir por los meses sin zapatos. Valiente como un pez que le pierde el miedo al aire. Y descalza y desnuda fingir que la costumbre no es un túnel que exige la derrota de la luz. |
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