sábado, 19 de diciembre de 2009
Los paredones de primavera
No enseñaré a mi hijo a trabajar la tierra
ni a oler la espiga
ni a cantar himnos.
Sabrá que no hay arroyos cristalinos
ni agua clara que beber.
Su mundo será de aguaceros infernales
y planicies oscuras.
De gritos y gemidos.
de sequedad en los ojos y la garganta.
de martirizados cuerpos que ya no podrán verlo ni oírlo.
Sabrá que no es bueno oír las voces de quienes exaltan el color del cielo.
Lo llevaré a Hiroshima. A Seveso. A Dachau.
Su piel caerá pedazo a pedazo frente al horror
y escuchará con pena el pájaro que canta,
la risa de los soldados
los escuadrones de la muerte
los paredones en primavera.
Tendrá la memoria que no tuvimos
y creerá en la violencia
de los que no creen en nada.
De Todos los poemas, Monteávila Editores,1994
jueves, 17 de diciembre de 2009
Extraños
Nunca alojé en tus huesos mi bandera,
estábamos de paso,
muy lejos de la patria,
a miles de kilómetros de la estación más próxima.
Desorientados por el miedo,
a oscuras y sin símbolos,
perdidos dentro de una tierra infértil,
atados a un paisaje que inmortaliza el frío
estábamos de paso,
muy lejos de la patria,
a miles de kilómetros de la estación más próxima.
Desorientados por el miedo,
a oscuras y sin símbolos,
perdidos dentro de una tierra infértil,
atados a un paisaje que inmortaliza el frío
domingo, 13 de diciembre de 2009
miércoles, 9 de diciembre de 2009
Tres Poemas Renata Durán
No viniste de lejos
Viniste de tan hondo
que conozco tu nombre,
conozco tu dolor,
reconozco tu alma.
No viniste de lejos,
ni siquiera has llegado.
Estabas desde siempre,
como un lenguaje escrito
en el fondo de mí,
y te estoy descifrando.
Por primera vez...
Por primera vez
he pintado mis labios.
Les quité su sabor y su forma.
Porque quiero que rían,
disfrazados de fiesta.
Que brillen por las calles,
y me lleven de paseo
a donde no conozco.
A donde no me atrevo
a besar
con mi boca desnuda.
Me levanto del agua de la noche...
Me levanto del agua de la noche
deseosa de ti.
Despedazada.
Viniste de tan hondo
que conozco tu nombre,
conozco tu dolor,
reconozco tu alma.
No viniste de lejos,
ni siquiera has llegado.
Estabas desde siempre,
como un lenguaje escrito
en el fondo de mí,
y te estoy descifrando.
Por primera vez...
Por primera vez
he pintado mis labios.
Les quité su sabor y su forma.
Porque quiero que rían,
disfrazados de fiesta.
Que brillen por las calles,
y me lleven de paseo
a donde no conozco.
A donde no me atrevo
a besar
con mi boca desnuda.
Me levanto del agua de la noche...
Me levanto del agua de la noche
deseosa de ti.
Despedazada.
viernes, 4 de diciembre de 2009
Fiesta
Me habita un cementerio
Ana María Rodas
Es la noche más triste y todos bailan,
ignoran que en mi nombre se ha posado un ciprés,
un gélido abandono.
Nada saben del miedo en las orejas,
nada del cementerio,
ni de la piel que se maquilla a oscuras en un cuarto que es lápida.
Danzan mientras la música estrangula mi cuello.
Soy una despedida,
un sorbo de licor antes del postre,
una mujer sin pies ni manos,
un maniquí que mueve la cintura,
el repertorio de lo absurdo,
el maldito payaso de esta fiesta.
Ana María Rodas
Es la noche más triste y todos bailan,
ignoran que en mi nombre se ha posado un ciprés,
un gélido abandono.
Nada saben del miedo en las orejas,
nada del cementerio,
ni de la piel que se maquilla a oscuras en un cuarto que es lápida.
Danzan mientras la música estrangula mi cuello.
Soy una despedida,
un sorbo de licor antes del postre,
una mujer sin pies ni manos,
un maniquí que mueve la cintura,
el repertorio de lo absurdo,
el maldito payaso de esta fiesta.
martes, 1 de diciembre de 2009
Tres poemas de Ana María Rodas
La superviviente
Me habita un cementerio
me he ido haciendo vieja
aquí
al lado de mis muertos.
no necesito amigos
me da miedo querer porque he querido a muchos
y a todos los perdí en la guerra.
Me basta con mi pena.
Ella me ayuda a vivir estos amaneceres blancos
estas noches desiertas
esta cuenta incesante de las pérdidas.
De "La insurrección de Mariana", 1993
Domingo 12 de septiembre, 1937
Domingo 12 de septiembre, 1937
a las dos de la mañana: nací.
De ahí mis hábitos nocturnos
y el amor a los fines de semana.
Me clasificaron: nena? rosadito.
Boté el rosa hace mucho tiempo
y escogí el color que más me gusta,
que son todos.
Me acompañan tres hijas y dos perros:
lo que me queda de dos matrimonios.
Estudié porque no había remedio
afortunadamente lo he olvidado casi todo.
Tengo hígado, estómago, dos ovarios,
una matriz, corazón y cerebro, más accesorios
Todo funciona en orden, por lo tanto,
río, grito, insulto, lloro y hago el amor.
Y después lo cuento.
De "Poemas de la izquierda erótica", 1973
Limpiaste la esperma
Limpiaste la esperma
y te metiste a la ducha.
Diste el manotazo al testimonio
pero no al recuerdo.
Ahora
yo aquí, frustrada,
sin permiso para estarlo
debo esperar
y encender el fuego
y limpiar los muebles
y llenar de mantequilla el pan.
Tú comprarás con sucios billetes
tu capricho
pasajero
A mí me harta un poco todo esto
en que dejo de ser humana
y me transformo en trasto viejo.
De "Poemas de la izquierda erótica", 1973
Me habita un cementerio
me he ido haciendo vieja
aquí
al lado de mis muertos.
no necesito amigos
me da miedo querer porque he querido a muchos
y a todos los perdí en la guerra.
Me basta con mi pena.
Ella me ayuda a vivir estos amaneceres blancos
estas noches desiertas
esta cuenta incesante de las pérdidas.
De "La insurrección de Mariana", 1993
Domingo 12 de septiembre, 1937
Domingo 12 de septiembre, 1937
a las dos de la mañana: nací.
De ahí mis hábitos nocturnos
y el amor a los fines de semana.
Me clasificaron: nena? rosadito.
Boté el rosa hace mucho tiempo
y escogí el color que más me gusta,
que son todos.
Me acompañan tres hijas y dos perros:
lo que me queda de dos matrimonios.
Estudié porque no había remedio
afortunadamente lo he olvidado casi todo.
Tengo hígado, estómago, dos ovarios,
una matriz, corazón y cerebro, más accesorios
Todo funciona en orden, por lo tanto,
río, grito, insulto, lloro y hago el amor.
Y después lo cuento.
De "Poemas de la izquierda erótica", 1973
Limpiaste la esperma
Limpiaste la esperma
y te metiste a la ducha.
Diste el manotazo al testimonio
pero no al recuerdo.
Ahora
yo aquí, frustrada,
sin permiso para estarlo
debo esperar
y encender el fuego
y limpiar los muebles
y llenar de mantequilla el pan.
Tú comprarás con sucios billetes
tu capricho
pasajero
A mí me harta un poco todo esto
en que dejo de ser humana
y me transformo en trasto viejo.
De "Poemas de la izquierda erótica", 1973
jueves, 26 de noviembre de 2009
Ellas y Ellos
Alguien que lee mucha más poesía que yo me dijo hace poco que Ellas escriben mejor que Ellos. Y quien me lo dijo era un Ello, no una Ella. Supongo que no tiene mucho sentido entrar en discusiones de género cuando se habla de poesía pero después de varios días leyendo a poetas de género femenino (detesto la palabra poetisa, con perdón para quienes la usen) he de reconocer que me he enamorado de la obra de bastantes de ellas. No sé si es acertado o no decir que se vierten más hacia dentro y, claro, eso va en gustos, hay quien prefiere la poesía hacia fuera pero yo cuando quiero "hacia fuera" leo ficción, cuando quiero "hacia dentro" leo poesía. Espero, poco a poco, ir trayendo hasta aquí poemas de esas autoras que me han removido hasta el hígado.
sábado, 21 de noviembre de 2009
Me dices que te hable sobre mi vida
Me dices que te hable sobre mi vida.
Yo te propongo un poema sobre la locura.
Me propones una frase para desarrollar un poema.
Poema es momento presente, lo que me ocupa.
Me dices que me ponga en el lugar
de la que me hubiera gustado ser.
Yo te digo que una actriz de cine
famosa para vivir y ser amada por miles
que es como volar por encima de una playa
y saber que aquella gente me mira y me llama.
Eso es morir.
O suicidarse.
Vagar como un fantasma ausente
en la conciencia de miles sin cuerpo ni cara.
Para verlo tomar palco entre miles estupefactos
y llamarme.
Suelo volar como una paloma herida
en una playa interminable
y dejar rastros de sangre
ante el tin tin ausente
de tu teléfono,
llamarte es confrontarme con la realidad inexorable
de un fracaso
De Oraciones para un dios ausente, Monte Ávila Editores (Venezuela)
Yo te propongo un poema sobre la locura.
Me propones una frase para desarrollar un poema.
Poema es momento presente, lo que me ocupa.
Me dices que me ponga en el lugar
de la que me hubiera gustado ser.
Yo te digo que una actriz de cine
famosa para vivir y ser amada por miles
que es como volar por encima de una playa
y saber que aquella gente me mira y me llama.
Eso es morir.
O suicidarse.
Vagar como un fantasma ausente
en la conciencia de miles sin cuerpo ni cara.
Para verlo tomar palco entre miles estupefactos
y llamarme.
Suelo volar como una paloma herida
en una playa interminable
y dejar rastros de sangre
ante el tin tin ausente
de tu teléfono,
llamarte es confrontarme con la realidad inexorable
de un fracaso
De Oraciones para un dios ausente, Monte Ávila Editores (Venezuela)
jueves, 19 de noviembre de 2009
Dos poemas de Gabriel Ferrater
Útero
Hace ya algunas horas que está aquí.
Partes de su cuerpo, no las más íntimas,
pero partes de su cuerpo, se han diseminado
y esparcido en las cuatro o veinte esquinas
de esta habitación: Y ahora yo vivo
metido dentro de la cosa que amo.
Un movimiento que hago, y que me estira
fuera de mi cubil, toca una media,
un zapato, una falda o un jersey:
los cotos de una tierra que es la mía.
Versión de José Agustin Goytisolo
Cifra
Amor, llevabas en el mundo
siete mil setecientos sesenta y cinco
días, al cerrarse la noche
en que me llamaste desde tu rincón,
voz que se había compadecido
y me recibías, cuerpo bondadoso.
Qué juego perdido, qué rodar
hasta romper un oscuro ramaje,
siete mil setecientos sesenta y cinco
días, antes de que encontrara
dónde te me habías acurrucado,
amor, para crecer lejos de mí.
Versión de José María Valverde
martes, 17 de noviembre de 2009
Palabras
Amo el sonido de algunas palabras: llave, incesto, tórrido, trazo, ámbito, continente, sonámbulo, estigma, senda, pizarra... y, sin embargo, no sé qué hacer con ellas. A veces sólo hago lo que dijo Cortázar: "sujétate a los nombres, así no te caes."
lunes, 16 de noviembre de 2009
Encuentro
Sólo cuando me amas
se me cae esta máscara pulida.
Claribel Alegría
Me vas a perdonar todo este tiempo de errores y vestidos;
de mendigar la luz en los escombros
con un disfraz de tiza escrito en las facciones.
