Porque no tienes nombre
piensan que es fácil ignorarte,
enterrar tu presente
o tapiarte la boca con el ruido.
Procedes de un lugar cubierto de cerrojos,
de una historia sin vida.
Si te quedas aquí, verás que existen magos,
aprendices de lunas;
hombres que se bautizan después de cada sueño,
seres a los que el tiempo no envejece:
viajeros de la luz.
Tampoco tienen nombre;
nacieron sin la cuerda en la garganta.
Como tú libres
y, como tú, olvidados.
2 comentarios:
Me gusta el poema.
Creo que también elegí quedarme ahí -sin nombre-, entre los libres y olvidados. Pero como dices, la compañía en este lugar es magnífica.
Saludos desde la taberna.
A mí me gusta que tú me acompañes... Muchas gracias por venir.
Un beso,
Carmen
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