sábado, 13 de junio de 2009

Me amas

Arden trozos de sol en la cocina
mientras, fuera los mapas nos persiguen
con un gesto de luz que es innombrable.
Me amas tan desnudo como el tiempo,
dormido como el barro,
hambriento como un pez sin recorrido.
Me amas.
Y en dos palabras cabe todo el mundo.

miércoles, 10 de junio de 2009

Al cabo


Al cabo, son muy pocas las palabras
que de verdad nos duelen, y muy pocas
las que consiguen alegrar el alma.
Y son también muy pocas las personas
que mueven nuestro corazón, y menos
aún las que lo mueven mucho tiempo.
Al cabo, son poquísimas las cosas
que de verdad importan en la vida:
poder querer a alguien, que nos quieran
y no morir después que nuestros hijos.

jueves, 4 de junio de 2009

Cuentos

A Ana, por quererme. Y por quererla. .

Cuando esperamos somos de mentira,
como los cuentos
de príncipes y ranas.
Nadie besa a los sapos,
nadie se bebe la saliva de otros,
nadie cree en la muerte
sobre todo si ocurre muy despacio.
De puntillas,
armada de dolor, indeclinable,
infinita y rendida.
Inteligente y generosa,
como tú que no tienes ningún nombre
y, sin embargo, vives,
Quién quiere los diamantes.
si sólo existen desde lejos,
si no se quedan en la piel.
Si nadie los recuerda cuando marchan.
Quién quiere la impostura del color.
Qué gran rollo, mi vida,
es este mundo tan tremendo.

miércoles, 3 de junio de 2009

Personajes

Es obvio que leo demasiadas novelas y que las novelas no se parecen casi nunca a la vida real. También empieza a resultarme obvio que, en el fondo, siempre he esperado que mi propia vida se convierta en una novela. Y de tanto desearlo casi, casi lo he conseguido. Una de esas novelas con finales abiertos, una novela épica integrada por cientos de personajes de los cuales sólo unos pocos, esos que se repiten página tras página, son importantes. Otros, la mayoría, protagonizando tan sólo un capítulo, más largo o más breve, eso da casi igual, pero un único capítulo.
Tal vez debería bastarme con los que ya están y siempre van a estar, con esos pocos de los que no puedo prescindir. Pero qué sería de esta novela si me conformo con repetir día tras día el mismo monólogo, la misma plácida historia... Me ahogaría, no podría subsistir. Y todo lo que hasta ahora he aprendido se volvería blanco.
Como dice Charles Baxter, las historias felices no interesan, ni siquiera son historias.

lunes, 1 de junio de 2009

Agua

Rocé la piel de un hombre que no tenía edad. No puedo asesinar a quienes ya están muertos. No tengo ganas de esperar el humo. Me gusta que las sombras se parezcan a las sábanas blancas. Me gusta ser de todos y no ser. Me gusta que si el agua se siente fuente corra. Y se pierda en el mar. Lejos de mí.

sábado, 23 de mayo de 2009

MIRANDO GERANIOS EN VENTANAS QUE NO HABÍAN



"mirando geranios en ventanas que no habían"
Mario Marqués




Se sorprende el furtivo al escuchar: mientes.
Quizá porque se lo dice la chica que cruzó hacia la lluvia
(naufragio era su voz, y te llamaba),
cuando la noche olía a derrota,
retornaban de nuevo las cigüeñas
y los aleros se cubrían de nieve blanca y gris;
la que recuerda que no había lanzado
-todavía- una moneda a la Fontana di Trevi
y no le dolía el dolor,
ni el amor
ni las rodillas de rezar en Saint Sulpice,
ni en remolinos sobre cualquier espejo
imaginaba un desayuno con diamantes,
porque aún buscaba geranios en ventanas que no habían,
y no quería, como quiere hoy,
volver a aquello que vale poco o nada: volver
(¡qué difícil oficio el de ser luz!).
Volver. Con la tarde deshecha a la espalda
y los cabellos teñidos de vientos azul Sena,
a su niñez de azúcar y de nueces.

