Dame paz y te haré un hogar en la gruta,
un territorio de sonámbulos
al que arribar los días de más frío.
Un rincón que se inicie en las tinieblas,
como el salón de esas mujeres
que se extirpan los ojos a cambio de una voz.
Si me arrancas el nombre, seré ciega,
creceré hasta el eclipse
y allí donde los otros ven espejos
yo inventaré una vida sin balcones,
un refugio de bruma,
un túnel que nos libre de la luz.
Serán nuestros la noche y sus enigmas.
Me haré de sombra y cuevay al fin tendrás el cuerpo oscuro que demandas.
10 comentarios:
Carmen, este poema es otro de esos que me mueven de pies a cabeza.
Hay mucho detràs de las palabras, y el final...esa oscuridad que veo como luz interna.. en fin es difìcil -a veces o siempre- transmitir lo que a uno le dice un texto, me encantò, un abrazo, Luna.-
Muy desgarrado poema, Carmen.
Te posicionas al otro lado del abismo y eso siempre es apasionante.
Un besazo
Otra de tus certeras maravillas, tus poemas caen y se aposentan en el estómago, Carmen, siempre han tenido el poder que quedarse ahí, como rocas, sobre los labios.
Besos
Marian
Hola Carmen,
Me ha gustado mucho este poema, tiene unas imágenes muy buenas, utilizas un lenguaje que me gusta y al empezar a leer me ha parecido que me transportaba a un futuro extraño.
Me quedo en tu blog.
Gracias y saludos
Me alegra que te gustara, Luna... y que me lo cuentes aquí, en mi casa.
Abrazo grande
Lo mío no son las medias tintas, Alicia... Me encanta que vengas, lo sabes. Besote.
Me gustan las rocas y me gusta el estómago, Marian, mucho más que las flores o el alma... Gracias por seguir viniendo.
Besote.
Gracias, Antonio. Me di una vuelta por el tuyo y me pareció muy interesante. Si me das permiso te agrego.
Saludos.
Hermoso conjunto de palabras, ante ti sólo soy otra amateur...
A tus pies
Alondra
Todos somos amateurs, Alondra y pobre y del que crea otra cosa, jeje.. Gracias por venir.
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