Este tiempo de máscaras y muecas,
de pies desnudos en los charcos.
Esta edad de descuidos y lunares,
de armarios en los ojos.
Este suburbio al que te acercas
para elevar su base con tu mano descalza.
se me cae esta máscara pulida.
Claribel Alegría
Me vas a perdonar todo este tiempo de errores y vestidos;
de mendigar la luz en los escombros
con un disfraz de tiza escrito en las facciones.
Este tiempo de máscaras y muecas,
de pies desnudos en los charcos.
Esta edad de descuidos y lunares,
de armarios en los ojos.
Este suburbio al que te acercas
para elevar su base con tu mano descalza.
domingo, 15 de noviembre de 2009
Compartiendo
Lo que une a la gente no es la edad, ni el lugar donde residen.
Lo que une a la gente es compartir una misma sensibilidad.
Lo que une a la gente es compartir una misma sensibilidad.
jueves, 12 de noviembre de 2009
Fragmento de Rayuela
“La rayuela se juega con una piedrecita que hay que empujar con la punta del zapato. Ingredientes: una acera, una piedrecita, un zapato y un bello dibujo con tiza, preferentemente de colores. En lo alto está el Cielo, abajo está la Tierra, es muy difícil llegar con la piedrecita al Cielo, casi siempre se calcula mal y la piedra sale del dibujo. Poco a poco, sin embargo, se va adquiriendo la habilidad necesaria para salvar las diferentes casillas (rayuela caracol, rayuela rectangular, rayuela de fantasía, poco usada) y un día se aprende a salir de la Tierra y remontar la piedrecita hasta el Cielo, hasta entrar en el Cielo, lo malo es que justamente a esa altura, cuando casi nadie ha aprendido a remontar la piedrecita hasta el Cielo, se acaba de golpe la infancia y se cae en las novelas, en la angustia al divino cohete, en la especulación de otro Cielo al que también hay que aprender a llegar. Y porque se ha salido de la infancia se olvida que para llegar al Cielo se necesitan, como ingredientes, una piedrecita y la punta de un zapato”.
martes, 10 de noviembre de 2009
Refugios
Convertirme en refugio
para ser sólo herida, llaga en mitad del tallo,
grieta que absorbe el cauce del sudor.
Para beber la infancia que te nace en el vientre
como una lágrima en el cieno,
como un temblor de cueva.
Y secarte la piel con un sorbo de vidrio,
despojarla de espuma,
segar su brote entre los labios
y, cuando empiece el grito, ungir con sal tu voz.
para ser sólo herida, llaga en mitad del tallo,
grieta que absorbe el cauce del sudor.
Para beber la infancia que te nace en el vientre
como una lágrima en el cieno,
como un temblor de cueva.
Y secarte la piel con un sorbo de vidrio,
despojarla de espuma,
segar su brote entre los labios
y, cuando empiece el grito, ungir con sal tu voz.
jueves, 5 de noviembre de 2009
The reader
Me pregunto cómo no había visto esta película antes.
Por supuesto he llorado a moco tendido y, una vez más, he vuelto a añorar esa voz que debía leerme libros en voz alta cada noche.
martes, 3 de noviembre de 2009
lunes, 2 de noviembre de 2009
Enemigos
Soy enemiga de tu sombra
porque no vierte en mí su liquidez.
Porque no se hace fuente, ni clamor,
ni arañazo en el hombro,
ni torre demolida por el agua;
ni aliento tras la nuca;
ni escarcha derretida en el ombligo.
Porque es su boca un sótano sin luz,
un hueco en el cemento,
el foso en el que beben los que no tienen lengua.
porque no vierte en mí su liquidez.
Porque no se hace fuente, ni clamor,
ni arañazo en el hombro,
ni torre demolida por el agua;
ni aliento tras la nuca;
ni escarcha derretida en el ombligo.
Porque es su boca un sótano sin luz,
un hueco en el cemento,
el foso en el que beben los que no tienen lengua.
domingo, 1 de noviembre de 2009
Anestesiarme
He decidido quedarme dormida otra vez. Dejar de pensar. Dejar de sentir. A-nes-te-siar-me.
miércoles, 28 de octubre de 2009
Erotismo
Siempre he pensado que el erotismo, como casi todo, reside en el cerebro. En un momento dado puede excitar mas una voz que una mano, una mirada que un roce, lo que no se hace que lo que se hace.
Tal vez el deseo nazca en los pequeños detalles y no en esa herramienta que llamamos cuerpo.
No me funcionan los acentos pero tenia ganas de decir algo.
Tal vez el deseo nazca en los pequeños detalles y no en esa herramienta que llamamos cuerpo.
No me funcionan los acentos pero tenia ganas de decir algo.
lunes, 26 de octubre de 2009
Dos manos
La lengua no abandona su vocación de espina,
apenas si resiste un temblor de aire.
Antes de hacerse líquida y optar por la mudez,
se sabe encarcelada, casi inmóvil, a punto de tronar;
desconoce el trayecto de la lluvia.
Apenas busca un hueco en el relente,
la crónica de un pájaro que se ausenta del humo,
el sudor o el invierno,
la breve inmediatez de la ceniza.
Los dedos de los pies duelen
Y no te dejan pasear, ni entrar en las librerías, ni respirar la lluvia, ni siquiera te dejan jugar a pisar rayas en el suelo: me quiere, no me quiere, me quiere, no me quiere, me quiere.
domingo, 25 de octubre de 2009
A solas
Se esparce en el vacío una semilla,
cae a solas la voz
y, mientras se derrumba, mancha de sal los dedos.
Su ruido aloja en la mirada un bosque,
es el disparo de la piel;
el agua contenida en un dedal de aceite.
cae a solas la voz
y, mientras se derrumba, mancha de sal los dedos.
Su ruido aloja en la mirada un bosque,
es el disparo de la piel;
el agua contenida en un dedal de aceite.
viernes, 23 de octubre de 2009
Nacimiento
Fue después de la noche y detrás de la luna,
en un rincón oscuro,
en una arista de la piel,
como ocurren los hechos que no importan,
los que no dejan cicatrices
Y es como si no hubiera sucedido,
como una alfombra de algas deformando el desierto,
como el vientre del mar
o esa pared que se derrumba cuando el aire la roza.
Fue temprano y con prisas,
con la lluvia de abril apoyada en la tierra.
en un rincón oscuro,
en una arista de la piel,
como ocurren los hechos que no importan,
los que no dejan cicatrices
Y es como si no hubiera sucedido,
como una alfombra de algas deformando el desierto,
como el vientre del mar
o esa pared que se derrumba cuando el aire la roza.
Fue temprano y con prisas,
con la lluvia de abril apoyada en la tierra.
martes, 20 de octubre de 2009
Buscando un beso a media noche
Dos personajes heridos que se encuentran a través de una web de contactos, en busca de redención y cariño más que de una nueva pareja, de un abrazo más que de un polvo, de una conversación cálida más que de una cena romántica.
Deliciosa, de las que no se olvidan nunca y una quisiera que todo el mundo disfrutara.
jueves, 15 de octubre de 2009
De barro
Si me abro a ti como un regalo
es porque quiero ser de agua y de arcilla,
de esa materia inmóvil que amamanta el deseo,
es porque se ha dormido en mí tu piel
como se duerme un niño,
engendrando humedad al borde de los ojos.
En las caderas crece un mar de musgo,
es mineral el roce,
se muda en barro la saliva.
El beso es una flor que brota entre las piernas.
es porque quiero ser de agua y de arcilla,
de esa materia inmóvil que amamanta el deseo,
es porque se ha dormido en mí tu piel
como se duerme un niño,
engendrando humedad al borde de los ojos.
En las caderas crece un mar de musgo,
es mineral el roce,
se muda en barro la saliva.
El beso es una flor que brota entre las piernas.
domingo, 11 de octubre de 2009
Alimento
Hoy sabe a selva el pan que nos comemos,
a noches que se olvidan de la luz apagándola,
a la piel sobre el músculo.
Cuelga de las paredes una araña de azúcar,
un rencor que se rompe en los telares.
Mientras masticas, los relojes miden,
no retrasan el tiempo,
le dan cuerda al instante que no duerme;
han probado la sal de tu perfil
y saben que sin ella vendrá el hambre,
y un hueco en la garganta.
Y el sol en la ciudad desconocida.
a noches que se olvidan de la luz apagándola,
a la piel sobre el músculo.
Cuelga de las paredes una araña de azúcar,
un rencor que se rompe en los telares.
Mientras masticas, los relojes miden,
no retrasan el tiempo,
le dan cuerda al instante que no duerme;
han probado la sal de tu perfil
y saben que sin ella vendrá el hambre,
y un hueco en la garganta.
Y el sol en la ciudad desconocida.
Poesía
Cuando todo se derrumba (y todo es todo), llega de nuevo la poesía a salvarme de la rutina y la impaciencia. O de esta gota de lluvia inmóvil que me moja el rostro un domingo que, de repente, se ha hecho triste.
jueves, 8 de octubre de 2009
Hoy es jueves
... y tengo un viaje en mente (voy? no voy? )... Si me quedo es para que me digas que me quieres detrás de todas las noches. Para que me nazcan músculos en la nariz. Y para ser sólo prosa.
lunes, 5 de octubre de 2009
He dispuesto en mi rostro surcos inconfundibles
He dispuesto en mi rostro surcos inconfundibles.
Me he puesto el delantal de luto
y me he dejado ir al borde de la acera.
(Hay un banco vacío en el que me he sentado
para morir un poco y de una muerte rara.)
Pienso en cómo te quise.
Yo no voy a aclararte de dónde me ha nacido
este dolor que crece a golpe de tristeza.
Pasa gente.
Hace ya mucho tiempo que no te explico nada
porque hace mucho tiempo que perdí la esperanza
de envejecer contigo.
Es domingo.
(El perro es otro espacio.
Una muerte distinta en medio de la calle.)
viernes, 2 de octubre de 2009
Elegir
A veces tienes que hacer una pausa, cerrar la caja y no permitir que nadie entre a remover con su palabrería tu mundo hasta que recuerdes lo que quieres y quién eres. Al lado de quién estás. Qué voces quieres oír y, sobre todo, qué y a quién merece la pena elegir de todo lo que se te ofrece. No se puede estar en todos los sitios ni todos los sitios pueden estar en ti. A algunas personas nos cuesta entenderlo pero es así, sin más.
viernes, 25 de septiembre de 2009
Humedad
Habló desde la esquina de la luz más oscura
y supe que sonaba a cascabeles.
Me aproximé a su voz para encontrar mi lengua
y, en silencio, escuché caer el agua.
Llovía cerca de las sílabas,
-tal vez ya somos líquido,
tal vez sólo nos falte alentar la saliva
y dejar que nos beba-.
Que nos mojen las noches y sus peces.
Que despierte el extraño que duerme en nuestra boca.
y supe que sonaba a cascabeles.
Me aproximé a su voz para encontrar mi lengua
y, en silencio, escuché caer el agua.
Llovía cerca de las sílabas,
-tal vez ya somos líquido,
tal vez sólo nos falte alentar la saliva
y dejar que nos beba-.
Que nos mojen las noches y sus peces.
Que despierte el extraño que duerme en nuestra boca.
miércoles, 23 de septiembre de 2009
Ocio
Es la parte del tiempo que nos sobra,
andar calles torcidas
y sentarnos de espaldas a la luz.
Es la ciudad sin siestas,
la plaza que se adorna de palomas.
El milagro de un rostro que se arruga para tragarse el sol
-y masticar despacio su caída-.
Y es permanecer quietos,
sentados en el filo de una tarde sin demonios,
suponiendo, tan sólo, un leve ardor ,
un reguero de nombres,
un azul que se llene de candelas
y nos borre del gesto los pecados.
_________________
andar calles torcidas
y sentarnos de espaldas a la luz.
Es la ciudad sin siestas,
la plaza que se adorna de palomas.