Cosas raras en el estómago

No sé que tengo, como una cosa triste y rara agarradita a la boca del estómago. Y lo peor es que no sé los motivos. Además, no puedo escribir. Cuando me siento así, no me sale ni un solo verso. La mayoría de la gente cree que cuando peor se siente uno mejor se escribe. En mi caso, desde luego, no es así.
Cuando me siento mal lo que más me apetece es el silencio. El silencio y las historias de los demás. Leer y leer. Pero narrativa, ficción, cuánto más ficción mejor.
Por eso debe ser que rara vez leo a novelistas españoles. Nunca no pero rara vez. No a todos, claro, pero a la mayoría los encuentro demasiado planos, entendiendo por planos "próximos".
Por eso debe ser también que, aunque lo he hecho, no me atrae en exceso la idea de viajar por Europa. No quiero más de lo mismo. Quiero sentirme durante tres días, una semana, un mes otra persona. Fabricar la ilusión de otra vida. Que ocurran cosas diferentes que me cuenten cosas diferentes.
Hay libros que me han ayudado a curarme y lugares a los que me escapo cuando puedo porque los necesito para vivir.
Cuando me ocurrió lo del ERE cogí el coche y me fui dos semanas a Marruecos, a la aventura, sin planes fijos, sin mucho dinero... Cambiábamos de ciudad o pueblo cada dos o tres días, hostales cutres, maleta va maleta viene, litros de té y, sin embargo, yo que hace ya mucho que tengo asumido el insomnio, dormí como un tronco desde el primer día. Una noche fueron diez horas del tirón. Y ni una sola pesadilla. Allí me terminé, además, el libro de Le Clezió, La Cuarentena (una novela de viajes y aventuras ambientada a finales del siglo XIX, justo lo que me hacía falta).
Cuando tengo días, o etapas, o rachas tontas no me sirve, como tal vez les suceda a otros, refugiarme en lo conocido. Lo mío, creo, es siempre una huida hacia delante. Por eso no creo en las segundas partes de las historias de amor ni en las segundas partes de las historias de amistad rotas. Por eso no me arrepiento de casi nada de lo que hago pero no repito jamás lo que no me gusta.
No sé, esta cosa rara en la boca del estómago tal vez sea un aviso o, simplemente, impaciencia o la intuición de que tengo que provocar que suceda algo nuevo YA. Lo que más deseo es que, por favor, esa sensación se largue y me da miedo que no se vaya si me limito a quedarme quieta y esperar que suceda.

viernes, 22 de mayo de 2009

Toca descansar

Hoy fui a comer con las chicas otra vez.
La verdad es que cada vez me cuesta más aparecer por allí (allí es por las cercanías de mi ex trabajo).
De repente ha empezado a olerme a rancio.
No se debe volver a los sitios donde uno lo ha pasado mal. Porque quedarse sin trabajo, en mi caso, ha sido un mal menor (a ratos casi un regalo).
Lo realmente terrible ha sido lo vivido "antes de".
Y, al final, los que están dentro siguen metidos en un círculo que ya no es el tuyo y del que por salud mental deberías alejarte lo más posible.
El simple hecho de oír pronunciar algunos nombres (y siempre se pronuncian)consigue ponerme nerviosa para varios días.
Llevo dos meses y pico sin trabajar y todavía no ha habido una sola semana en la que no haya tenido una pesadilla relacionada con lo que viví.
Ocho años al lado de un psicópata son muchos años, suman muchos días, muchas horas y un desgaste emocional tremendo si eres medianamente sensible.
Digamos que no es lo mismo perder un trabajo de un año que perder un trabajo de quince, toda tu vida laboral y gran parte de tu vida afectiva.
Y lo peor es que te obliguen a desearlo. Que te veas empujada a tomar la decisión de irte porque lo malo tuvo poder suficiente como para ensombrecer lo bueno, que fue mucho.
En fin, que a ellas las quiero mucho pero el entorno en el que las sigo tratando me perjudica mucho más de lo que me beneficia. Y ahora me toca ser egoísta.

martes, 19 de mayo de 2009

Desencuentros

El cielo me reclama mientras plantas árboles.

Porque eres de metal y de cemento,
de una materia que no vence.

Mientras estudias la razón del mar,
a mí me crecen en las manos barcos,
naufragios de papel,

espumas de color azul entre las piernas.

A ti te sobran dientes para morder los besos
a mí me caben mapas en la boca,

por eso estamos solos cuando amamos.

No sentimos la misma oscuridad,
ni en nuestros rostros brilla el mismo azufre.

martes, 12 de mayo de 2009

Poema Infantil

El tenía paraguas en los dedos.

Y yo, que estaba loca por sus manos,
pretendía mojar con mi lengua su voz,
salvarme de la vida tras su espalda.

Quería darle besos en el miedo.

Explicarle que dentro de mis cosas
hay duendes que vigilan el planeta
(para que nadie pueda hacerte daño,
mi amor).

Yo quería cuidarle de lo negro,
ser parque en sus domingos.

Llenarle los zapatos de tormentas.

