domingo, 12 de agosto de 2007

Dale recuerdos al tiempo

Quise reencarnarme en un trazo
que dividiera en dos la perfección
de los abecedarios.
Dale siempre recuerdos al tiempo de mi parte
porque, con una sola letra,
levantó ventiscas en la costumbre
de masticar la noche a solas.
Dile a esa frase sin terminar
que multiplique el efecto sonoro
de nuestro yo más incompleto.
No es suficiente recrear palabras
para acallar el ritmo
de unas horas que sólo dibujaron carencias.
Y, de nuevo, trazar interrogantes
ante ese porvenir de aguas saladas
que no anuló el efecto de los jueves.
- Huir, tarde, de las sombras.-
Dile al diptongo de mi boca sobre tu boca
que traduzca el sabor de mi saliva
en el trazo imposible de un mañana.

Resumir

Mientras un mosquito destruye su hora
en nuestro oído,
yo recuento los dedos de tu mano
intentando resumir
los días que no están.
Pero sigo sin saber si es amor
o sólo la cosquilla de un estómago
con hambre.