sábado, 19 de diciembre de 2009

Los paredones de primavera




No enseñaré a mi hijo a trabajar la tierra
ni a oler la espiga
ni a cantar himnos.
Sabrá que no hay arroyos cristalinos
ni agua clara que beber.
Su mundo será de aguaceros infernales
y planicies oscuras.

De gritos y gemidos.
de sequedad en los ojos y la garganta.
de martirizados cuerpos que ya no podrán verlo ni oírlo.
Sabrá que no es bueno oír las voces de quienes exaltan el color del cielo.

Lo llevaré a Hiroshima. A Seveso. A Dachau.
Su piel caerá pedazo a pedazo frente al horror
y escuchará con pena el pájaro que canta,

la risa de los soldados
los escuadrones de la muerte
los paredones en primavera.

Tendrá la memoria que no tuvimos
y creerá en la violencia
de los que no creen en nada.

De Todos los poemas, Monteávila Editores,1994

8 comentarios:

info dijo...

Ufff Carmen, impresiona este poema porque la mayoría del planeta sobrevive con los ojos cerrados y clavando el pico en la tierra. No se podría decir de mejor manera ¿te importaría que tomara prestado este poema para mi blog e intentara ilustrarlo?

Gracias por traerlo

Marina Centeno dijo...

Un gran hallazgo tu blog, Carmen. Me enlisto a tus lectores.

Saludos.

Carmen dijo...

Ya sabes que el poema no es mío y lo puedes coger cuando quieras, acabo de colgar la magnífica imagen que has creado para él. Gracias muchas, Alicia.

Y besitos.

Marian Raméntol dijo...

Fabulosa y otro descubrimiento que me apunto en letras rojas.

Gracias CArmen, y Felices Fiestas.

MArian

Anónimo dijo...

Me gusta saber de poemas como éste, Carmen. Me gusta que la exaltación de un cielo pueda ser vista como una traición: Lamentablemente existe siempre una realidad mayor, y ahí los poemas casi no alcanzan a descifrarlo, cuanto a penas quedando ese pequeño matiz , para sí, reclamando una memoria.

Buena elección para igualar en fechas como ésta.

Un besote
Miguel

Carmen dijo...

Un placer para mí que lo hagas, Marina. Saludos para ti.

Carmen dijo...

Felices Fiestas para tí, Marián. Me alegra que gustara Miyó, yo la adoro.

Un beso.

Carmen dijo...

Hola Miguel,

Me da alegría verte por aquí, hacía tiempo que no sabía de ti. El poema, para mi gusto, es efectivamente, genial y, como tú dices, para reflexionar en estas fechas tan "hipócricamente felices".

Un besote,

Carmen