Publicidad engañosa
Busco
Que sea tierno ante todo.
Que esté conmigo
no más de veinte días.
Que se vuelva de amor
y de remate loco
y que luego se vaya
sin ruegos, ni exigencias,
ni mentiras...
Así las condiciones.
Abstenerse los que creen en dios,
en sacramentos,
en la ley de los hombres.
Soy solo una mujer
con la espera entreabierta
para el que oculta veneno en la saliva
un cuchillo en los dientes
y entre las piernas
la razón poderosa de la desgracia.
A mano armada
Supón que me presento
cualquier día en tu casa.
Que digo: "Hasta aquí hemos llegado"
que cierro las ventanas,
apago las cortinas,
los libros, los periódicos.
Supón que me presento
cuando menos lo esperas.
Ya puedo disfrutar
tu mirada de asombro,
el lecho abandonado,
los sentidos alerta.
Supón que te desnudo
con besos y sonrisas,
conjuro tus fantasmas,
asalto tu desvelo,
amanezco en tu sombra,
y me marcho,
y me juras
-dentro de un orden, claro-
fidelidad eterna.
12 comentarios:
A mano armada acabas de clavarme este poema en la sién, y no se va ni se desprende. Y sigo vivo.
Carmen, esto no es jugar limpio. No se puede ofrecer estas joyas y después pensar que podemos seguir escribiendo. Nos paralizas durante tiempo.
Muy tú.
Beso.
Hola Jose,
María Rosal, cordobesa, a tener en cuenta, creo... Me alegra si te gustó y haberla compartido.
A mí me pasa igual, Paco, las leo, los leo, y me pregunto pero qué hago yo escribiendo? jeje... Pero, bueno, existe el lado bueno: son espejos donde intentar mirarse.
Me encanta que vengas.
Si, Cristian, escribe lo que yo querría escribir, por eso hago su voz mía y me la acerco... Y así soy yo en ella de alguna forma...
Beso.
Me encantan ambos poemas porque ambos son viscerales y tienen la navaja en la liga.
Un muá casi sin respiro por tu agilidad
Por eso mismo me gustan a mí, Alicia.
Besote.
Hace mucho ya que escribí unos ripios inspirada por A mano Armada. No sé si descubrí yo a María Rosal, o si vino de tu mano o de la mano del sexitano, el caso es que me encanta y que me identifico mucho con sus versos.
Besos, guapa.
PD. Me gustaría pensar que yo soy una de las dieciséis que encontraste.
Recuerdo que en esos tiempos las descubríamos y luego las compartíamos...a María Rosal no sé quién la encontró pero la estuve releyendo estos días y me volví a sentir identificadísima con su poesía...
Y, sí, eres una de las 16, por eso te llegó.
Besote, Ana.
Excelente, Carmen. Es una poeta formidable.
Un beso y a ver si sé de ti
Es buena, sí, Carlos, no sé si la conocías... y últimamente ando desganada poética y no poéticamente... Gracias por acercarte.
Un beso.
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