"Sólo se conocen bien las cosas que se domestican”, El Principito de Antoine de Saint-Exupéry
domingo, 30 de enero de 2011
jueves, 27 de enero de 2011
domingo, 23 de enero de 2011
A él, que duerme
Imagino que beso ese hombro dormido,
ese vientre tan cómodo,
esa arruga de enero que te estorba.
Y a la vez me pronuncio
dentro de tu sonido como un sueño.
Y te digo
que me duele la espalda,
que ayer llovió de día,
que los guiris se quejan de Madrid,
que a mis noches les sobran algunos nombres muertos.
Y tú que duermes,
no me oyes,
sólo respiras sin temor
y susurras, a ratos, tu enfado con mi imagen:
no es mi cuerpo el que quieres a tu lado
aunque a veces te laves el miedo en mi palabra.
ese vientre tan cómodo,
esa arruga de enero que te estorba.
Y a la vez me pronuncio
dentro de tu sonido como un sueño.
Y te digo
que me duele la espalda,
que ayer llovió de día,
que los guiris se quejan de Madrid,
que a mis noches les sobran algunos nombres muertos.
Y tú que duermes,
no me oyes,
sólo respiras sin temor
y susurras, a ratos, tu enfado con mi imagen:
no es mi cuerpo el que quieres a tu lado
aunque a veces te laves el miedo en mi palabra.
viernes, 21 de enero de 2011
martes, 18 de enero de 2011
Nadie nos dice
Nadie nos dice
Nadie nos dice cómo
voltear la cara contra la pared
y
morirnos sencillamente
así como lo hicieron el gato
o el perro de la casa
o el elefante
que caminó en pos de su agonía
como quien va
a una impostergable ceremonia
batiendo orejas
al compás
del cadencioso resuello
de su trompa
sólo en el reino animal
hay ejemplares de tal
comportamiento
cambiar el paso
acercarse
y oler lo ya vivido
y dar la vuelta
sencillamente
dar la vuelta
voltear la cara contra la pared
y
morirnos sencillamente
así como lo hicieron el gato
o el perro de la casa
o el elefante
que caminó en pos de su agonía
como quien va
a una impostergable ceremonia
batiendo orejas
al compás
del cadencioso resuello
de su trompa
sólo en el reino animal
hay ejemplares de tal
comportamiento
cambiar el paso
acercarse
y oler lo ya vivido
y dar la vuelta
sencillamente
dar la vuelta
viernes, 14 de enero de 2011
Detenida
Y estoy aquí parada en la mitad del mundo
sin saber si avanzar
o seguir detenida en este invierno,
asomándome a veces a la vida
con el deseo de creer en algo.
Pero es tan torpe la mirada
que en mis ojos
aún respira aquella lumbre,
aquellos días de prodigio,
cuando la noche era una ciudad amable
y el temor se dormía sin esfuerzo
como se duermen los que sueñan,
los que no sienten frío,
los que habitan en casas sin pasado.
Y aunque ya no confíe en las palabras
me acerco a otras bocas esperando el asombro:
que se vuelva mentira este cordón de alambre,
ese hedor que presiento
cuando el aire golpea en mi ventana.
sin saber si avanzar
o seguir detenida en este invierno,
asomándome a veces a la vida
con el deseo de creer en algo.
Pero es tan torpe la mirada
que en mis ojos
aún respira aquella lumbre,
aquellos días de prodigio,
cuando la noche era una ciudad amable
y el temor se dormía sin esfuerzo
como se duermen los que sueñan,
los que no sienten frío,
los que habitan en casas sin pasado.
Y aunque ya no confíe en las palabras
me acerco a otras bocas esperando el asombro:
que se vuelva mentira este cordón de alambre,
ese hedor que presiento
cuando el aire golpea en mi ventana.
jueves, 13 de enero de 2011
Cosas que jamás volvería a hacer:
Edito:
1- Casarme
2-Montar un negocio a medias con nadie.
3-Pensar que debajo de algunos y algunas había "algo más".
No son tantas en toda una vida... O sea, no lo hice tan mal.. no? (es una pregunta hacia mí misma...)
1- Casarme
2-Montar un negocio a medias con nadie.