El milagro de un rostro que se arruga para tragarse el sol
-y masticar despacio su caída-.
Y es permanecer quietos,
sentados en el filo de una tarde sin demonios,
suponiendo, tan sólo, un leve ardor ,
un reguero de nombres,
un azul que se llene de candelas
y nos borre del gesto los pecados.
_________________
lunes, 21 de septiembre de 2009
Fotos
Esto de tener mucho tiempo es lo que tiene, que una se pone a enredar donde no enredaba nunca y cuando se enreda se suelen encontrar pequeños tesoros. Creo que siempre he tenido suerte porque vaya pedazos de personas que me he encontrado. Soy adicta a las fotos porque congelan los instantes, sobre todo los buenos instantes.
Estas niñas me han dado lo mejor durante mucho tiempo. Y casi todo lo que hago va por ellas.
Estas niñas me han dado lo mejor durante mucho tiempo. Y casi todo lo que hago va por ellas.
sábado, 19 de septiembre de 2009
Otra vez echando de menos
Ella siempre me decía que tenía que aprender a sonreír cuando la vida se ponía jodidamente fea. Descolgaba el teléfono y su voz al otro lado me metía en un avión con destino al frío. Resulta raro que uno se esté muriendo y le siga interesando un corte de pelo, comer sushi o leer ficción. Resulta raro decir "me estoy muriendo pero todavía tengo ganas de tocar la guitarra". Tal vez la verdadera grandeza sólo aparece en ese momento previo al final, cuando por fin entendemos que ya no nos da tiempo a salvar al mundo de nada o que vivir consiste en quedarse siempre a medias. Y mirarnos el ombligo, claro. Recolectar lo pequeño que, tal vez, sea "lo único": ese libro que nos gustó, ese beso que nos dieron, esa cuerda que saltábamos mientras se nos bajaban los calcetines, esa niña que nos persigue detrás de los años, de las hipotecas, del estres, de los maridos y amantes, de lo que llaman éxito o fracaso. El resto, quizás, es puro teatro.
martes, 15 de septiembre de 2009
Cosechas
Llegas y te recibo desde el hurto,
afónica de esperas,
con un asombro débil en la piel.
Llegas y, de repente, el verano se alarga;
se hace de trigo la humildad del sol.
Eres semilla y nombre:
calles que siembran el asfalto,
casas dormidas, bodegones de espejos.
Tanto tiempo esperando un mar sin muelles
(un fantasma que surja del alambre,
unos ojos que apaguen la ceguera;
una boca que bese a los sin rostro;
un simple pacto de placeres huecos;
la lágrima en el vientre).
Cosechas que no olviden su pasado de sal
-esa pequeña red de lo innombrable-.
Llegas y se me espantan los países.
Para que empiece en mí tu aliento
bebo la sed y permanezco inmóvil.
afónica de esperas,
con un asombro débil en la piel.
Llegas y, de repente, el verano se alarga;
se hace de trigo la humildad del sol.
Eres semilla y nombre:
calles que siembran el asfalto,
casas dormidas, bodegones de espejos.
Tanto tiempo esperando un mar sin muelles
(un fantasma que surja del alambre,
unos ojos que apaguen la ceguera;
una boca que bese a los sin rostro;
un simple pacto de placeres huecos;
la lágrima en el vientre).
Cosechas que no olviden su pasado de sal
-esa pequeña red de lo innombrable-.
Llegas y se me espantan los países.
Para que empiece en mí tu aliento
bebo la sed y permanezco inmóvil.
lunes, 14 de septiembre de 2009
Mollina y etc
Es la primera vez en mi vida -que yo recuerde- que gano un premio, ni de poesía ni de nada, entre otras cosas, porque a mí lo de competir se me ha dado siempre fatal. Ni en la poesía, ni en el trabajo ni siquiera con los hombres, cuando la cosa se pone fea soy de las que, en vez de sacar las uñas, me retiro. Creo que soy demasiado vaga como para perder energías con esas cosas. El caso es que allí que me tuve que plantar, en Mollina, Málaga, en las Fiestas de la Vendimia. Toda una experiencia religiosa.
No voy a contar los detalles del acto porque fue larguísimo y no vienen a cuento, sólo diré que he aprendido más de vino en unas horas que en toda mi vida. También diré que me puse mucho más nerviosa de lo que esperaba (no soy tímida, la verdad) y que leí el poema demasiado rápido (afortunadamente lo grabaron y así tengo oportunidad de oírme y corregirme). También diré que debo darle la razón a Amparo en eso de que en absoluto tengo cara de poeta porque en el coctel previo al acto, un "mozo del pueblo" que intentó ligar con nosotras (fui con una amiga) nos preguntó que si éramos las cantantes del grupo que iba a tocar después en la caseta para amenizar las fiestas. Del ataque de risa que me dió casi espurreo el vino con el que estaba intentado traquilizarme.
Yo me lo pasé pipa, pero sobre todo después, en la caseta había unos senegaleses que bailaban de miedo y a bailar con ellos nos entregamos en cuerpo y alma.
El sábado a media mañana (yo tenía un poco de resaca) nos fuimos a comer a Ronda que me ha encantado, tanto como para hacerme el propósito de volver sin prisas. Y después a Estepona a conocer, por fin, a Ana Clavero. Eso ha sido, por supuesto, lo mejor del fin de semana. Ya sabía que ella era deliciosa pero he descubierto que su marido no se le queda atrás. Los dos han sido todo hospitalidad, todo amabilidad y todo cariño. Lástima que un acontecimiento inesperado emsombreciera, y de qué manera, la noche. Pero, bueno, así tenemos una excusa más para repetir noche o noches lo antes posible.
Y luego, para Madrid con una parada improvisada en Granada para comer. Y, de paso, por pura chorra, encontrame con un poeta magnífico al que le debo casi todo lo que sé de poesía. Y recordar en ese encuentro que, a veces, apreciamos a las personas mucho más de lo que creemos.
Ha sido un fin de semana precioso,no precisamente por el premio, pero sí por la poesía. En parte o en todo, gracias a esas dos personas (y a alguna más), que me han acompañado, enseñado y animado estos años yo fui a Mollina. Fue la poesía la que las puso un día en mi camino y, sólo por eso, estos años de dedicación y aprendizaje han merecido la pena. Hasta el amor a la palabra hay que compartirlo. Todo, absolutamente todo, hay que compartirlo para que tenga algún sentido.
No voy a contar los detalles del acto porque fue larguísimo y no vienen a cuento, sólo diré que he aprendido más de vino en unas horas que en toda mi vida. También diré que me puse mucho más nerviosa de lo que esperaba (no soy tímida, la verdad) y que leí el poema demasiado rápido (afortunadamente lo grabaron y así tengo oportunidad de oírme y corregirme). También diré que debo darle la razón a Amparo en eso de que en absoluto tengo cara de poeta porque en el coctel previo al acto, un "mozo del pueblo" que intentó ligar con nosotras (fui con una amiga) nos preguntó que si éramos las cantantes del grupo que iba a tocar después en la caseta para amenizar las fiestas. Del ataque de risa que me dió casi espurreo el vino con el que estaba intentado traquilizarme.
Yo me lo pasé pipa, pero sobre todo después, en la caseta había unos senegaleses que bailaban de miedo y a bailar con ellos nos entregamos en cuerpo y alma.
El sábado a media mañana (yo tenía un poco de resaca) nos fuimos a comer a Ronda que me ha encantado, tanto como para hacerme el propósito de volver sin prisas. Y después a Estepona a conocer, por fin, a Ana Clavero. Eso ha sido, por supuesto, lo mejor del fin de semana. Ya sabía que ella era deliciosa pero he descubierto que su marido no se le queda atrás. Los dos han sido todo hospitalidad, todo amabilidad y todo cariño. Lástima que un acontecimiento inesperado emsombreciera, y de qué manera, la noche. Pero, bueno, así tenemos una excusa más para repetir noche o noches lo antes posible.
Y luego, para Madrid con una parada improvisada en Granada para comer. Y, de paso, por pura chorra, encontrame con un poeta magnífico al que le debo casi todo lo que sé de poesía. Y recordar en ese encuentro que, a veces, apreciamos a las personas mucho más de lo que creemos.
Ha sido un fin de semana precioso,no precisamente por el premio, pero sí por la poesía. En parte o en todo, gracias a esas dos personas (y a alguna más), que me han acompañado, enseñado y animado estos años yo fui a Mollina. Fue la poesía la que las puso un día en mi camino y, sólo por eso, estos años de dedicación y aprendizaje han merecido la pena. Hasta el amor a la palabra hay que compartirlo. Todo, absolutamente todo, hay que compartirlo para que tenga algún sentido.
martes, 8 de septiembre de 2009
Sin la luz
Bajo la oscuridad el cuerpo tiembla,
tiritan los cuchillos,
se invierte el agujero de la luz.
Porque somos nocturnos
se curan de la edad nuestros pecados.
Cicatriza el invierno de la voz,
la herida del sonido que nos dobla.
Abrigamos la noche con los pájaros;
y así, sólo desnudos,
dejamos que en las velas se inicien los paisajes.
tiritan los cuchillos,
se invierte el agujero de la luz.
Porque somos nocturnos
se curan de la edad nuestros pecados.
Cicatriza el invierno de la voz,
la herida del sonido que nos dobla.
Abrigamos la noche con los pájaros;
y así, sólo desnudos,
dejamos que en las velas se inicien los paisajes.
domingo, 6 de septiembre de 2009
miércoles, 2 de septiembre de 2009
Septiembre
Tengo uno de esos días tontos y tristes que a veces me visitan. Tal vez sea la vuelta de las vacaciones, tal vez también las pequeñas cosas que me rodean, pequeños problemas, pequeñas miserias que aislados no significan nada pero que todos juntos, tal vez, no lo sé, me hacen sentir esta tristeza rara que algunas temporadas me deja Kao. Quizás sea la fecha. Me puse como tope septiembre para empezar a pensar qué hago con mi vida y septiembre ha llegado. Me toca tomar decisiones y, una vez más, me toca tomarlas sola. El vértigo ha dejado de ser atractivo, al menos hoy. Estoy un poco decepcionada de todo y de todos y también asustada. Tengo miedo de no saber hacer lo correcto.
viernes, 28 de agosto de 2009
Venganzas
No sé si esperar que la vida se vengue de cierta persona o tomar cartas en el asunto. Digan lo que digan, la venganza siempre es dulce; posee un componente de justicia que cierra la brecha abierta y otorga cierto sentido a lo que sucedió y nos hizo daño. Pero las venganzas se deben planear despacio y a conciencia, con sangre fría, dejando correr el tiempo hasta que el otro baje la guardia y piense que ya-todo-ha-pasado. Es muy fácil destruir el nombre del que miente: basta con hacer pública su falsa verdad.
domingo, 23 de agosto de 2009
Poemas
Invéntate en la voz
porque si escribes verbos sin sonido
no encontrarás el nombre que se enciende,
la letra que se inflama,
el triunfo de un poema que se agacha en las calles,
mirando al suelo,
como una gota de saliva hiriente
que al mismo tiempo quema y cura las gargantas.
porque si escribes verbos sin sonido
no encontrarás el nombre que se enciende,
la letra que se inflama,
el triunfo de un poema que se agacha en las calles,
mirando al suelo,
como una gota de saliva hiriente
que al mismo tiempo quema y cura las gargantas.
jueves, 20 de agosto de 2009
Vacaciones
Le he cogido gusto a estar aquí, cerca del mar. A no hacer nada. A tomar el sol y bañarme en el mar. A leer. A pasear. A esta maravillosa rutina que ha logrado sacarme de la cabeza la mayoría de los problemas que, cuando llegué, traía conmigo. He descansado de todo y de todos... justo lo que necesitaba. Creo que las ideas se me han aclarado sin necesidad de pensar. He aparcado el tiempo y he aparcado mi vida. Me he curado para poder permitirme volver a enfermar.
lunes, 10 de agosto de 2009
Tu rostro mañana
Después de leer la novela Tu rostro mañana, de Javier Marías.