Y enseñarle que todo es de mentira
menos este momento que llueve en las ventanas.

lunes, 11 de mayo de 2009

"Ver la tristeza"


Hoy, al rato de levantarme, se me ha ocurrido una de las miles de preguntas idiotas que, a veces, se me pasan por la cabeza: se puede fotografiar la tristeza? Ese tipo de tonterías me las he preguntado toda mi vida pero, antes eran flashes que aparecían un segundo y, luego, las ocupaciones diarias se tragaban. Es la primera vez que tengo tiempo suficiente para regodearme en ellas, así que me he lanzado al google y he metido en el buscador las dos palabras: tristeza y fotos. He encontrado miles, por supuesto, pero ninguna me ha convencido "totalmente".

Me preguntaba, también, si la tristeza es un sentimiento que traemos puesto cuando nacemos o si son las peripecias de la vida las que nos "enseñan" a sentirla.

sábado, 9 de mayo de 2009

Un día en Cuenca

Ayer pasé el día en en Cuenca. No conocía Cuenca. Y tampoco sabía que existía allí una autoescuela, famosa en el mundo mundial, en la que te preparan del carnet de conducir en quince días. Y si tienes suerte, claro, - y apruebas-, te lo llevas puesto en dos semanas.

Me ofrecí para ir a recoger a una amiga que, como yo, y después de sufrir el mismo ERE que yo, está en el paro, y ha aprovechado la oportunidad para sacarse el carnet de conducir en esa mundialmente famosa autoescuela, de la que yo, hasta hace nada, no tenía noticias.

De paso quería ver las casas colgadas y esas cosas.(Por cierto, aprobó el teórico, con una preparación de cuatro días, eso sí, intensivos).

El día fue curioso, no por Cuenca, que el casco viejo es precioso. Ni por las casas colgadas. Ni por la Catedral cuya fachada me recordó, vagamente, a la de Notredame. Fue curioso, como siempre, por la gente.

Comí con un montón de recién examinados de la famosa autoescuela, y yo, que tengo el carnet de conducir desde los dieciocho, me quedé asombrada al comprobar las cosas tan dispares que pueden servir para unir a las personas. Basta con tener un solo objetivo común para que, al menos temporalmente, se creen lazos fortísimos.

De repente, una parada de Barcelona de 37 años es amiguísima de un canario de 28, que pretende escribir guiones de cortos, sólo porque han coincidido en una autoescuela de Cuenca y los dos se quieren sacar el carnet de conducir.

Y, sobre todo, porque los dos sienten que lo están haciendo a destiempo.

Todo este rollo viene a cuento porque, al final, la gente sólo necesita "creer" en algo, tener un objetivo -el que sea- para unirse con otra gente y luchar por él. La apatía sólo surge cuando nos aíslamos.

Al principio, tú, que llegas de fuera, ajena a toda esa movida, y con carnet de conducir hasta renovado, eres un bicho raro pero si les oyes y te interesas, te aceptan. Basta con que hagas tuyos sus problemas, con que ejercites eso tan maravilloso que llaman empatía.

Y acaban invitándote a su casa de Barcelona. O de Vigo. O de Santa Cruz de Tenerife. O te dicen "que zapatos más bonitos llevas", que no es la frase del año, desde luego, pero que, a veces, se agradece mucho más que la frase del año porque, tal vez, el día anterior estuviste triste. O echaste mucho de menos a alguien sin saber que te esperaba Cuenca, con sus casas colgadas, con un puente en el que, curiosamente, habían pegado una ristra inmensa de folios para escribir el poema más largo del mundo (poema en el que no participé porque después de leer algunas de las cosas escritas, me di cuenta que no tenía nada que aportar: dos andaluces celebran su cuarenta aniversario de boda en la ciudad de las casas colgadas y dicen que son felices... Puedo escribir yo algo que supere eso?).

Había una chica catalana que se llamaba Irene con la que me sentí muy bien hablando. Además, fumaba tanto o más que yo, que ya es decir. A lo largo de la conversación me dijo varias veces que era muy simpática, muy guapita y que parecía tener mucho carácter. Y todas las veces me dieron ganas de abrazarla porque no tenía ni idea de lo que me había costado ese día levantarme, intentar ponerme guapita, conducir dos horas hasta Cuenca y procurar ser simpática con un grupo de gente que nada sabía de mí.

Tampoco le pude explicar que justo ese día la vida me había puesto delante lo que necesitaba: una ciudad como Cuenca y un montón de desconocidos en los que aprender una vez más lo grande que es el mundo y lo pequeñas que son mis miserias.

miércoles, 6 de mayo de 2009

Ficción

Si te alejas, me iré,
sin posar en tu cuerpo mi mensaje
de párpados cerrados.

Volverá lo que soy,
la madrugada insomne de una niña que crece.

LLegarán las rodillas de papel,
el temor a la noche
e, incluso, la costumbre de no amarte

a ti que no eres tú.

