jueves, 4 de junio de 2009

Cuentos

A Ana, por quererme. Y por quererla. .

Cuando esperamos somos de mentira,
como los cuentos
de príncipes y ranas.
Nadie besa a los sapos,
nadie se bebe la saliva de otros,
nadie cree en la muerte
sobre todo si ocurre muy despacio.
De puntillas,
armada de dolor, indeclinable,
infinita y rendida.
Inteligente y generosa,
como tú que no tienes ningún nombre
y, sin embargo, vives,
Quién quiere los diamantes.
si sólo existen desde lejos,
si no se quedan en la piel.
Si nadie los recuerda cuando marchan.
Quién quiere la impostura del color.
Qué gran rollo, mi vida,
es este mundo tan tremendo.

7 comentarios:

Ana Clavero dijo...

Vengo de decírtelo en el foro. Tengo suerte, mucha suerte, y un don especial -creo- para detectar a la buena gente. Y tú, sin ánimo de resultar empalagosa, que luego vienen los paladines de la poesía y dicen que los blogs parecen nidos de comadres -siempre me cuestiono por qué de comadres y no de compadres- eres muy buena gente.

Un besazo enorme y todo mi cariño para ti.

Gracias, Carmen.

Ana Clavero dijo...

Se me olvidaba. La noche ha sido larga, no?

Más besazos.

Carmen dijo...

Sí, la noche ha sigo larguísima, no he dormido casi nada... pero al menos he sido capaz de escribir algo. Gracias, Ana.

Besotes,

Carmen

faustino lobato dijo...

Un besote para las dos. sois geniales. Me ha gustado conoceros. Qué suerte dar con personas como vosotras.
El poema me encantó. Gracias por compartir tanta belleza, Carmen. Un abrazo. Tino

Lobo dijo...

Lindo poema y dedicatoria. Poco conozco a Ana, pero así, a primeras, se ve que se merece todas las dedicatorias del mundo.

Un abrazo.

Carmen dijo...

La suerte es mutua, Tino.

Un beso grande para ti.

Carmen

Carmen dijo...

Hola Martín,

Claro que se las merece...

Un besote,

Carmen