Quién sabe si mañana tendrás el mismo rostro,
la misma sinrazón en la mirada.
Tal vez tu sombra ensanche sus recuerdos
y proyecte el dolor de alguna historia.
Las verdades que aprendes son muy frágiles,
se pueden inclinar sobre los ojos y llenarlos de tierra.
No sé que harás el día que receles;
con qué razón sujetarás la espada;
bajo qué cuello danzará el veneno.
en qué silencio clavarás la letra.
Cuando empiece tu rostro a ser de ayer
elegirás la excusa para enterrar su nombre.
Quién sabe si mañana tendrás el mismo rostro,
la misma sinrazón en la mirada.
Tal vez tu sombra ensanche sus recuerdos
y proyecte el dolor de alguna historia.
Las verdades que aprendes son muy frágiles,
se pueden inclinar sobre los ojos y llenarlos de tierra.
No sé que harás el día que receles;
con qué razón sujetarás la espada;
bajo qué cuello danzará el veneno.
en qué silencio clavarás la letra.
Cuando empiece tu rostro a ser de ayer
elegirás la excusa para enterrar su nombre.
viernes, 7 de agosto de 2009
El lector
Me gusta que en tu boca tiemble el agua
porque, cuando haces líquido el idioma,
las palabras se vierten fuera de los renglones
y el mundo se sumerge en un papel.
Mientras hablas de libros,
irrumpe en la memoria la voz de los ausentes
-eres como un olvido que el tiempo desordena,
como un sorbo de lluvia en Marrakech-.
Manchas de sal todos los nombres
y encierras el temor en un cuaderno;
mientras lees, tu tiempo se hace charco.
porque, cuando haces líquido el idioma,
las palabras se vierten fuera de los renglones
y el mundo se sumerge en un papel.
Mientras hablas de libros,
irrumpe en la memoria la voz de los ausentes
-eres como un olvido que el tiempo desordena,
como un sorbo de lluvia en Marrakech-.
Manchas de sal todos los nombres
y encierras el temor en un cuaderno;
mientras lees, tu tiempo se hace charco.
jueves, 30 de julio de 2009
Tatuajes
He decidido tatuarme la sombra de Peter Pam cuando vuelva de las vacaciones, así les doy definitivamente la razón a todos aquellos y aquellas que en su día me acusaron (y me acusan) de tener ese síndrome. Efectivamente, me niego a crecer con todo lo que significa.
domingo, 26 de julio de 2009
Olvidados
Porque no tienes nombre
piensan que es fácil ignorarte,
enterrar tu presente
o tapiarte la boca con el ruido.
Procedes de un lugar cubierto de cerrojos,
de una historia sin vida.
Si te quedas aquí, verás que existen magos,
aprendices de lunas;
hombres que se bautizan después de cada sueño,
seres a los que el tiempo no envejece:
viajeros de la luz.
Tampoco tienen nombre;
nacieron sin la cuerda en la garganta.
Como tú libres
y, como tú, olvidados.
piensan que es fácil ignorarte,
enterrar tu presente
o tapiarte la boca con el ruido.
Procedes de un lugar cubierto de cerrojos,
de una historia sin vida.
Si te quedas aquí, verás que existen magos,
aprendices de lunas;
hombres que se bautizan después de cada sueño,
seres a los que el tiempo no envejece:
viajeros de la luz.
Tampoco tienen nombre;
nacieron sin la cuerda en la garganta.
Como tú libres
y, como tú, olvidados.
jueves, 23 de julio de 2009
Empatía
Empatía: capacidad cognitiva de percibir en un contexto común lo que un individuo diferente puede sentir.
O sea, vulgarmente hablando, ponerse en el lugar de los otros, tratar de entenderlos, justificarlos, aceptarlos con sus dudas y errores, darles siempre esa última oportunidad que, sin saber muy bien por qué, tú crees que merecen.
Esto que puede sonar tan hermoso llega a ser un defecto sobre todo cuando descubres que la mayoría de la gente no es empática y que tu exceso de empatía te lleva a comprender lo incomprensible y a aceptar lo inaceptable.
En fin, que se trata, según parece, de que cada uno mire su propio ombligo... pues olé, nunca es tarde para aprender.
Propósito uno: no volver a darle oportunidades a quienes sabes que no se las merecen. Propósito número dos: fomentar la sordera y, nunca jamás, hacer el más mínimo esfuerzo por intentar comprender y aceptar.
Naces solo, mueres solo, y, entre medias, encuentras gente, la mayoría de paso, pocos son ese tesoro que uno lamenta perder. Por eso el instinto de supervivencia acaba exigiéndonos la selección y, cuando es necesario, el olvido.
O sea, vulgarmente hablando, ponerse en el lugar de los otros, tratar de entenderlos, justificarlos, aceptarlos con sus dudas y errores, darles siempre esa última oportunidad que, sin saber muy bien por qué, tú crees que merecen.
Esto que puede sonar tan hermoso llega a ser un defecto sobre todo cuando descubres que la mayoría de la gente no es empática y que tu exceso de empatía te lleva a comprender lo incomprensible y a aceptar lo inaceptable.
En fin, que se trata, según parece, de que cada uno mire su propio ombligo... pues olé, nunca es tarde para aprender.
Propósito uno: no volver a darle oportunidades a quienes sabes que no se las merecen. Propósito número dos: fomentar la sordera y, nunca jamás, hacer el más mínimo esfuerzo por intentar comprender y aceptar.
Naces solo, mueres solo, y, entre medias, encuentras gente, la mayoría de paso, pocos son ese tesoro que uno lamenta perder. Por eso el instinto de supervivencia acaba exigiéndonos la selección y, cuando es necesario, el olvido.
sábado, 18 de julio de 2009
Tu rostro mañana (intérpretes de vida)
Estoy leyendo la trilogía Tu rostro Mañana de Javier Marías y me tiene totalmente entregada. Prácticamente sólo leo de noche y en la cama y, aunque soy bastante noctámbula, hace días que anticipo la hora de acostarme. La historia me reclama como un imán.
El inicio de la primera parte que se titula, Fiebre y Lanza, no se me hizo fácil. Javier Marías no es una lectura que resulte sencillo abordar. Para empezar, a penas utiliza los diálogos y, cuando lo hace, son más bien monólogos, interminables divagaciones sobre un mismo tema que podrían llegar a cansar si no fuera porque los temas que aborda son, para mí, apasionantes. No se me ocurre nada más interesante que hacer en la vida que lo que hace el protagonista de la historia: interpretar vidas, adivinar, gracias a un don especial, lo que cada uno de nosotros, de ellos, seríamos capaces de llegar a hacer en situaciones límites. Ser capaz de ver lo que ocultamos, lo que ni siquiera a nosotros mismos nos es dado saber.
El inicio de la primera parte que se titula, Fiebre y Lanza, no se me hizo fácil. Javier Marías no es una lectura que resulte sencillo abordar. Para empezar, a penas utiliza los diálogos y, cuando lo hace, son más bien monólogos, interminables divagaciones sobre un mismo tema que podrían llegar a cansar si no fuera porque los temas que aborda son, para mí, apasionantes. No se me ocurre nada más interesante que hacer en la vida que lo que hace el protagonista de la historia: interpretar vidas, adivinar, gracias a un don especial, lo que cada uno de nosotros, de ellos, seríamos capaces de llegar a hacer en situaciones límites. Ser capaz de ver lo que ocultamos, lo que ni siquiera a nosotros mismos nos es dado saber.
Efímero
Haces bien en creer en la ceguera
porque es falsa esa llama que se prende en la noche.
La alimenta una sombra sin perfil,
la apaga la saliva;
un simple soplo borra su reflejo.
porque es falsa esa llama que se prende en la noche.
La alimenta una sombra sin perfil,
la apaga la saliva;
un simple soplo borra su reflejo.
viernes, 10 de julio de 2009
Un silencio
Rozo la palma de tu mano
y en el centro hallo el hueco de un dolor
que no me pertenece;
una línea de sal que es ilegible,
un mapa que la piel no desordena.
Apenas si te encuentro en el enigma,
permaneces inmóvil,
velado como un sobre sin abrir.
Misterioso y distante,
oculto en la lectura del silencio.
Nunca hablas:
afirmas que la voz es de los débiles.
y en el centro hallo el hueco de un dolor
que no me pertenece;
una línea de sal que es ilegible,
un mapa que la piel no desordena.
Apenas si te encuentro en el enigma,
permaneces inmóvil,
velado como un sobre sin abrir.
Misterioso y distante,
oculto en la lectura del silencio.
Nunca hablas:
afirmas que la voz es de los débiles.
lunes, 6 de julio de 2009
Grises
Sin un trozo de lluvia que llevarse a la boca,
seco como el portal de aquella plaza,
sin cocer, como el pan que nos comemos y nos sabe a rincones.
Ambiguo y sin sentido,
así es el trazo de las cosas grises;
sin duende,
sin el olor que anuncian las tormentas,
negro como el final de una película.
Sin magia y sin asombro,
como esta larga noche que trepa por mi vientre
y se bebe la luz de un nombre extraño.
seco como el portal de aquella plaza,
sin cocer, como el pan que nos comemos y nos sabe a rincones.
Ambiguo y sin sentido,
así es el trazo de las cosas grises;
sin duende,
sin el olor que anuncian las tormentas,
negro como el final de una película.
Sin magia y sin asombro,
como esta larga noche que trepa por mi vientre
y se bebe la luz de un nombre extraño.
domingo, 28 de junio de 2009
Echar de menos
Hoy echo de menos tremendamente lo que fue... Echar de menos... echar de más. De más también echo. Lo malo, lo terrible, es que las cosas que importan se devalúan como si fueran aire y las tapamos con cromos mal interpretados, apenas dibujados, de colores sucios, somos mentirosos por naturaleza, hasta al aire le mentimos. Qué puedo echar de menos yo?. Cuando jugábamos al tiempo en aquella Plaza de las Monjas y luego me llamabas porque un chico rubio (muy guapo, por cierto) te daba besos con lengua y no te gustaba nada. Y entonces a mí me entraban ganas de dar besos con lengua para poder opinar y opinaba lo mismo que tú, que no me gustaban nada, porque se los daba a quien no debía. Siempre las prisas.
Y luego ese fin de semana al final del todo, cuando ya había nacido alguien de tu vientre y éramos adultas y, teóricamente sabias y, sin embargo, nadie nos había preparado para eso: despedirnos antes de tiempo. Y esa fiesta en la terraza. Y las fotos (siempre salgo con una cerveza en la mano, no sé cuántas me bebí, como si no quisiera saber a qué había ido,)y ese bar de Zurich y todas las cachimbas que me fumé después de ir a la farmacia y comprarme un montón de ibuprofenos para paliar el dolor de espalda, ese dolor imposible de curar que provoca el miedo.
Y después, pues sigues para adelante, con una cicatriz de esas que te vuelven el rostro adulto. Y echas de menos tanto que el resto se vuelve inmaterial y hasta absurdo. Leve. Hasta que llega una noche como ésta y el dolor se desparrama y detrás del teléfono no está tu voz para oír todas las tonterías que alguien es capaz de contar. Y, de repente, lloras por todo lo que se te ha quedado en las tripas sin digerir. LLoras hasta entender que esto último que te sucede es una idiotez. Y luego te duermes tranquila. Poniendo cada cosa en su sitio. Intentando saber quién eres. Olvidando sucesos y gente que apenas importan.
