Ayer, por primera vez en mucho tiempo, me sentí "casi feliz" por algo tan sencillo como que pude ("y me dejaron") ir y venir sola al Hospital y elegir cómo hacerlo. Mi adorada independencia... Recibí buenas noticias médicas pero, sobre todo, disfruté por primera vez en mucho tiempo de mi soledad en las calles frías de Madrid.
Y mientras caminaba tuve un presentimiento, el presentimiento de que, al fin, después de estos meses horribles, las cosas van a volver a su sitio. Ya no soy ni volveré a ser nunca la misma pero ahora sé algo nuevo de mí: que soy capaz de soportar el dolor con cierta dignidad y que tal vez eso me convierta en alguien mejor ante mí y también en mi relación con los otros.
Y mientras caminaba tuve un presentimiento, el presentimiento de que, al fin, después de estos meses horribles, las cosas van a volver a su sitio. Ya no soy ni volveré a ser nunca la misma pero ahora sé algo nuevo de mí: que soy capaz de soportar el dolor con cierta dignidad y que tal vez eso me convierta en alguien mejor ante mí y también en mi relación con los otros.