Porque habitas tan sólo en mi ficción,
como un fósforo ardiendo tras la luna,
fugaz y endeble,

opaco como el brillo de un disfraz.

lunes, 4 de mayo de 2009

Juegos

El mismo juego de hacer versos
-que no es un juego- es algo
parecido en principio
al placer solitario.

Jaime Gil de Biedma



Si son días de gloria lo que buscas,
días de pan y sol,
aparta la mirada de este cuerpo

porque detrás de su sudor no hay nada.

Apenas una esquina sin relojes,
apenas un resquicio de veneno

un espacio inventado por la sed.

Aprende a contemplar su luz nocturna
antes de que el segundo se duplique
y el mismo juego empiece en otro nombre.

viernes, 1 de mayo de 2009

Yo no sé qué es el amor

Nuestro miedo nos miente
porque no es el amor un rostro de cemento

ni un paisaje en el borde de los ojos.

La luz mancha los charcos
y los taxis vacíos no saben dónde van.

Se puede ser feliz en este instante.
Se puede comprender la vida estando quieto,
dejando que el presente nos imponga su ritmo.

Que sólo exista el día de tu nombre,
la libertad del tiempo que se marcha

y un beso que no ensucie la saliva.

jueves, 30 de abril de 2009

Siempre que viajamos a otra ciudad nos invade el miedo



Sí, torcer el espejo es fácil.
Allí está el arco, la mirada del número,
las huellas del árbol que serán promesa.
Tú diriges el auto dormida entre la espuma.
No viene el verde, no llega la mano gris del invitado.
Y es que somos la lluvia, el porqué de un vientre sin horas,
la línea en un muslo, el redoble que adora las insignias.
Alguien ha sido albina, alguien vuelve al signo,
alguien interpreta el amanecer del río.
Yo persigno tu miedo y le digo al niño que no cante.
En la ciudad los eclipses llevan fresa en los labios.

miércoles, 29 de abril de 2009

La pasión como defecto

Poner demasiada pasión en las cosas puede resultar dañino y, desde luego, siempre es ilusorio. Es como pretender un mundo perfecto, hecho a tu medida, y llevarte berrinches cada vez que te tropiezas con una realidad que no se corresponde con la que tu coco ha creado.
Leer un libro y entusiasmarte hasta el punto de pretender que todo el mundo lo lea, incluso aquellos que no sienten el menor interés por la lectura.
Ver una película en el cine y disfrutar tanto como para recomendársela al planeta Tierra al completo, incluyendo a los que no van nunca al cine.
Querer a tus amigos/as con tanta pasión como para intentar hacer sentir a los demás que esas personas, a las que ni siquiera conocen, son especiales para ti y, por lo tanto, también tienen que serlo para el resto del mundo.
Enamorarte de ciudades y molestarte cuando alguien las critica porque estás convencido de que no ha sabido ver en ellas lo que tus ojos han visto.
La pasión excesiva es una forma de inmadurez que te lleva del goce al dolor en cuestión de minutos. Disfrutar a lo bestia y sufrir a lo bestia. Ilusionarte con mentiras y decepcionarte por las mismas mentiras.
Los que padecen esa especie de enfermedad son niños durante toda su vida, incapaces de racionalizar. Adorables en los momentos buenos pero caprichosos, intransigentes y hasta crueles en los malos.

lunes, 27 de abril de 2009

Sin mirada

Puedes tocarme con los dedos,
como el sol cuando roza la materia
y yo no ser de ti.

Porque soy lo que no te pertenece.

Puedes tocarme y ser de agua tu mano,
impermeable el gesto que me rapta.

Puedes mirar sin verme,
quedarte en la cadera, ascender hasta el cuello,
convertir en cristal el ojo que me juzga.

Vivir donde la piel es un pretexto
para olvidar la edad de nuestras sombras.

O puedes acallar la voz que nos destruye
y detener un párpado en tu lengua.

Porque si no te quedas a mirarme
yo sí seré la misma
pero el mundo se hará bastante más pequeño.

miércoles, 22 de abril de 2009

Infinitivos

Habitar el desorden de las cosas
para que se convierta en sól el pájaro.

Vislumbrar en la nada la costumbre del mar.

Encontrar en la cima un sendero sin huellas,
despertar al que nunca está dormido.

Que suene la sordera de dios ante la sangre.
Que se vuelva de sal el que no mira,

que no roce esta cuerda ningún cuello.

Y allí donde no escupe su destino la arena
perdurar bajo un cielo de mercurio.

martes, 21 de abril de 2009

Para despertar

Arderás en la lluvia cuando el fuego la toque
y serás nuevamente de madera.

Porque en tí están los números del agua,
los relojes que salvan de su edad a los muertos.

Antes de oler la luz, has sido de metal,
de una materia cálida.

Te bastaba la piel para vivir.

Eras de las ciudades que son islas,
te bebías el mar desde los muelles.