Y luego ese fin de semana al final del todo, cuando ya había nacido alguien de tu vientre y éramos adultas y, teóricamente sabias y, sin embargo, nadie nos había preparado para eso: despedirnos antes de tiempo. Y esa fiesta en la terraza. Y las fotos (siempre salgo con una cerveza en la mano, no sé cuántas me bebí, como si no quisiera saber a qué había ido,)y ese bar de Zurich y todas las cachimbas que me fumé después de ir a la farmacia y comprarme un montón de ibuprofenos para paliar el dolor de espalda, ese dolor imposible de curar que provoca el miedo.
Y después, pues sigues para adelante, con una cicatriz de esas que te vuelven el rostro adulto. Y echas de menos tanto que el resto se vuelve inmaterial y hasta absurdo. Leve. Hasta que llega una noche como ésta y el dolor se desparrama y detrás del teléfono no está tu voz para oír todas las tonterías que alguien es capaz de contar. Y, de repente, lloras por todo lo que se te ha quedado en las tripas sin digerir. LLoras hasta entender que esto último que te sucede es una idiotez. Y luego te duermes tranquila. Poniendo cada cosa en su sitio. Intentando saber quién eres. Olvidando sucesos y gente que apenas importan.
domingo, 21 de junio de 2009
A los que nunca duermen
Te has dormido tan pronto,
tan desnudo de cieno
que eres barro nocturno, manos sin moldear.
Un ojo que transita por los charcos
buscando peces vivos en su fondo.
Mientras duermes, la prisa se hace espesa,
morada de cemento, espejismo de sal;
la urgencia se detiene en tus pupilas.
Le has regalado al atlas una sombra de luz,
un pozo de pereza que vuelve lento al mundo.
Buscas lo que te asombra y lo secuestras:
en tu cama se duermen los países,
los faros, los tranvías,
controlas las mareas desde el sueño.
Mientras otros se ocultan bajo un párpado,
en tí se hace verdad la inmensa noche.
tan desnudo de cieno
que eres barro nocturno, manos sin moldear.
Un ojo que transita por los charcos
buscando peces vivos en su fondo.
Mientras duermes, la prisa se hace espesa,
morada de cemento, espejismo de sal;
la urgencia se detiene en tus pupilas.
Le has regalado al atlas una sombra de luz,
un pozo de pereza que vuelve lento al mundo.
Buscas lo que te asombra y lo secuestras:
en tu cama se duermen los países,
los faros, los tranvías,
controlas las mareas desde el sueño.
Mientras otros se ocultan bajo un párpado,
en tí se hace verdad la inmensa noche.
martes, 16 de junio de 2009
La casa de noche
No te duermas temprano,
hazle sitio al recuerdo
y deja que el desvelo te sostenga.
Que se extienda la sombra en la ventana.
Que se pinten nocturnas las paredes.
Manten las luces encendidas
y convierte la noche en un refugio.
Porque la casa inventa su lenguaje,
un código de humilde soledad.
Son letras que se escriben desde un hogar vacío,
son, apenas, un hueco que se suicida a oscuras.
Un reloj que seduce a la impaciencia
y traza en el espacio el desorden del tiempo.
hazle sitio al recuerdo
y deja que el desvelo te sostenga.
Que se extienda la sombra en la ventana.
Que se pinten nocturnas las paredes.
Manten las luces encendidas
y convierte la noche en un refugio.
Porque la casa inventa su lenguaje,
un código de humilde soledad.
Son letras que se escriben desde un hogar vacío,
son, apenas, un hueco que se suicida a oscuras.
Un reloj que seduce a la impaciencia
y traza en el espacio el desorden del tiempo.
sábado, 13 de junio de 2009
Me amas
Arden trozos de sol en la cocina
mientras, fuera los mapas nos persiguen
con un gesto de luz que es innombrable.
Me amas tan desnudo como el tiempo,
dormido como el barro,
hambriento como un pez sin recorrido.
Me amas.
Y en dos palabras cabe todo el mundo.
mientras, fuera los mapas nos persiguen
con un gesto de luz que es innombrable.
Me amas tan desnudo como el tiempo,
dormido como el barro,
hambriento como un pez sin recorrido.
Me amas.
Y en dos palabras cabe todo el mundo.
miércoles, 10 de junio de 2009
Al cabo
Al cabo, son muy pocas las palabras
que de verdad nos duelen, y muy pocas
las que consiguen alegrar el alma.
Y son también muy pocas las personas
que mueven nuestro corazón, y menos
aún las que lo mueven mucho tiempo.
Al cabo, son poquísimas las cosas
que de verdad importan en la vida:
poder querer a alguien, que nos quieran
y no morir después que nuestros hijos.
jueves, 4 de junio de 2009
Cuentos
A Ana, por quererme. Y por quererla. .
Cuando esperamos somos de mentira,
como los cuentos
de príncipes y ranas.
Nadie besa a los sapos,
nadie se bebe la saliva de otros,
nadie cree en la muerte
sobre todo si ocurre muy despacio.
De puntillas,
armada de dolor, indeclinable,
infinita y rendida.
Inteligente y generosa,
como tú que no tienes ningún nombre
y, sin embargo, vives,
Quién quiere los diamantes.
si sólo existen desde lejos,
si no se quedan en la piel.
Si nadie los recuerda cuando marchan.
Quién quiere la impostura del color.
Qué gran rollo, mi vida,
es este mundo tan tremendo.
Cuando esperamos somos de mentira,
como los cuentos
de príncipes y ranas.
Nadie besa a los sapos,
nadie se bebe la saliva de otros,
nadie cree en la muerte
sobre todo si ocurre muy despacio.
De puntillas,
armada de dolor, indeclinable,
infinita y rendida.
Inteligente y generosa,
como tú que no tienes ningún nombre
y, sin embargo, vives,
Quién quiere los diamantes.
si sólo existen desde lejos,
si no se quedan en la piel.
Si nadie los recuerda cuando marchan.
Quién quiere la impostura del color.
Qué gran rollo, mi vida,
es este mundo tan tremendo.
miércoles, 3 de junio de 2009
Personajes
Es obvio que leo demasiadas novelas y que las novelas no se parecen casi nunca a la vida real. También empieza a resultarme obvio que, en el fondo, siempre he esperado que mi propia vida se convierta en una novela. Y de tanto desearlo casi, casi lo he conseguido. Una de esas novelas con finales abiertos, una novela épica integrada por cientos de personajes de los cuales sólo unos pocos, esos que se repiten página tras página, son importantes. Otros, la mayoría, protagonizando tan sólo un capítulo, más largo o más breve, eso da casi igual, pero un único capítulo.
Tal vez debería bastarme con los que ya están y siempre van a estar, con esos pocos de los que no puedo prescindir. Pero qué sería de esta novela si me conformo con repetir día tras día el mismo monólogo, la misma plácida historia... Me ahogaría, no podría subsistir. Y todo lo que hasta ahora he aprendido se volvería blanco.
Como dice Charles Baxter, las historias felices no interesan, ni siquiera son historias.
Tal vez debería bastarme con los que ya están y siempre van a estar, con esos pocos de los que no puedo prescindir. Pero qué sería de esta novela si me conformo con repetir día tras día el mismo monólogo, la misma plácida historia... Me ahogaría, no podría subsistir. Y todo lo que hasta ahora he aprendido se volvería blanco.
Como dice Charles Baxter, las historias felices no interesan, ni siquiera son historias.
lunes, 1 de junio de 2009
Agua
Rocé la piel de un hombre que no tenía edad. No puedo asesinar a quienes ya están muertos. No tengo ganas de esperar el humo. Me gusta que las sombras se parezcan a las sábanas blancas. Me gusta ser de todos y no ser. Me gusta que si el agua se siente fuente corra. Y se pierda en el mar. Lejos de mí.
sábado, 23 de mayo de 2009
MIRANDO GERANIOS EN VENTANAS QUE NO HABÍAN
"mirando geranios en ventanas que no habían"
Mario Marqués
Se sorprende el furtivo al escuchar: mientes.
Quizá porque se lo dice la chica que cruzó hacia la lluvia
(naufragio era su voz, y te llamaba),
cuando la noche olía a derrota,
retornaban de nuevo las cigüeñas
y los aleros se cubrían de nieve blanca y gris;
la que recuerda que no había lanzado
-todavía- una moneda a la Fontana di Trevi
y no le dolía el dolor,
ni el amor
ni las rodillas de rezar en Saint Sulpice,
ni en remolinos sobre cualquier espejo
imaginaba un desayuno con diamantes,
porque aún buscaba geranios en ventanas que no habían,
y no quería, como quiere hoy,
volver a aquello que vale poco o nada: volver
(¡qué difícil oficio el de ser luz!).
Volver. Con la tarde deshecha a la espalda
y los cabellos teñidos de vientos azul Sena,
a su niñez de azúcar y de nueces.
Cosas raras en el estómago
No sé que tengo, como una cosa triste y rara agarradita a la boca del estómago. Y lo peor es que no sé los motivos. Además, no puedo escribir. Cuando me siento así, no me sale ni un solo verso. La mayoría de la gente cree que cuando peor se siente uno mejor se escribe. En mi caso, desde luego, no es así.
Cuando me siento mal lo que más me apetece es el silencio. El silencio y las historias de los demás. Leer y leer. Pero narrativa, ficción, cuánto más ficción mejor.
Por eso debe ser que rara vez leo a novelistas españoles. Nunca no pero rara vez. No a todos, claro, pero a la mayoría los encuentro demasiado planos, entendiendo por planos "próximos".
Por eso debe ser también que, aunque lo he hecho, no me atrae en exceso la idea de viajar por Europa. No quiero más de lo mismo. Quiero sentirme durante tres días, una semana, un mes otra persona. Fabricar la ilusión de otra vida. Que ocurran cosas diferentes que me cuenten cosas diferentes.
Hay libros que me han ayudado a curarme y lugares a los que me escapo cuando puedo porque los necesito para vivir.
Cuando me ocurrió lo del ERE cogí el coche y me fui dos semanas a Marruecos, a la aventura, sin planes fijos, sin mucho dinero... Cambiábamos de ciudad o pueblo cada dos o tres días, hostales cutres, maleta va maleta viene, litros de té y, sin embargo, yo que hace ya mucho que tengo asumido el insomnio, dormí como un tronco desde el primer día. Una noche fueron diez horas del tirón. Y ni una sola pesadilla. Allí me terminé, además, el libro de Le Clezió, La Cuarentena (una novela de viajes y aventuras ambientada a finales del siglo XIX, justo lo que me hacía falta).
Cuando tengo días, o etapas, o rachas tontas no me sirve, como tal vez les suceda a otros, refugiarme en lo conocido. Lo mío, creo, es siempre una huida hacia delante. Por eso no creo en las segundas partes de las historias de amor ni en las segundas partes de las historias de amistad rotas. Por eso no me arrepiento de casi nada de lo que hago pero no repito jamás lo que no me gusta.
No sé, esta cosa rara en la boca del estómago tal vez sea un aviso o, simplemente, impaciencia o la intuición de que tengo que provocar que suceda algo nuevo YA. Lo que más deseo es que, por favor, esa sensación se largue y me da miedo que no se vaya si me limito a quedarme quieta y esperar que suceda.
Cuando me siento mal lo que más me apetece es el silencio. El silencio y las historias de los demás. Leer y leer. Pero narrativa, ficción, cuánto más ficción mejor.
Por eso debe ser que rara vez leo a novelistas españoles. Nunca no pero rara vez. No a todos, claro, pero a la mayoría los encuentro demasiado planos, entendiendo por planos "próximos".
Por eso debe ser también que, aunque lo he hecho, no me atrae en exceso la idea de viajar por Europa. No quiero más de lo mismo. Quiero sentirme durante tres días, una semana, un mes otra persona. Fabricar la ilusión de otra vida. Que ocurran cosas diferentes que me cuenten cosas diferentes.
Hay libros que me han ayudado a curarme y lugares a los que me escapo cuando puedo porque los necesito para vivir.