3-Pensar que debajo de algunos y algunas había "algo más".
No son tantas en toda una vida... O sea, no lo hice tan mal.. no? (es una pregunta hacia mí misma...)
sábado, 8 de enero de 2011
Dos poemas de María Rosal
Publicidad engañosa
Busco
Que sea tierno ante todo.
Que esté conmigo
no más de veinte días.
Que se vuelva de amor
y de remate loco
y que luego se vaya
sin ruegos, ni exigencias,
ni mentiras...
Así las condiciones.
Abstenerse los que creen en dios,
en sacramentos,
en la ley de los hombres.
Soy solo una mujer
con la espera entreabierta
para el que oculta veneno en la saliva
un cuchillo en los dientes
y entre las piernas
la razón poderosa de la desgracia.
A mano armada
Supón que me presento
cualquier día en tu casa.
Que digo: "Hasta aquí hemos llegado"
que cierro las ventanas,
apago las cortinas,
los libros, los periódicos.
Supón que me presento
cuando menos lo esperas.
Ya puedo disfrutar
tu mirada de asombro,
el lecho abandonado,
los sentidos alerta.
Supón que te desnudo
con besos y sonrisas,
conjuro tus fantasmas,
asalto tu desvelo,
amanezco en tu sombra,
y me marcho,
y me juras
-dentro de un orden, claro-
fidelidad eterna.
Busco
Que sea tierno ante todo.
Que esté conmigo
no más de veinte días.
Que se vuelva de amor
y de remate loco
y que luego se vaya
sin ruegos, ni exigencias,
ni mentiras...
Así las condiciones.
Abstenerse los que creen en dios,
en sacramentos,
en la ley de los hombres.
Soy solo una mujer
con la espera entreabierta
para el que oculta veneno en la saliva
un cuchillo en los dientes
y entre las piernas
la razón poderosa de la desgracia.
A mano armada
Supón que me presento
cualquier día en tu casa.
Que digo: "Hasta aquí hemos llegado"
que cierro las ventanas,
apago las cortinas,
los libros, los periódicos.
Supón que me presento
cuando menos lo esperas.
Ya puedo disfrutar
tu mirada de asombro,
el lecho abandonado,
los sentidos alerta.
Supón que te desnudo
con besos y sonrisas,
conjuro tus fantasmas,
asalto tu desvelo,
amanezco en tu sombra,
y me marcho,
y me juras
-dentro de un orden, claro-
fidelidad eterna.
miércoles, 5 de enero de 2011
Besar
Nunca sé si un hombre me gusta de verdad hasta que no le beso.
No sé si le pasará a todo el mundo o se trata de otra de mis rarezas.
De todas formas, creo que pocas cosas hay como besar.
Es noche de Reyes. A lo mejor me traen un beso.
De todas formas, creo que pocas cosas hay como besar.
Es noche de Reyes. A lo mejor me traen un beso.
domingo, 2 de enero de 2011
Para decir
Tendría tanto que decir,
tantas y tantas cosas que sólo yo conozco
que elijo ser silencio.
Y quien quiera saber,
a quien algo le importe mi camino
-o el por qué de esta huída-
que se quede a mi lado y me pregunte,
más allá de la piel y de los ojos,
menos cerca del vientre.
Y sólo entonces,
cuando yo sienta grifos en la lengua,
me verteré en mi sangre
y así, sin líquido ni espejos,
seré en verdad quien soy.
No esta postal de barro en la que me sucedo,
mientras los días pasan
y los nombres se mezclan
sin que ninguno cuelgue abrigos en mi armario.
tantas y tantas cosas que sólo yo conozco
que elijo ser silencio.
Y quien quiera saber,
a quien algo le importe mi camino
-o el por qué de esta huída-
que se quede a mi lado y me pregunte,
más allá de la piel y de los ojos,
menos cerca del vientre.
Y sólo entonces,
cuando yo sienta grifos en la lengua,
me verteré en mi sangre
y así, sin líquido ni espejos,
seré en verdad quien soy.
No esta postal de barro en la que me sucedo,
mientras los días pasan
y los nombres se mezclan
sin que ninguno cuelgue abrigos en mi armario.
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