Y ahora estás ahí,
tendido en la rutina del invierno.

Inventando el dolor en un minuto.

lunes, 20 de abril de 2009

Al final

Sostenme en una noche de metal
para que el beso de la muerte tarde.

Para que cuando llegue finjamos el amor
dentro de una ciudad sin ascensores,

sin escombros de luz en las persianas.

Juntos y a oscuras,
celebrando en los cuerpos un albergue.

El juego de los niños que se asustan
cuando el reloj les muestra su verdadero rostro.

domingo, 19 de abril de 2009

Nocturno

Por las noches me mudo a tu garganta.
Abandono la tierra que sostiene mis pies
y busco la saliva que construye tu boca.

Y entonces me hago líquida.

O de arroz, como el hambre que se come a los niños,
huérfana en el ombligo de la luna.

Tan plena de deseo,
tan amplia y tan redonda como el beso de un ángel.

Existo sin materia,
agarrada al lugar que me prestaron,

como si dependiera de este cuerpo la luz.

Tan fértil siendo oscura.

sábado, 18 de abril de 2009

Ante el sueño

Siempre eres de azúcar,
sobre todo si sabes ampliar mi sabor
o dormir con la mano en mi cadera.

Porque en el tacto soy de alambre

Y no son estos dedos sólo el tacto,
son, sobre todo, el verbo que pronuncio,

la voz hecha de nieve.

Porque para sonar dentro de este silencio
necesito árboles,

tejados que se doblen ante el musgo.

Ser el rostro que besas cuando lloro.

Y que te quedes quieto
mientras los siglos rozan nuestro sueño.

martes, 14 de abril de 2009

Lo efímero

A veces me cuesta que el pie izquierdo se mueva como yo desearía que lo hiciera. No me gusta que los hombres se vayan de mi cama y su olor no perdure pero tengo la manía de ventilar la casa todas las mañanas. Yo misma borro los restos de todo aquello que está destinado a pasar y no quedarse. Me ha costado aceptar que soy mortal, como todos, pero una vez asumido no quiero ser ni más ni menos que eso. Si antes jugaba a la eternidad, ahora juego a lo efímero, con tanto empeño que la vida ha empezado a parecerme una broma. He dejado de creer en lo que no existe.

domingo, 5 de abril de 2009

Chefchauen (Marruecos)





Al norte de mi sur la vida tiembla
con el párpado abierto por el hambre.

Hay tanto para ver,
tanto horizonte viejo en tus esquinas.

Es el mundo un espejo de esta ruta,

el resumen de un mapa que se cierra
delante de una puerta aún quebrada.

Aquí las manos pintan el mar en las paredes
no hay ciudad más azul,
ni avenidas más quietas.

Aquí la edad renuncia a su sonido
para que los relojes se confundan
y vuelva a ser la vida un lugar sin cerrojos,

un surco detenido en la mirada.

sábado, 28 de marzo de 2009

Herencias

Se ha llevado con él todos mis trenes
y el disfraz de mi rostro cuando sueña.

Me ha dejado los cromos de ciudades vacías
y un temblor de teléfonos sin línea.

Ha cortado mis trenzas
y ha convertido en cicatriz mis ojos.

Me ha dejado una arruga sin ventanas
y la triste costumbre de las sombras.

jueves, 12 de marzo de 2009

Escribo pájaros

Ahora escribo pájaros.
No los veo venir, no los elijo

(Julio Cortázar)

En nada me parezco a tu dolor,
a tu empeño por ser el que más siente.

Yo sólo escribo pájaros y los veo volar.

No les coso en las alas el nombre de ciudades.
Prefiero que se pierdan,
que intenten sílabas erradas

Que naden en los charcos del descuido.

De su imperfecta voz surgen las autopistas,
y un camino de plástico.

Y la fiera humildad de los cerrojos.

sábado, 7 de marzo de 2009

Zurich

A Pilar


Estás pidiendo al mar que se desnude,
que salga del armario
y convierta las calles de Zurich en almohadas.

Porque los hombre no son rubios
porque en tus manos nadan peces grises

y un silencio de lunas atraviesa tu vientre.

El tiempo aquí es un naúfrago,
un reloj invertido por la niebla.

Miran al lago las sombras de los ojos
y sólo encuentran restos de sudor.

Una ciudad al norte de la edad
y tanto miedo triste.

lunes, 2 de marzo de 2009

Fracasos

Tenías en las manos un reguero de lunas,
un motivo de alzar en las paredes tu nombre.
Un sorbo de cemento en el borde de los labios.

Eras el que se calla cuando llueve.
El que nunca define las tormentas.

Y todo tu poder fue como el hielo:
un desorden de rabia,
un cuchilo que afila su fracaso.

