Siempre he pensado que el erotismo, como casi todo, reside en el cerebro. En un momento dado puede excitar mas una voz que una mano, una mirada que un roce, lo que no se hace que lo que se hace.
Tal vez el deseo nazca en los pequeños detalles y no en esa herramienta que llamamos cuerpo.
No me funcionan los acentos pero tenia ganas de decir algo.
5 comentarios:
Carmen, tienes un espacio lleno de sensibilidad y vida.
Exhalas delicadeza y fuerza a la vez y estas emociones encontradas te hacen especial.
Espero no perderme por la red y volver a menudo por aquí.
Me encanta haberte encontrado.
Un abracito
A mí también me encanta que me hayas encontrado y, efectivamente, espero que no nos perdamos por la red.
Un abrazo
Y...
La imaginación es tan susceptible a los sentidos
que la sola posibilidad de algo que promete satisfacerlos
es suficiente para que nuestro organismo ponga en marcha
los mecanismos eróticos.
No es necesaria la evidencia para que nuestro cuerpo intervenga
directamente en busca del enigma que se halla tras el aspecto
diabólico que mueve implacablemente a su descubrimiento
incluso sabiendo que no existe un fin.
“Daos prisa más bien a imaginaros lo que no digo …”
Pues te daré desde este lugar un abracito, hala.
A eso justo me refería, Enfero... a como gran parte del erotismo reside en el cerebro o en nuestra capacidad de imaginar y desear... Gracias por el abrazo.
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