Cuando me ocurrió lo del ERE cogí el coche y me fui dos semanas a Marruecos, a la aventura, sin planes fijos, sin mucho dinero... Cambiábamos de ciudad o pueblo cada dos o tres días, hostales cutres, maleta va maleta viene, litros de té y, sin embargo, yo que hace ya mucho que tengo asumido el insomnio, dormí como un tronco desde el primer día. Una noche fueron diez horas del tirón. Y ni una sola pesadilla. Allí me terminé, además, el libro de Le Clezió, La Cuarentena (una novela de viajes y aventuras ambientada a finales del siglo XIX, justo lo que me hacía falta).
Cuando tengo días, o etapas, o rachas tontas no me sirve, como tal vez les suceda a otros, refugiarme en lo conocido. Lo mío, creo, es siempre una huida hacia delante. Por eso no creo en las segundas partes de las historias de amor ni en las segundas partes de las historias de amistad rotas. Por eso no me arrepiento de casi nada de lo que hago pero no repito jamás lo que no me gusta.
No sé, esta cosa rara en la boca del estómago tal vez sea un aviso o, simplemente, impaciencia o la intuición de que tengo que provocar que suceda algo nuevo YA. Lo que más deseo es que, por favor, esa sensación se largue y me da miedo que no se vaya si me limito a quedarme quieta y esperar que suceda.
viernes, 22 de mayo de 2009
Toca descansar
Hoy fui a comer con las chicas otra vez.
La verdad es que cada vez me cuesta más aparecer por allí (allí es por las cercanías de mi ex trabajo).
De repente ha empezado a olerme a rancio.
No se debe volver a los sitios donde uno lo ha pasado mal. Porque quedarse sin trabajo, en mi caso, ha sido un mal menor (a ratos casi un regalo).
Lo realmente terrible ha sido lo vivido "antes de".
Y, al final, los que están dentro siguen metidos en un círculo que ya no es el tuyo y del que por salud mental deberías alejarte lo más posible.
El simple hecho de oír pronunciar algunos nombres (y siempre se pronuncian)consigue ponerme nerviosa para varios días.
Llevo dos meses y pico sin trabajar y todavía no ha habido una sola semana en la que no haya tenido una pesadilla relacionada con lo que viví.
Ocho años al lado de un psicópata son muchos años, suman muchos días, muchas horas y un desgaste emocional tremendo si eres medianamente sensible.
Digamos que no es lo mismo perder un trabajo de un año que perder un trabajo de quince, toda tu vida laboral y gran parte de tu vida afectiva.
Y lo peor es que te obliguen a desearlo. Que te veas empujada a tomar la decisión de irte porque lo malo tuvo poder suficiente como para ensombrecer lo bueno, que fue mucho.
En fin, que a ellas las quiero mucho pero el entorno en el que las sigo tratando me perjudica mucho más de lo que me beneficia. Y ahora me toca ser egoísta.
La verdad es que cada vez me cuesta más aparecer por allí (allí es por las cercanías de mi ex trabajo).
De repente ha empezado a olerme a rancio.
No se debe volver a los sitios donde uno lo ha pasado mal. Porque quedarse sin trabajo, en mi caso, ha sido un mal menor (a ratos casi un regalo).
Lo realmente terrible ha sido lo vivido "antes de".
Y, al final, los que están dentro siguen metidos en un círculo que ya no es el tuyo y del que por salud mental deberías alejarte lo más posible.
El simple hecho de oír pronunciar algunos nombres (y siempre se pronuncian)consigue ponerme nerviosa para varios días.
Llevo dos meses y pico sin trabajar y todavía no ha habido una sola semana en la que no haya tenido una pesadilla relacionada con lo que viví.
Ocho años al lado de un psicópata son muchos años, suman muchos días, muchas horas y un desgaste emocional tremendo si eres medianamente sensible.
Digamos que no es lo mismo perder un trabajo de un año que perder un trabajo de quince, toda tu vida laboral y gran parte de tu vida afectiva.
Y lo peor es que te obliguen a desearlo. Que te veas empujada a tomar la decisión de irte porque lo malo tuvo poder suficiente como para ensombrecer lo bueno, que fue mucho.
En fin, que a ellas las quiero mucho pero el entorno en el que las sigo tratando me perjudica mucho más de lo que me beneficia. Y ahora me toca ser egoísta.
martes, 19 de mayo de 2009
Desencuentros
El cielo me reclama mientras plantas árboles.
Porque eres de metal y de cemento,
de una materia que no vence.
Mientras estudias la razón del mar,
a mí me crecen en las manos barcos,
naufragios de papel,
espumas de color azul entre las piernas.
A ti te sobran dientes para morder los besos
a mí me caben mapas en la boca,
por eso estamos solos cuando amamos.
No sentimos la misma oscuridad,
ni en nuestros rostros brilla el mismo azufre.
Porque eres de metal y de cemento,
de una materia que no vence.
Mientras estudias la razón del mar,
a mí me crecen en las manos barcos,
naufragios de papel,
espumas de color azul entre las piernas.
A ti te sobran dientes para morder los besos
a mí me caben mapas en la boca,
por eso estamos solos cuando amamos.
No sentimos la misma oscuridad,
ni en nuestros rostros brilla el mismo azufre.
martes, 12 de mayo de 2009
Poema Infantil
El tenía paraguas en los dedos.
Y yo, que estaba loca por sus manos,
pretendía mojar con mi lengua su voz,
salvarme de la vida tras su espalda.
Quería darle besos en el miedo.
Explicarle que dentro de mis cosas
hay duendes que vigilan el planeta
(para que nadie pueda hacerte daño,
mi amor).
Yo quería cuidarle de lo negro,
ser parque en sus domingos.
Llenarle los zapatos de tormentas.
Y enseñarle que todo es de mentira
menos este momento que llueve en las ventanas.
Y yo, que estaba loca por sus manos,
pretendía mojar con mi lengua su voz,
salvarme de la vida tras su espalda.
Quería darle besos en el miedo.
Explicarle que dentro de mis cosas
hay duendes que vigilan el planeta
(para que nadie pueda hacerte daño,
mi amor).
Yo quería cuidarle de lo negro,
ser parque en sus domingos.
Llenarle los zapatos de tormentas.
Y enseñarle que todo es de mentira
menos este momento que llueve en las ventanas.
lunes, 11 de mayo de 2009
"Ver la tristeza"
Hoy, al rato de levantarme, se me ha ocurrido una de las miles de preguntas idiotas que, a veces, se me pasan por la cabeza: se puede fotografiar la tristeza? Ese tipo de tonterías me las he preguntado toda mi vida pero, antes eran flashes que aparecían un segundo y, luego, las ocupaciones diarias se tragaban. Es la primera vez que tengo tiempo suficiente para regodearme en ellas, así que me he lanzado al google y he metido en el buscador las dos palabras: tristeza y fotos. He encontrado miles, por supuesto, pero ninguna me ha convencido "totalmente".
Me preguntaba, también, si la tristeza es un sentimiento que traemos puesto cuando nacemos o si son las peripecias de la vida las que nos "enseñan" a sentirla.
Me preguntaba, también, si la tristeza es un sentimiento que traemos puesto cuando nacemos o si son las peripecias de la vida las que nos "enseñan" a sentirla.
sábado, 9 de mayo de 2009
Un día en Cuenca
Ayer pasé el día en en Cuenca. No conocía Cuenca. Y tampoco sabía que existía allí una autoescuela, famosa en el mundo mundial, en la que te preparan del carnet de conducir en quince días. Y si tienes suerte, claro, - y apruebas-, te lo llevas puesto en dos semanas.
Me ofrecí para ir a recoger a una amiga que, como yo, y después de sufrir el mismo ERE que yo, está en el paro, y ha aprovechado la oportunidad para sacarse el carnet de conducir en esa mundialmente famosa autoescuela, de la que yo, hasta hace nada, no tenía noticias.
De paso quería ver las casas colgadas y esas cosas.(Por cierto, aprobó el teórico, con una preparación de cuatro días, eso sí, intensivos).
El día fue curioso, no por Cuenca, que el casco viejo es precioso. Ni por las casas colgadas. Ni por la Catedral cuya fachada me recordó, vagamente, a la de Notredame. Fue curioso, como siempre, por la gente.
Comí con un montón de recién examinados de la famosa autoescuela, y yo, que tengo el carnet de conducir desde los dieciocho, me quedé asombrada al comprobar las cosas tan dispares que pueden servir para unir a las personas. Basta con tener un solo objetivo común para que, al menos temporalmente, se creen lazos fortísimos.
De repente, una parada de Barcelona de 37 años es amiguísima de un canario de 28, que pretende escribir guiones de cortos, sólo porque han coincidido en una autoescuela de Cuenca y los dos se quieren sacar el carnet de conducir.
Y, sobre todo, porque los dos sienten que lo están haciendo a destiempo.
Todo este rollo viene a cuento porque, al final, la gente sólo necesita "creer" en algo, tener un objetivo -el que sea- para unirse con otra gente y luchar por él. La apatía sólo surge cuando nos aíslamos.
Al principio, tú, que llegas de fuera, ajena a toda esa movida, y con carnet de conducir hasta renovado, eres un bicho raro pero si les oyes y te interesas, te aceptan. Basta con que hagas tuyos sus problemas, con que ejercites eso tan maravilloso que llaman empatía.
Y acaban invitándote a su casa de Barcelona. O de Vigo. O de Santa Cruz de Tenerife. O te dicen "que zapatos más bonitos llevas", que no es la frase del año, desde luego, pero que, a veces, se agradece mucho más que la frase del año porque, tal vez, el día anterior estuviste triste. O echaste mucho de menos a alguien sin saber que te esperaba Cuenca, con sus casas colgadas, con un puente en el que, curiosamente, habían pegado una ristra inmensa de folios para escribir el poema más largo del mundo (poema en el que no participé porque después de leer algunas de las cosas escritas, me di cuenta que no tenía nada que aportar: dos andaluces celebran su cuarenta aniversario de boda en la ciudad de las casas colgadas y dicen que son felices... Puedo escribir yo algo que supere eso?).
Había una chica catalana que se llamaba Irene con la que me sentí muy bien hablando. Además, fumaba tanto o más que yo, que ya es decir. A lo largo de la conversación me dijo varias veces que era muy simpática, muy guapita y que parecía tener mucho carácter. Y todas las veces me dieron ganas de abrazarla porque no tenía ni idea de lo que me había costado ese día levantarme, intentar ponerme guapita, conducir dos horas hasta Cuenca y procurar ser simpática con un grupo de gente que nada sabía de mí.
Tampoco le pude explicar que justo ese día la vida me había puesto delante lo que necesitaba: una ciudad como Cuenca y un montón de desconocidos en los que aprender una vez más lo grande que es el mundo y lo pequeñas que son mis miserias.
Me ofrecí para ir a recoger a una amiga que, como yo, y después de sufrir el mismo ERE que yo, está en el paro, y ha aprovechado la oportunidad para sacarse el carnet de conducir en esa mundialmente famosa autoescuela, de la que yo, hasta hace nada, no tenía noticias.
De paso quería ver las casas colgadas y esas cosas.(Por cierto, aprobó el teórico, con una preparación de cuatro días, eso sí, intensivos).
El día fue curioso, no por Cuenca, que el casco viejo es precioso. Ni por las casas colgadas. Ni por la Catedral cuya fachada me recordó, vagamente, a la de Notredame. Fue curioso, como siempre, por la gente.
Comí con un montón de recién examinados de la famosa autoescuela, y yo, que tengo el carnet de conducir desde los dieciocho, me quedé asombrada al comprobar las cosas tan dispares que pueden servir para unir a las personas. Basta con tener un solo objetivo común para que, al menos temporalmente, se creen lazos fortísimos.