Una torre que humilla su mirada.

martes, 3 de febrero de 2009

Vértigo

De repente, después del cansancio, la lucha, el desasosiego, una tremendísima paz... Y el vértigo de no saber, una vez más, qué va a ser de mi vida... Dónde voy a trabajar... qué va a suceder... Y lo peor es que ese vértigo casi me gusta.

martes, 27 de enero de 2009

Vivir

No creí que fuera a ser tan duro... En cierta medida es como un divorcio. Sabes que tienes que hacerlo pero te sientes como una maldita perra cuando por fin te decides... Desolada y desamparada. Llena de cicatrices. Impotente... Parece mentira que haya gente que se pasee por el mundo sin "sufrir" ningún percance y que a otros nos toque sufrirlos todos... Parece mentira también que, encima, nos queden ganas de reír y casi de disculpar a la vida por ser, a veces, tan jodidamente cruel. Y subsistir siempre... dejando jirones por el camino... No sé, tal vez el secreto consista en lograr salir indemne de toda esta basura... Tal vez a eso le llamen vivir.

domingo, 25 de enero de 2009

Cicatriz de enero

Ahora que el mundo se ha quedado quieto
-solos él y yo frente a este trasiego de luces-
que me perdonen los que están sin voz
y en el sonido buscan una estrella.

Los que atesoran lunas con las manos
y ven a dios en el perfil del miedo.

Que obseven esta sombra y la perdonen
aquellos que en la lengua resucitan
el resorte de un muelle que se oxida.

Porque, cuando se callan los que saben,
comienza el continente a ser terraza de enero.

Balcón que se recoge tras la niebla.
Cicatriz de una luz que no ve pasos.

domingo, 11 de enero de 2009

La vergüenza





Gaza






Sentí indignación pero no la hice pública.
Esta vez las imágenes valen más que las palabras.
No se pueden manipular.

Domingo de enero

Últimamente casi no cuelgo poemas por aquí. No es que la poesía haya dejado de interesarme. Nunca sucederá eso, es mi pasión. Es que la poesía ya la comparto en los foros y, afortunadamente, soy mucho más que poesía.
Este es mi sitio y en mi sitio tiene que estar todas mis cosas, todo lo que soy, además de la palabra. Mi indignación por lo que sucede en Gaza, mis problemas con el ERE de mi empresa (por cierto, mañana empiezan las negociaciones con la dirección y tendré que estar porque fui elegida representante de los trabajadores junto con otros cuatro compañeros).
Supongo que tendré un día duro porque, desafortunadamente, todo lo que sucede en mi entorno acaba afectándome muchísimo.
El otro día mis compañeros (los otros cuatro representantes) se quedaron alucinados cuando confesé, ante la abogada, mi intención de acogerme voluntaria a ese ERE que tanto me indigna.
Cómo explicarles que quiero renunciar a un magnífico sueldo y a una serie de privilegios que, a día de hoy tengo, sólo porque no me gusta el rumbo que ha tomado la empresa. Porque tengo muy poco tiempo y no quiero malgastarlo en algo en lo que he dejado de creer.
Me decía, hace a penas dos días, el presidente de dónde trabajo que, en un principio, mi empresa fue una utopía. Un lugar en el que se pretendía que trabajar no estuviera reñido con la libertad, en fin, cosas que viví y compartí, sin importarme horarios porque lo hacía con gusto.
Pero al final triunfó lo que siempre triunfa: el dinero, los números, la política de vigilancia y control... Es lógico, tal vez, ese es el verdadero fin de una empresa pero yo me retiro. Ya veré cómo pago la hipoteca.
Soy todo eso y que el viernes nevó y estuve tirando bolas de nieve y haciendo mini muñecos que congelé en la nevera para que siguieran vivos... Así me va, jajaja... Nunca jamás voy a tener un despacho.

martes, 30 de diciembre de 2008

Alguien

Alguien, en algún lugar del mundo, se me parece... Tendré que cargar todo el peso del atlas sobre mis hombros y salir a buscar... Porque la vida es muy corta y mi responsabilidad con ella muy grande... A veces ese otro mundo se encuentra sólo a la vuelta de la esquina, esperándonos... Otras veces es preciso recorrer miles de kilómetros para encontrarlo... O para encontrarnos.

