martes, 13 de abril de 2010

A mí sí me gustan los gatos


Me gustan los gatos y me gustan más que los perros. Y por varias razones.
Si llevas un gato a tu casa y en tu casa conviven varias personas va a ser él quién elija a su dueño y, una vez elegido, su dueño es su dueño para siempre. Rara vez aceptarán una caricia, un mimo o un soborno de quien él no quiera recibirlos.
Son incorruptibles, incomprables, y eso, para mí, sí que es fidelidad.
Te quieren mucho pero si te vas un tiempo pueden apañárselas solos. Te van a echar de menos pero te dejan ir. Y no se me ocurre nada más parecido a la generosidad.
Y, por si todo eso fuera poco, ellos también necesitan su espacio, su independencia, su lugar único. Respiran y te dejan respirar.
Y todo esto para decir que sigo echando mucho de menos a Tina, tal vez porque ahora ya nadie me araña los sillones.

12 comentarios:

Desconcierto dijo...

Nosotros en casa tuvimos 2 gatos y aún hay algo que aún no consigo explicarme.
Primero decir que estoy totalmente de acuerdo en eso de que si llevas un gato a tu casa y en tu casa conviven varias personas va a ser él quién elija a su dueño y, una vez elegido, su dueño es su dueño para siempre.

Eso pasó con la gata (Marina) y mi hermano: él fue el elegido.

Y ahora voy a lo que aún nadie entiende.

El caso es que la gata dormía en cualquier rincón hasta que de repente levantaba la cabeza con los ojos bien abiertos, se quedaba estática unos segundos y ...rápidamente se dirgía a la puerta de casa donde se quedaba mirando al pomo de la puerta. Al cabo de 3 ó 4 minutos mi hermano abría la puerta. Increible pero cierto. Y así siempre. No era posible que oyera sus pasos porque mi hermano tardaba varios minutos en llegar.

Los gatos son especiales. Perfecta descripción la que haces.

un beso


entiendo que eches tanto de menos a Tina...

Carmen dijo...

Eso que tú cuentas, Antonio, es así, porque Tina también lo hacía conmigo. Me lo contaba la gente. Debe ser verdad que, además de especiales, son medio mágicos y capaces de presentir... Es algo mucho más allá del instinto. Yo los adoro, de hecho no debería pero me están entrando ganas de tener otro, je.
Besitos.

VICTOR VERGARA dijo...

Tienen movimientos elegantísimos, de una precisión que apabulla, son tiernecitos, suaves, graciosos, superlímpios, no hay que lavarlos como a los perros -que siempre se sacuden-, no hay que sacarlos todos los días a la calle para que hagan sus necesidades, no son alborotadores, ni tampoco son pesados. Qué más se les puede pedir!!! Ahhh, les gusta hacerse de rogar y eso les hace más interesantes.
No son sumisos. No intentes conseguirlo pegándoles como a los perros. Y cuando deciden hacer algo lo harán, tarde o temprano. Es su decisión y nunca mentirán.

En mi casa entró uno como regalo para otra persona y al final fuí su elegido para que le arrasque las orejitas todos los días. Creo que es porque nos entendemos bien, casi nos leemos el pensamiento solo con mirarnos a los ojos.

¡No te demores!, búscate otro que sea bien lindo, jeje

Un beso.

Carmen dijo...

Me alegra que te perdieras por aquí,Taitiana. Al resto ya te contestaré en privado.

Saludos.

Lobo dijo...

Respetable.

Carmen dijo...

Hola Víctor,

Tienes razón, son un amor... La gente que los tiene acaba siempre hablando maravillas de ellos... Me lo pensaré, lo de volver a tener uno, creo que aún estoy de luto, je.

Un beso.

Carmen dijo...

Hola Martín

Bueno, no he dicho que no me gusten los perros, eh?. Me gustan ambos pero por mi forma de vida prefiero a los gatitos.

Un beso.

Carmen dijo...

Creature, interesante propuesta. Le echaré un vistazo. Gracias por dejar la información.

Saludos.

info dijo...

Ayyy, disiento... pero es que adoro exageradamente a los perros.
Tengo un pastor alemán con quien hablo, me intuye, le intuyo, se explica, me murmura poemas al oido, me inventa canciones, me mira como jamás nadie me miró, sé que siempre me elegirá, que daría su vida por mi -ya ha dado muestras de ello-; además tiene la cualidad de ser tan independiente como un gato y de mantener su espacio. Como no tengo que pasear si no quiero, para mi es un placer y un descanso tener sus orejas triangulares en esta existencia. Sin su pelo sería distinto.
Por Wilma.

Besos ladrados

Carmen dijo...

Me encantó lo que dijiste, Alicia, pero es que los perros necesitan muy poca defensa y son maravillosos, yo no digo que no, son los pobres gatitos los que tienen mala prensa... Y, claro, es que además, yo conviví con una gatita doce años y lo único que me dio fue todo bueno... así que era un homenaje felino porque la echo de menos mucho.

Besito (y escribe, que dices unas cosas lindísimas).

Anónimo dijo...

No es pasarte la mano por el lomo, por solo halagarte. Pero me dejás un nudo en la garganta con cada uno de tus trabajos. Manejas los tiempos del poema, la música. Pellizcas lo cotidiano con tal variedad de arco iris, que se hace imposible no sucumbir en tu mar de colores, de sensaciones, de conceptos. No soy de idolatrías, pero en mis rudimentarias estanterías estas vos, uno de mis tres o cuatro poetas indispensables. Te has ganado ese lugar por derecho propio, aunque mucho más he ganado yo. Me encanta como escribes. Abrazo

Carmen dijo...

A mí me encanta llegar harta y cansada un sábado como hoy y encontrarme con este comentario tuyo, ciento... No era un poema eso que escribí, era realidad pura y dura... Gracias.