De repente, una parada de Barcelona de 37 años es amiguísima de un canario de 28, que pretende escribir guiones de cortos, sólo porque han coincidido en una autoescuela de Cuenca y los dos se quieren sacar el carnet de conducir.
Y, sobre todo, porque los dos sienten que lo están haciendo a destiempo.
Todo este rollo viene a cuento porque, al final, la gente sólo necesita "creer" en algo, tener un objetivo -el que sea- para unirse con otra gente y luchar por él. La apatía sólo surge cuando nos aíslamos.
Al principio, tú, que llegas de fuera, ajena a toda esa movida, y con carnet de conducir hasta renovado, eres un bicho raro pero si les oyes y te interesas, te aceptan. Basta con que hagas tuyos sus problemas, con que ejercites eso tan maravilloso que llaman empatía.
Y acaban invitándote a su casa de Barcelona. O de Vigo. O de Santa Cruz de Tenerife. O te dicen "que zapatos más bonitos llevas", que no es la frase del año, desde luego, pero que, a veces, se agradece mucho más que la frase del año porque, tal vez, el día anterior estuviste triste. O echaste mucho de menos a alguien sin saber que te esperaba Cuenca, con sus casas colgadas, con un puente en el que, curiosamente, habían pegado una ristra inmensa de folios para escribir el poema más largo del mundo (poema en el que no participé porque después de leer algunas de las cosas escritas, me di cuenta que no tenía nada que aportar: dos andaluces celebran su cuarenta aniversario de boda en la ciudad de las casas colgadas y dicen que son felices... Puedo escribir yo algo que supere eso?).
Había una chica catalana que se llamaba Irene con la que me sentí muy bien hablando. Además, fumaba tanto o más que yo, que ya es decir. A lo largo de la conversación me dijo varias veces que era muy simpática, muy guapita y que parecía tener mucho carácter. Y todas las veces me dieron ganas de abrazarla porque no tenía ni idea de lo que me había costado ese día levantarme, intentar ponerme guapita, conducir dos horas hasta Cuenca y procurar ser simpática con un grupo de gente que nada sabía de mí.
Tampoco le pude explicar que justo ese día la vida me había puesto delante lo que necesitaba: una ciudad como Cuenca y un montón de desconocidos en los que aprender una vez más lo grande que es el mundo y lo pequeñas que son mis miserias.
miércoles, 6 de mayo de 2009
Ficción
Si te alejas, me iré,
sin posar en tu cuerpo mi mensaje
de párpados cerrados.
Volverá lo que soy,
la madrugada insomne de una niña que crece.
LLegarán las rodillas de papel,
el temor a la noche
e, incluso, la costumbre de no amarte
a ti que no eres tú.
Porque habitas tan sólo en mi ficción,
como un fósforo ardiendo tras la luna,
fugaz y endeble,
opaco como el brillo de un disfraz.
sin posar en tu cuerpo mi mensaje
de párpados cerrados.
Volverá lo que soy,
la madrugada insomne de una niña que crece.
LLegarán las rodillas de papel,
el temor a la noche
e, incluso, la costumbre de no amarte
a ti que no eres tú.
Porque habitas tan sólo en mi ficción,
como un fósforo ardiendo tras la luna,
fugaz y endeble,
opaco como el brillo de un disfraz.
lunes, 4 de mayo de 2009
Juegos
El mismo juego de hacer versos
-que no es un juego- es algo
parecido en principio
al placer solitario.
Jaime Gil de Biedma
Si son días de gloria lo que buscas,
días de pan y sol,
aparta la mirada de este cuerpo
porque detrás de su sudor no hay nada.
Apenas una esquina sin relojes,
apenas un resquicio de veneno
un espacio inventado por la sed.
Aprende a contemplar su luz nocturna
antes de que el segundo se duplique
y el mismo juego empiece en otro nombre.
viernes, 1 de mayo de 2009
Yo no sé qué es el amor
Nuestro miedo nos miente
porque no es el amor un rostro de cemento
ni un paisaje en el borde de los ojos.
La luz mancha los charcos
y los taxis vacíos no saben dónde van.
Se puede ser feliz en este instante.
Se puede comprender la vida estando quieto,
dejando que el presente nos imponga su ritmo.
Que sólo exista el día de tu nombre,
la libertad del tiempo que se marcha
y un beso que no ensucie la saliva.
porque no es el amor un rostro de cemento
ni un paisaje en el borde de los ojos.
La luz mancha los charcos
y los taxis vacíos no saben dónde van.
Se puede ser feliz en este instante.
Se puede comprender la vida estando quieto,
dejando que el presente nos imponga su ritmo.
Que sólo exista el día de tu nombre,
la libertad del tiempo que se marcha
y un beso que no ensucie la saliva.
jueves, 30 de abril de 2009
Siempre que viajamos a otra ciudad nos invade el miedo
Sí, torcer el espejo es fácil.
Allí está el arco, la mirada del número,
las huellas del árbol que serán promesa.
Tú diriges el auto dormida entre la espuma.
No viene el verde, no llega la mano gris del invitado.
Y es que somos la lluvia, el porqué de un vientre sin horas,
la línea en un muslo, el redoble que adora las insignias.
Alguien ha sido albina, alguien vuelve al signo,
alguien interpreta el amanecer del río.
Yo persigno tu miedo y le digo al niño que no cante.
En la ciudad los eclipses llevan fresa en los labios.
miércoles, 29 de abril de 2009
La pasión como defecto
Poner demasiada pasión en las cosas puede resultar dañino y, desde luego, siempre es ilusorio. Es como pretender un mundo perfecto, hecho a tu medida, y llevarte berrinches cada vez que te tropiezas con una realidad que no se corresponde con la que tu coco ha creado.
Leer un libro y entusiasmarte hasta el punto de pretender que todo el mundo lo lea, incluso aquellos que no sienten el menor interés por la lectura.
Ver una película en el cine y disfrutar tanto como para recomendársela al planeta Tierra al completo, incluyendo a los que no van nunca al cine.
Querer a tus amigos/as con tanta pasión como para intentar hacer sentir a los demás que esas personas, a las que ni siquiera conocen, son especiales para ti y, por lo tanto, también tienen que serlo para el resto del mundo.
Enamorarte de ciudades y molestarte cuando alguien las critica porque estás convencido de que no ha sabido ver en ellas lo que tus ojos han visto.
La pasión excesiva es una forma de inmadurez que te lleva del goce al dolor en cuestión de minutos. Disfrutar a lo bestia y sufrir a lo bestia. Ilusionarte con mentiras y decepcionarte por las mismas mentiras.
Los que padecen esa especie de enfermedad son niños durante toda su vida, incapaces de racionalizar. Adorables en los momentos buenos pero caprichosos, intransigentes y hasta crueles en los malos.
Leer un libro y entusiasmarte hasta el punto de pretender que todo el mundo lo lea, incluso aquellos que no sienten el menor interés por la lectura.
Ver una película en el cine y disfrutar tanto como para recomendársela al planeta Tierra al completo, incluyendo a los que no van nunca al cine.
Querer a tus amigos/as con tanta pasión como para intentar hacer sentir a los demás que esas personas, a las que ni siquiera conocen, son especiales para ti y, por lo tanto, también tienen que serlo para el resto del mundo.
Enamorarte de ciudades y molestarte cuando alguien las critica porque estás convencido de que no ha sabido ver en ellas lo que tus ojos han visto.
La pasión excesiva es una forma de inmadurez que te lleva del goce al dolor en cuestión de minutos. Disfrutar a lo bestia y sufrir a lo bestia. Ilusionarte con mentiras y decepcionarte por las mismas mentiras.
Los que padecen esa especie de enfermedad son niños durante toda su vida, incapaces de racionalizar. Adorables en los momentos buenos pero caprichosos, intransigentes y hasta crueles en los malos.
lunes, 27 de abril de 2009
Sin mirada
Puedes tocarme con los dedos,
como el sol cuando roza la materia
y yo no ser de ti.
Porque soy lo que no te pertenece.
Puedes tocarme y ser de agua tu mano,
impermeable el gesto que me rapta.
Puedes mirar sin verme,
quedarte en la cadera, ascender hasta el cuello,
convertir en cristal el ojo que me juzga.
Vivir donde la piel es un pretexto
para olvidar la edad de nuestras sombras.
O puedes acallar la voz que nos destruye
y detener un párpado en tu lengua.
Porque si no te quedas a mirarme
yo sí seré la misma
pero el mundo se hará bastante más pequeño.
como el sol cuando roza la materia
y yo no ser de ti.
Porque soy lo que no te pertenece.
Puedes tocarme y ser de agua tu mano,
impermeable el gesto que me rapta.
Puedes mirar sin verme,
quedarte en la cadera, ascender hasta el cuello,
convertir en cristal el ojo que me juzga.
Vivir donde la piel es un pretexto
para olvidar la edad de nuestras sombras.
O puedes acallar la voz que nos destruye
y detener un párpado en tu lengua.
Porque si no te quedas a mirarme
yo sí seré la misma
pero el mundo se hará bastante más pequeño.
miércoles, 22 de abril de 2009
Infinitivos
Habitar el desorden de las cosas
para que se convierta en sól el pájaro.
Vislumbrar en la nada la costumbre del mar.
Encontrar en la cima un sendero sin huellas,
despertar al que nunca está dormido.
Que suene la sordera de dios ante la sangre.
Que se vuelva de sal el que no mira,
que no roce esta cuerda ningún cuello.
Y allí donde no escupe su destino la arena
perdurar bajo un cielo de mercurio.
para que se convierta en sól el pájaro.
Vislumbrar en la nada la costumbre del mar.
Encontrar en la cima un sendero sin huellas,
despertar al que nunca está dormido.
Que suene la sordera de dios ante la sangre.
Que se vuelva de sal el que no mira,
que no roce esta cuerda ningún cuello.
Y allí donde no escupe su destino la arena
perdurar bajo un cielo de mercurio.
martes, 21 de abril de 2009
Para despertar
Arderás en la lluvia cuando el fuego la toque
y serás nuevamente de madera.
Porque en tí están los números del agua,
los relojes que salvan de su edad a los muertos.
Antes de oler la luz, has sido de metal,
de una materia cálida.
Te bastaba la piel para vivir.
Eras de las ciudades que son islas,
te bebías el mar desde los muelles.
Y ahora estás ahí,
tendido en la rutina del invierno.
Inventando el dolor en un minuto.
y serás nuevamente de madera.
Porque en tí están los números del agua,
los relojes que salvan de su edad a los muertos.
Antes de oler la luz, has sido de metal,
de una materia cálida.
Te bastaba la piel para vivir.
Eras de las ciudades que son islas,
te bebías el mar desde los muelles.
Y ahora estás ahí,
tendido en la rutina del invierno.
Inventando el dolor en un minuto.
lunes, 20 de abril de 2009
Al final
Sostenme en una noche de metal
para que el beso de la muerte tarde.
Para que cuando llegue finjamos el amor
dentro de una ciudad sin ascensores,
sin escombros de luz en las persianas.
Juntos y a oscuras,
celebrando en los cuerpos un albergue.
El juego de los niños que se asustan
cuando el reloj les muestra su verdadero rostro.
para que el beso de la muerte tarde.
Para que cuando llegue finjamos el amor
dentro de una ciudad sin ascensores,
sin escombros de luz en las persianas.
Juntos y a oscuras,
celebrando en los cuerpos un albergue.
El juego de los niños que se asustan
cuando el reloj les muestra su verdadero rostro.
domingo, 19 de abril de 2009
Nocturno
Por las noches me mudo a tu garganta.
Abandono la tierra que sostiene mis pies
y busco la saliva que construye tu boca.
Y entonces me hago líquida.
O de arroz, como el hambre que se come a los niños,
huérfana en el ombligo de la luna.
Tan plena de deseo,
tan amplia y tan redonda como el beso de un ángel.