viernes, 19 de diciembre de 2008

ERE

Al fin llegó el día.
Ayer a las seis de la tarde para hacernos pasar unas buenas Navidades el Comité de Dirección de mi Empresa nos reunió para anunciarnos que tiene la intención de despedir a la mitad de la plantilla e iniciar un ERE (Expediente de Regulación de Empleo).
No por esperada la noticia deja de joder cuando se oye en vivo y en directo.
Primera sorpresa el número desmesurado de despidos teniendo en cuenta que es una empresa que ha estado ganando dinero a espuertas durante quince años y que a la primera dificultad opta por la vía de prescindir de la gente (bastante fiel, por cierto) que ha hecho posible ese proyecto sin aguantar el tipo ni siquiera un tiempo medianamente prudencial.
Segunda sorpresa: una empresa que da beneficios desmesurados, echa a la calle exactamente al porcentaje de gente del que necesita prescindir para seguir teniendo no sólo beneficios, sino los mismos beneficios desmesurados. No creo que el coste de una crisis en una empresa la deban soportar sólo los trabajadores, algo les debe de tocar a los que en realidad ganan de verdad la pasta. O sea, despide a menos gente y gana un poquito menos, que no se os pide que perdáis, leches.
Tercera y más dura sorpresa. Yo soy una romántica y dentro del dramatismo de la situación pensé que los compañeros íbamos a hacer una piña y hasta le veía el lado hermoso a eso de luchar o de tener algo justo por lo que luchar.
El comunicado fue ayer. Hoy hemos tenido dos asambleas porque ahora hay que elegir representantes, presentar candidaturas, bla, bla, bla... y con lo visto hoy he tenido suficiente para afirmar que, en general, el género húmano es deleznable. Que cada uno guarda su culo. Que la solidaridad es sólo una palabra con significado vacío. Que, en el fondo, somos esclavos y estamos encantados de serlo.
Si llego a grabar lo vivido esta mañana y lo proyecto en algún sitio como una Asamblea de Trabajadores amenazados con un ERE creerían que era un video chiste de esos que mandan a los programas de la tele.
Ha habido un momento en el que creí que alguien iba a dar hurras a la empresa por ser tan buena e ir de tan buena fé con nosotros. Hay quiénes hasta están en contra de buscar abogados o asesores porque confían en el buen hacer de la empresa.
En fin. Presenté mi candidatura y ya estoy pensando en retirarla porque visto lo visto sé que voy a sufrir más de la cuenta por algo que al final voy a tener que tragarme con patatas, unido a la gran decepción que, cada día más, me provoca el género humano.

domingo, 14 de diciembre de 2008

La noche y la amistad

Desde pequeña me ha gustado la noche y su silencio. Me encantaba quedarme despierta hasta muy tarde con el pretexto de estudiar. Esa sensación de tener la casa casi entera y casi solitaria para mí me hacía disfrutar de una manera inexplicable. Todavía hoy sigo siendo básicamente nocturna, aunque el trabajo me obligue a alterar mi ritmo natural casi todos los días de mi vida.
Cuando compartía piso con compañeras de estudio, manteníamos conversaciones nocturnas sobre las cosas más insospechadas. Charletas y confesiones que, a veces, duraban toda la noche. En pijama, con mucho café, con cigarrillos, con copas... Fueron instantes muy próximos a la felicidad.
Todavía, a día de hoy, a veces se repiten.
En dos o tres ocasiones al año, las amigas nos las apañamos para aparcar hijos, maridos, novios y otros condicionantes de nuestras vidas y nos vamos de viaje juntas y solitas.
Viajes cortos, a lo sumo tres o cuatro días. Lo de menos suele ser el sitio. No vamos de ligues ni de juergas agotadoras. Nos lo pasamos tan bien juntas que lo único que hacemos es reírnos hasta el cansancio y hablar...
Soy tremendamente afortunada por tenerlas cerca esas noches aunque también soy consciente de que la vida se nos va complicando más y más y que lo más probable es que esos viajes terminen dejando de existir.

lunes, 8 de diciembre de 2008

A Madrid

Aquella noche era Madrid un gesto,
una ciudad enferma.
La calle sin final
que buscan los noctámbulos.

Un rostro que se seca la mirada
en la culpa del mundo.

Si pudiera apagar la voz del miedo,
salvar a este rincón de sus pecados.

Verter en sus aceras la semilla del mar.

Ser la mano que riega su miseria.
Los ojos que disecan la sombra de sus pájaros.

jueves, 4 de diciembre de 2008

Paul Auster y otros



Hoy me he comprado el último libro de Auster. Con Auster me pasa como con Murakami, soy incapaz de no comprarme todo lo que publica. Siempre he sido tremendamente apasionada con mis amores literarios. Cuando un autor me gusta lo agoto. Exprimo su lectura hasta tal punto que luego, durante bastante tiempo, soy incapaz de volver a leer nada suyo. Como en otras muchas cosas soy una extremista. Me sucedió hace años con Kundera. Y hace más años todavía con García Márquez, Sábato y Cortázar. Así que me temo que no tengo remedio.

