jueves, 30 de octubre de 2008

Mobbing

Me he estado informando sobre el acoso psicológico en el lugar de trabajo y es un tema mucho más complicado de lo que parece. Aunque estés seguro de sufrirlo si no puedes presentar pruebas todo se queda en agua de borrajas.
Las pruebas, en este tipo de casos, no son otras que los testigos y nadie (o casi nadie) está dispuesto a comprometer su puesto de trabajo para mezclarse en un asunto así.
Al final, el acosador acaba saliéndose con la suya. Logra que desees abandonar un trabajo que te has ganado a pulso y que te mereces por derecho propio.
Y todos los que lo saben miran para otro lado o se limitan a ofrecerte un apoyo verbal que de poco o nada sirve.Al final, estás solo.
Todo se reduce a "es tu palabra contra la suya". Los consejos que se reciben son del tipo: si has aguantado x, sigue aguantando. O: negocia tu despido. O: no te metas en líos con la crisis.
Te llevas muy bien con tus compañeros, trabajas estupendamente en equipo, te preocupas por el desarrollo de los demás, empatizas con los problemas laborales de los otros, caes bien sin esforzarte gran cosa... Y resulta que esa es precisamente la personalidad tópica de la víctima en los casos de psico-terror en el trabajo.
Y hay días que te indignas y quieres luchar y días, la mayoría, que aceptas que has perdido y lo único que quieres es volver a dormir bien y perder de vista una situación que te genera estres durante ocho o diez horas al día.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Es curioso, al guardar el archivo que ahora dedico “Mobbing”, coloco “mobing” y me doy cuenta de que me falta una “b” en su acepción inglesa o neologismo, después de 30 años de experiencia laboral experimento que la generaciones que nos precedieron (como lo son para las actuales y venideras) acusaron la falta de etiquetas para flagrantes injusticias, en estos y tantas afecciones de tipo social. Tanto es ahora nuestra forma de catalogación y estadística que me dan ganas de componer algún poema al respecto en aras de procurar algún alivio, placentero, estético que colocara distancia al menos.
Al repecto, me gusta pensar en mi escurridiza, fugitiva e inadvertida “b”, siempre mi falta de catalogación cuando intento marginar, esquematizar nuestra capacidad de nombrar los estratos, jerárquicos de nuestro pervertere (trastornar). Nuestras soslayadas o manifiestas formas y modos de perversión. Se dice quantum (candidad) y no cualidad en nuestro modo de ser perversos y casi siempre circula en nosotros esa forma oculta, innombrable que supone el cuánto de nuestra capacidad de obrar en un sentido o en otro. De construir, incentivar sobre la base de cualquier persona o nuestro modo de apartarlo y excluirlo. Yo lo nombraría “quanting” de nuestra capacidad objetiva para saber cuándo estamos propiciando todavía más esa impotencia que, por lo que respecta en las generaciones que hoy disponen de tan rico y variado léxico, convive todavía mas bajo ese enmudecimiento.

Buenísimo el artículo Carmen
Besotes muchos!

Carmen dijo...

Encantada de verte por aquí,Miguel. Lo que describo ahí es una situación que, por desgracia, conozco y sufro. Los seres humanos podemos llegar a ser tremendamente perversos, no sé qué nos mueve. Tal vez el miedo?

Besotes.Repito: me ha encantado encontrarte.

Anónimo dijo...

Ah joder, Ojos Bonitos!Vengo hilando tus entradas y llego a que tenemos la posibilidad de matar dos pájaros de un tiro: el " tu palabra contra la suya" vale tanto para una acusación formal como para un buen hostiaso "sin testigos", y la crisis económica es un desastre en todo el planeta, nena, y si nos vamos a tomar un "año sabático" porque sólo lo necesitamos o nos obliga la situación a fin de año, que sea con la guinda de la cara del tipo partida en dos como lo merece.

No te va a solucionar en nada la situación, pero te va a dar varias sonrisas de satisfacción por el resto de tu vida.

Te quiero, ya sabes.

Vivi

Carmen dijo...

Vivi, qué alegría encontrarte y más por aquí... Además, tu consejo me ha encantado y me ha hecho sonreír... jajaja... Tengo un amigo que dice que las mejores "hostias" son las que se dan sin manos... LLegará mi momento... lo tengo pensadísimo... A partir de enero creo que tendré tiempo de sobra para planearlo.

Estás bien? Se te echa de menos...

Y se te quiere. Mucho.

Carmen

VICTOR VERGARA dijo...

Me gusta tu actitud frente al cambio.
Ya verás, conocerás cosas muy interesantes. Las aguas estancadas se corrompen y huelen mal.
Lo bueno de esta crisis es que a muchísima gente las va a hacer ver la vida de otra manera.
Todas las crisis, sobre todo a nivel personal, son interesantísimas. Obligan a colocar las piezas de una manera más coherente.

El mobbing también lo he vivido. Suelen ser personas hechas polvo, pequeños diablos. Lo que no quita que le des su merecido a su debido tiempo, jajaja

Un abrazobeso.

Carmen dijo...

Víctor, totalmente de acuerdo contigo... la gente no se cree cuando lo digo pero, en realidad, no me importa en absoluto quedarme sin trabajo... Bueno, me importa porque llevo muchos años ahí y tengo unos afectos maravillosos pero al mismo tiempo lo paso tan mal que será como una liberación.

Creo, como tú, que las crisis nos ponen en nuestro sitio...

Más gracias por venir.