viernes, 13 de julio de 2007

O vivir en tu vientre

Mi sofá orienta su nombre hacia Roma.
Quiere recordar sus calles
cuando te abrazo sobre los muebles viejos.
Cuado araño en ti el espejismo del dolor,
las palabras que, apenas, nombraron luz
y esa trampa seca de los raíles
que observan el recorrido del tiempo.
Yo observo la lentitud del mundo desde tu hombro.
Cuando te miro,
mis dedos ya no recorren los mapas,
se detienen, lentos, sobre la aurora.
Pudieran apagar en ti la edad.
Rescatarte de las ciudades muertas,
de esa antigüedad de árboles sin nombre
que predicamos desde la ventana.
Como si fuera posible morir
en los espejos.
O vivir en tu vientre.

6 comentarios:

Víktor Gómez Valentinos dijo...

No dejes, por favor, que la sensatez normativa o el reconocimiento social te desvien de esa "santa deriva" desde la que escribe una estela sin mañana tu palabra viva.
En lo preciso y en su suave fulgor suficiente el álamo incendiado de tu voz es bosque y noche y resplandor que guía hacia la aventura a los que nomadean sin capitan ni bandera.

Tu Viktor

Carmen dijo...

Nunca dejo que suceda eso, Viktor, por eso soy imperfecta... No sabes como me gustó tu comentario.... Un beso.

IBEN dijo...

Miamiga, Carmen Iglesias. No frecuento blogs aunque me invitan a centenas de ellos. No tengo blog,aunque deberia tener una webpage como arquitecto, pero es tal vez mi resistencia a ser demasiado virtual que lo ha evitado. No tengo tiempo para nada y por eso me doy algun tiempo para estar en dos o tres ventanas paralelamente en mi laptop en los mas inusitados lugares. Para eso que sirve un provedor "wireless".
Sin embargo te digo que me ha dado un inmenso placer visitar tu blog. Eres una poetisa que mucho respeto y acompano. Seguramente una mujer sin igual tambien. Yo soy solamente un arquitecto que escribe esporadicamente y no queria dejar de pasar por aqui para "escribir' y dejar mi testimonio.

Besos - Iben Xavier

Carmen dijo...

Me ha alegrado mucho tu visita, Iben... y más si no acostumbras a visitar blogs. Por aquí andamos en constante reconstruscción... Por cierto, sólo soy una mujer que trata de escribir poesía... así que estamos iguales... Un saludote.

Pedro Arguedas Ibáñez dijo...

Este poema me obsesiona. Este poema es el eco de unos pasos al otro lado de una frente que sueña una verdad innombrable. Este poema es una trampa de miel negra para moscas sedientas de misterio. Este poema es sagrado y me hace sangrar.

Carmen dijo...

Pedro, ni siquiera sé si es "correcto" contestar comentarios en un blog propio pero no puedo resistirme a decirte que siempre, siempre, este poema va a recordarme a ti...

Un besazo y gracias a mil por volver.

Carmen