sábado, 28 de marzo de 2009

Herencias

Se ha llevado con él todos mis trenes
y el disfraz de mi rostro cuando sueña.

Me ha dejado los cromos de ciudades vacías
y un temblor de teléfonos sin línea.

Ha cortado mis trenzas
y ha convertido en cicatriz mis ojos.

Me ha dejado una arruga sin ventanas
y la triste costumbre de las sombras.

8 comentarios:

Anónimo dijo...

Precioso Carmen. Tú y tus ciudades.

Marian Raméntol dijo...

Así es lo que queda, el aliento que nos cubre, poco a poco.

Un abrazo, guapa.

Marian

La Habitacion invisible dijo...

Carmen
mi cabezita se queda a la disposicion de tus palabras
y no se me quedan imagenes guardadas
en esto de leerte
saludos
eSTEBAN

Carmen dijo...

No sabes cuánto me alegra verte por aquí, Billy...

Todo un placer.

Un beso,

Carmen

Lobo dijo...

Me gusta mucho este poema. La cicatriz que se eterniza en nuestros ojos.

Un abrazo.

Carmen dijo...

Otro abrazo para ti, Marian...

Grande.

Carmen

Carmen dijo...

Pues, no sé si eso es bueno, Esteban...jajaja... Es broma...

Me encanta que vengas... Besos hasta cerquita.

Carmen

Carmen dijo...

Otro abrazo grande para ti... Si a ti te gusta no estará mal del todo (jajaja)...

Gracias.