Existo sin materia,
agarrada al lugar que me prestaron,
como si dependiera de este cuerpo la luz.
Tan fértil siendo oscura.
Abandono la tierra que sostiene mis pies
y busco la saliva que construye tu boca.
Y entonces me hago líquida.
O de arroz, como el hambre que se come a los niños,
huérfana en el ombligo de la luna.
Tan plena de deseo,
tan amplia y tan redonda como el beso de un ángel.
Existo sin materia,
agarrada al lugar que me prestaron,
como si dependiera de este cuerpo la luz.
Tan fértil siendo oscura.
sábado, 18 de abril de 2009
Ante el sueño
Siempre eres de azúcar,
sobre todo si sabes ampliar mi sabor
o dormir con la mano en mi cadera.
Porque en el tacto soy de alambre
Y no son estos dedos sólo el tacto,
son, sobre todo, el verbo que pronuncio,
la voz hecha de nieve.
Porque para sonar dentro de este silencio
necesito árboles,
tejados que se doblen ante el musgo.
Ser el rostro que besas cuando lloro.
Y que te quedes quieto
mientras los siglos rozan nuestro sueño.
sobre todo si sabes ampliar mi sabor
o dormir con la mano en mi cadera.
Porque en el tacto soy de alambre
Y no son estos dedos sólo el tacto,
son, sobre todo, el verbo que pronuncio,
la voz hecha de nieve.
Porque para sonar dentro de este silencio
necesito árboles,
tejados que se doblen ante el musgo.
Ser el rostro que besas cuando lloro.
Y que te quedes quieto
mientras los siglos rozan nuestro sueño.
martes, 14 de abril de 2009
Lo efímero
A veces me cuesta que el pie izquierdo se mueva como yo desearía que lo hiciera. No me gusta que los hombres se vayan de mi cama y su olor no perdure pero tengo la manía de ventilar la casa todas las mañanas. Yo misma borro los restos de todo aquello que está destinado a pasar y no quedarse. Me ha costado aceptar que soy mortal, como todos, pero una vez asumido no quiero ser ni más ni menos que eso. Si antes jugaba a la eternidad, ahora juego a lo efímero, con tanto empeño que la vida ha empezado a parecerme una broma. He dejado de creer en lo que no existe.
domingo, 5 de abril de 2009
Chefchauen (Marruecos)
Al norte de mi sur la vida tiembla
con el párpado abierto por el hambre.
Hay tanto para ver,
tanto horizonte viejo en tus esquinas.
Es el mundo un espejo de esta ruta,
el resumen de un mapa que se cierra
delante de una puerta aún quebrada.
Aquí las manos pintan el mar en las paredes
no hay ciudad más azul,
ni avenidas más quietas.
Aquí la edad renuncia a su sonido
para que los relojes se confundan
y vuelva a ser la vida un lugar sin cerrojos,
un surco detenido en la mirada.
sábado, 28 de marzo de 2009
Herencias
Se ha llevado con él todos mis trenes
y el disfraz de mi rostro cuando sueña.
Me ha dejado los cromos de ciudades vacías
y un temblor de teléfonos sin línea.
Ha cortado mis trenzas
y ha convertido en cicatriz mis ojos.
Me ha dejado una arruga sin ventanas
y la triste costumbre de las sombras.
y el disfraz de mi rostro cuando sueña.
Me ha dejado los cromos de ciudades vacías
y un temblor de teléfonos sin línea.
Ha cortado mis trenzas
y ha convertido en cicatriz mis ojos.
Me ha dejado una arruga sin ventanas
y la triste costumbre de las sombras.
jueves, 12 de marzo de 2009
Escribo pájaros
Ahora escribo pájaros.
No los veo venir, no los elijo
(Julio Cortázar)
En nada me parezco a tu dolor,
a tu empeño por ser el que más siente.
Yo sólo escribo pájaros y los veo volar.
No les coso en las alas el nombre de ciudades.
Prefiero que se pierdan,
que intenten sílabas erradas
Que naden en los charcos del descuido.
De su imperfecta voz surgen las autopistas,
y un camino de plástico.
Y la fiera humildad de los cerrojos.
No los veo venir, no los elijo
(Julio Cortázar)
En nada me parezco a tu dolor,
a tu empeño por ser el que más siente.
Yo sólo escribo pájaros y los veo volar.
No les coso en las alas el nombre de ciudades.
Prefiero que se pierdan,
que intenten sílabas erradas
Que naden en los charcos del descuido.
De su imperfecta voz surgen las autopistas,
y un camino de plástico.
Y la fiera humildad de los cerrojos.
sábado, 7 de marzo de 2009
Zurich
A Pilar
Estás pidiendo al mar que se desnude,
que salga del armario
y convierta las calles de Zurich en almohadas.
Porque los hombre no son rubios
porque en tus manos nadan peces grises
y un silencio de lunas atraviesa tu vientre.
El tiempo aquí es un naúfrago,
un reloj invertido por la niebla.
Miran al lago las sombras de los ojos
y sólo encuentran restos de sudor.
Una ciudad al norte de la edad
y tanto miedo triste.
Estás pidiendo al mar que se desnude,
que salga del armario
y convierta las calles de Zurich en almohadas.
Porque los hombre no son rubios
porque en tus manos nadan peces grises
y un silencio de lunas atraviesa tu vientre.
El tiempo aquí es un naúfrago,
un reloj invertido por la niebla.
Miran al lago las sombras de los ojos
y sólo encuentran restos de sudor.
Una ciudad al norte de la edad
y tanto miedo triste.
lunes, 2 de marzo de 2009
Fracasos
Tenías en las manos un reguero de lunas,
un motivo de alzar en las paredes tu nombre.
Un sorbo de cemento en el borde de los labios.
Eras el que se calla cuando llueve.
El que nunca define las tormentas.
Y todo tu poder fue como el hielo:
un desorden de rabia,
un cuchilo que afila su fracaso.
Una torre que humilla su mirada.
un motivo de alzar en las paredes tu nombre.
Un sorbo de cemento en el borde de los labios.
Eras el que se calla cuando llueve.
El que nunca define las tormentas.
Y todo tu poder fue como el hielo:
un desorden de rabia,
un cuchilo que afila su fracaso.
Una torre que humilla su mirada.
martes, 3 de febrero de 2009
Vértigo
De repente, después del cansancio, la lucha, el desasosiego, una tremendísima paz... Y el vértigo de no saber, una vez más, qué va a ser de mi vida... Dónde voy a trabajar... qué va a suceder... Y lo peor es que ese vértigo casi me gusta.
martes, 27 de enero de 2009
Vivir
No creí que fuera a ser tan duro... En cierta medida es como un divorcio. Sabes que tienes que hacerlo pero te sientes como una maldita perra cuando por fin te decides... Desolada y desamparada. Llena de cicatrices. Impotente... Parece mentira que haya gente que se pasee por el mundo sin "sufrir" ningún percance y que a otros nos toque sufrirlos todos... Parece mentira también que, encima, nos queden ganas de reír y casi de disculpar a la vida por ser, a veces, tan jodidamente cruel. Y subsistir siempre... dejando jirones por el camino... No sé, tal vez el secreto consista en lograr salir indemne de toda esta basura... Tal vez a eso le llamen vivir.
domingo, 25 de enero de 2009
Cicatriz de enero
Ahora que el mundo se ha quedado quieto
-solos él y yo frente a este trasiego de luces-
que me perdonen los que están sin voz
y en el sonido buscan una estrella.
Los que atesoran lunas con las manos
y ven a dios en el perfil del miedo.
Que obseven esta sombra y la perdonen
aquellos que en la lengua resucitan
el resorte de un muelle que se oxida.
Porque, cuando se callan los que saben,
comienza el continente a ser terraza de enero.
Balcón que se recoge tras la niebla.
Cicatriz de una luz que no ve pasos.
-solos él y yo frente a este trasiego de luces-
que me perdonen los que están sin voz
y en el sonido buscan una estrella.
Los que atesoran lunas con las manos
y ven a dios en el perfil del miedo.
Que obseven esta sombra y la perdonen
aquellos que en la lengua resucitan
el resorte de un muelle que se oxida.
Porque, cuando se callan los que saben,
comienza el continente a ser terraza de enero.
Balcón que se recoge tras la niebla.
Cicatriz de una luz que no ve pasos.
domingo, 11 de enero de 2009
Gaza
Domingo de enero
Últimamente casi no cuelgo poemas por aquí. No es que la poesía haya dejado de interesarme. Nunca sucederá eso, es mi pasión. Es que la poesía ya la comparto en los foros y, afortunadamente, soy mucho más que poesía.
Este es mi sitio y en mi sitio tiene que estar todas mis cosas, todo lo que soy, además de la palabra. Mi indignación por lo que sucede en Gaza, mis problemas con el ERE de mi empresa (por cierto, mañana empiezan las negociaciones con la dirección y tendré que estar porque fui elegida representante de los trabajadores junto con otros cuatro compañeros).
Supongo que tendré un día duro porque, desafortunadamente, todo lo que sucede en mi entorno acaba afectándome muchísimo.
El otro día mis compañeros (los otros cuatro representantes) se quedaron alucinados cuando confesé, ante la abogada, mi intención de acogerme voluntaria a ese ERE que tanto me indigna.
Cómo explicarles que quiero renunciar a un magnífico sueldo y a una serie de privilegios que, a día de hoy tengo, sólo porque no me gusta el rumbo que ha tomado la empresa. Porque tengo muy poco tiempo y no quiero malgastarlo en algo en lo que he dejado de creer.
Me decía, hace a penas dos días, el presidente de dónde trabajo que, en un principio, mi empresa fue una utopía. Un lugar en el que se pretendía que trabajar no estuviera reñido con la libertad, en fin, cosas que viví y compartí, sin importarme horarios porque lo hacía con gusto.
Pero al final triunfó lo que siempre triunfa: el dinero, los números, la política de vigilancia y control... Es lógico, tal vez, ese es el verdadero fin de una empresa pero yo me retiro. Ya veré cómo pago la hipoteca.
Soy todo eso y que el viernes nevó y estuve tirando bolas de nieve y haciendo mini muñecos que congelé en la nevera para que siguieran vivos... Así me va, jajaja... Nunca jamás voy a tener un despacho.
Este es mi sitio y en mi sitio tiene que estar todas mis cosas, todo lo que soy, además de la palabra. Mi indignación por lo que sucede en Gaza, mis problemas con el ERE de mi empresa (por cierto, mañana empiezan las negociaciones con la dirección y tendré que estar porque fui elegida representante de los trabajadores junto con otros cuatro compañeros).
Supongo que tendré un día duro porque, desafortunadamente, todo lo que sucede en mi entorno acaba afectándome muchísimo.
El otro día mis compañeros (los otros cuatro representantes) se quedaron alucinados cuando confesé, ante la abogada, mi intención de acogerme voluntaria a ese ERE que tanto me indigna.
Cómo explicarles que quiero renunciar a un magnífico sueldo y a una serie de privilegios que, a día de hoy tengo, sólo porque no me gusta el rumbo que ha tomado la empresa. Porque tengo muy poco tiempo y no quiero malgastarlo en algo en lo que he dejado de creer.
Me decía, hace a penas dos días, el presidente de dónde trabajo que, en un principio, mi empresa fue una utopía. Un lugar en el que se pretendía que trabajar no estuviera reñido con la libertad, en fin, cosas que viví y compartí, sin importarme horarios porque lo hacía con gusto.
Pero al final triunfó lo que siempre triunfa: el dinero, los números, la política de vigilancia y control... Es lógico, tal vez, ese es el verdadero fin de una empresa pero yo me retiro. Ya veré cómo pago la hipoteca.
Soy todo eso y que el viernes nevó y estuve tirando bolas de nieve y haciendo mini muñecos que congelé en la nevera para que siguieran vivos... Así me va, jajaja... Nunca jamás voy a tener un despacho.
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