Soy enemiga de tu sombra
porque no vierte en mí su liquidez.
Porque no se hace fuente, ni clamor,
ni arañazo en el hombro,
ni torre demolida por el agua;
ni aliento tras la nuca;
ni escarcha derretida en el ombligo.
Porque es su boca un sótano sin luz,
un hueco en el cemento,
el foso en el que beben los que no tienen lengua.
6 comentarios:
Hay bocas con más luz que el Santiago Bernabeu. Es cuestión de abrir bien los ojos.
Yo es que me quedo sin palabras. En éste, pese a su métrica perfecta, has vuelto a ser la Carmen que conocí hace tres años, la "Carmenpiel".
Un besazo de buenos días.
Muy duro y decicido el poema.
Fuerte y con carácter como tú, Iglesias.
Me gusta.
me sorprendo cada vez que consigo poetas DE VERDAD en internet...
No creo demasiado en las bocas con luz, la verdad... Y lo de la piel pues, bueno, tal vez le siente mejor a mis poemas que a mí...
Un besote, Ana.
Soy fuerte yo? Con que buenos ojos me miras, Amparo.
Besote.
Bueno, Bencho, a mí me alegra que hayas llegado hasta aquí y ójala te quedes.
Un saludo
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