Arden trozos de sol en la cocina
mientras, fuera los mapas nos persiguen
con un gesto de luz que es innombrable.
Me amas tan desnudo como el tiempo,
dormido como el barro,
hambriento como un pez sin recorrido.
Me amas.
Y en dos palabras cabe todo el mundo.
6 comentarios:
Desnudo y con calcetines, no, verdad? jajajaja.
Perdona mis ganitas de cachondeo.
En esas dos palabras siempre ha cabido el mundo.
Precioso, Carmen, precioso e intenso.
Un besazo
Me encanta pasearme por aquí, y recrearme en la visión de Marguerite, buscando la luz en la memoria antigua, como una carta escrita sobre los desfiladeros del recuerdo que aún conservan las huellas de su alma y su infinita belleza.
Y también sorprenderme en tus palabras...
mientras, fuera, los mapas nos pesiguen como un gesto de luz que es innombrable.
Sí, en dos palabras cabe todo el mundo, Carmen, y tu universo de sensaciones.
Un beso
Manuel
Ana, mira que eres mala, jajaja...
Un beso y, gracias, como siempre, por la complicidad y la sonrisa.
Un besote. Te quiero,
Carmen
Todo un mundo es el que cabe en tus poemas cada vez que se derraman...
Un abrazo
MArian
Bueno,es que Marguerite era mucha Marguerite... No sabes como agradezco tu paseo y que te fijaras en ella...
Un beso, Manuel.
Carmen
Abrazos para ti, Marian. Y gracias por acercarte. Muchas.
Carmen
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