jueves, 30 de julio de 2009

Tatuajes


He decidido tatuarme la sombra de Peter Pam cuando vuelva de las vacaciones, así les doy definitivamente la razón a todos aquellos y aquellas que en su día me acusaron (y me acusan) de tener ese síndrome. Efectivamente, me niego a crecer con todo lo que significa. 

domingo, 26 de julio de 2009

Olvidados

Porque no tienes nombre
piensan que es fácil ignorarte,
enterrar tu presente
o tapiarte la boca con el ruido.
Procedes de un lugar cubierto de cerrojos,
de una historia sin vida.
Si te quedas aquí, verás que existen magos,
aprendices de lunas;
hombres que se bautizan después de cada sueño,
seres a los que el tiempo no envejece:
viajeros de la luz.
Tampoco tienen nombre;
nacieron sin la cuerda en la garganta.
Como tú libres
y, como tú, olvidados.

jueves, 23 de julio de 2009

Empatía

Empatía: capacidad cognitiva de percibir en un contexto común lo que un individuo diferente puede sentir.
O sea, vulgarmente hablando, ponerse en el lugar de los otros, tratar de entenderlos, justificarlos, aceptarlos con sus dudas y errores, darles siempre esa última oportunidad que, sin saber muy bien por qué, tú crees que merecen.
Esto que puede sonar tan hermoso llega a ser un defecto sobre todo cuando descubres que la mayoría de la gente no es empática y que tu exceso de empatía te lleva a comprender lo incomprensible y a aceptar lo inaceptable.
En fin, que se trata, según parece, de que cada uno mire su propio ombligo... pues olé, nunca es tarde para aprender.
Propósito uno: no volver a darle oportunidades a quienes sabes que no se las merecen. Propósito número dos: fomentar la sordera y, nunca jamás, hacer el más mínimo esfuerzo por intentar comprender y aceptar.
Naces solo, mueres solo, y, entre medias, encuentras gente, la mayoría de paso, pocos son ese tesoro que uno lamenta perder. Por eso el instinto de supervivencia acaba exigiéndonos la selección y, cuando es necesario, el olvido.

sábado, 18 de julio de 2009

Tu rostro mañana (intérpretes de vida)


Estoy leyendo la trilogía Tu rostro Mañana de Javier Marías y me tiene totalmente entregada. Prácticamente sólo leo de noche y en la cama y, aunque soy bastante noctámbula, hace días que anticipo la hora de acostarme. La historia me reclama como un imán.
El inicio de la primera parte que se titula, Fiebre y Lanza, no se me hizo fácil. Javier Marías no es una lectura que resulte sencillo abordar. Para empezar, a penas utiliza los diálogos y, cuando lo hace, son más bien monólogos, interminables divagaciones sobre un mismo tema que podrían llegar a cansar si no fuera porque los temas que aborda son, para mí, apasionantes. No se me ocurre nada más interesante que hacer en la vida que lo que hace el protagonista de la historia: interpretar vidas, adivinar, gracias a un don especial, lo que cada uno de nosotros, de ellos, seríamos capaces de llegar a hacer en situaciones límites. Ser capaz de ver lo que ocultamos, lo que ni siquiera a nosotros mismos nos es dado saber.

Efímero

Haces bien en creer en la ceguera
porque es falsa esa llama que se prende en la noche.
La alimenta una sombra sin perfil,
la apaga la saliva;
un simple soplo borra su reflejo.

viernes, 10 de julio de 2009

Un silencio

Rozo la palma de tu mano
y en el centro hallo el hueco de un dolor
que no me pertenece;
una línea de sal que es ilegible,
un mapa que la piel no desordena.
Apenas si te encuentro en el enigma,
permaneces inmóvil,
velado como un sobre sin abrir.
Misterioso y distante,
oculto en la lectura del silencio.
Nunca hablas:
afirmas que la voz es de los débiles.

lunes, 6 de julio de 2009

Grises

Sin un trozo de lluvia que llevarse a la boca,
seco como el portal de aquella plaza,
sin cocer, como el pan que nos comemos y nos sabe a rincones.
Ambiguo y sin sentido,
así es el trazo de las cosas grises;
sin duende,
sin el olor que anuncian las tormentas,
negro como el final de una película.
Sin magia y sin asombro,
como esta larga noche que trepa por mi vientre
y se bebe la luz de un nombre extraño.