A lo mejor soy todavía una ilusa pero estoy muy, muy contenta de que haya ganado las elecciones Obama. No es que crea que el mundo va a cambiar de una manera apreciable pero es que a estas alturas me conformo con que cambien, al menos, las pequeñas cosas, los pequeños gestos. Que la lista de prioridades se altere. El no lo sabe pero tiene una enorme responsabilidad, no sólo con su país, también con el resto del mundo. La responsabilidad de la esperanza. |
2 comentarios:
Totalmente de acuerdo, Carmen.
El- "más vale malo conocido que bueno por conocer" -, no debió de ocurrírsele jamás a nadie. Ni siquiera al conformísta.
Esta mañana tomando café, me decía un desconocido que en realidad quien manda en el mundo es la Banca y las multinacionales. Es el dinero que respalda a las campañas. Y Obama tendrá que cumplir con ellas, si quiere permanecer.
De acuerdo, pero, con que Obama logre cambiar una pequeña parte del rumbo de la historia, me doy por felíz.
Ladrillo a ladrillo se construye una casa, un castillo, una ciudad entera.
No lo dudes, hay motivos para la esperanza. Entre todos nos cogemos del brazo para formar una fila que camine en esa dirección. Aunque Obama sea un solo ladrillo, ya es muy importante.
Un abrazobeso, amiga.
Estoy de acuerdo, Víctor... además ese tipo de cosas las suelen decir los descreídos y yo me niego a descreerme del todo... Dentro de lo malo, siempre habrá lo malo a secas y lo peor de lo peor... Y hay maneras y maneras de jugar... no me creo que todo el mundo se pliegue de la misma forma a los mismo intereses... O sea, que bienvenida la esperanza...
Besotes y gracias por hacerme compañía,
Carmen
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