viernes, 28 de noviembre de 2008

Hay semanas horribles

Me están pintando la casa.
Teniendo en cuenta que salgo a las 8 y vuelvo, con suerte, a las 8, colocar el colchón para poder dormir o saltar por encima de las cajas llenas de trastos no es, desde luego, lo más relajante del mundo.
Para colmo la situación en el trabajo sigue igual... ahí todos sentaditos esperando a ver qué día nos echan a la calle. Se trabaja con una ilusión bárbara.
Para rematarlo, ayer tuve un broncazo de muerte con mi hermano. Consiguió sacarme de mis casillas y ponerme tan nerviosa que luego no me podía dormir.
Y lo peor de todo, he estado tan preocupada con el trabajo, mis idas y venidas de fines de semana, mis poemitas, la pintura de la casa (que llevo un mes marujeando con los colores y ridículamente preocupada decidiendo dónde voy a colgar los cuadros)que a Tina no le he hecho el menor caso.
Llevaba unos días manchando el cojín donde suele ponerse pero creí que andaba vomitando porque hay temporadas que le da por ahí y luego se le pasa sin más hasta que, de pura coña, anoche le ví un cosa roja y extrañísima en un lado del cuerpo.
La he llevado al veterinario esta tarde y con solo un vistazo me ha dicho que tiene un pedazo de tumor, además, ulcerado y que no entiende cómo no me he dado cuenta antes.
Me he sentido fatal de la muerte.
La operan el lunes... no sé si servirá de algo, el veterinario tampoco lo sabe... En fin..
Y más cosas...
Menos mal que siempre parece que no me pasa nada y que la gente no se entera ni de la misa la media.

domingo, 23 de noviembre de 2008

Sonámbulos

El invierno en las voces,
el ascenso del miedo,
la noche perforada por el hambre.

Y esa sed que se prende en la palabra
y bebe de ella el zumo del espanto.

Qué oscuro es el camino de las sombras.
Cuántos monstruos lo habitan,
cuántos seres se comen su miseria.

Y, sin embargo, tú,
que sabes quién padece los sonidos,
me invitas a vivir en la mudez.

A construir un verbo antiguo.
A vivir en un sueño que no duerme.

sábado, 22 de noviembre de 2008

Caretas

Hay un demonio dentro de mí al que a veces le resulta muy difícil callarse.
La cortesía excesiva me hiere tanto como la grosería, ambas son el extremo de una misma cosa.
La constante pose de dulzura o la sonrisa postiza me irritan. Hay que ser más permisivo con los defectos. Las meteduras de pata nos hacen más humanos, al igual que las ojeras y nuestros peores gestos, esos que, a veces, cazan las fotografías... Porque somos, a la vez, lo peor y lo mejor.
Desconfío de todo aquello - y todos aquellos- que siempre permanecen inalterables. No me creo la fortaleza del que nunca muestra sus debilidades ni la serenidad del que jamás pierde los papeles. No me creo la felicidad completa ni tampoco la infelicidad del que va de mártir.
Me gusta la gente inestable, cambiante como un carrusel. La que lo mismo ríe que llora, la que es tan valiente como para confesar sus debilidades e, incluso, sus mezquindades.
La que se lava la cara por las mañanas y unos días se gusta y otros no. La que define lo que es mucho más allá de sus logros o profesiones.
La que no necesita destacar en nada concreto para ser enormemente grande.

domingo, 16 de noviembre de 2008

Manos

No me compres las manos, que son libres.
Que tienen tanta sal entre los dedos,
tantas muertes pegadas a las uñas
que su única ambición es el silencio.

domingo, 9 de noviembre de 2008

Islas

Yo no sé lo que dura mi silencio,
lo llevo en la piel,
agarrado a los poros
como una enfermedad que no se cura.

Hasta que llegues y me nombres.
Y la voz se haga luz,
una luz que se coma las ciudades.

Un sonido tan grande como el mar.

Para que yo me tienda sobre tu isla
y todo el agua se nos quede dentro.

viernes, 7 de noviembre de 2008

Madurez

Yo no sé que es la madurez y, además, es una palabra que no me gusta porque la gente suele equivocarse cuando la nombra. Alguien maduro es alguien serio, triste, centradísimo, con la capacidad de descubrir agotada. En cierta forma, es alguien que se aproxima a la muerte. No pido esa madurez que me espanta pero sí la madurez de los ojos abiertos, del saber plantarse cuando hace falta. Del hoy se acabaron las risas y toca ser serio y afrontar los problemas. La madurez de sigo para adelante y lo hago con arruguitas de risa y llanto en los ojos. En fin, que me lié.

jueves, 6 de noviembre de 2008

No hay luz

La luz es un invento de los ojos,
la excusa de los párpados
para esconder el miedo de la noche.

Porque el dolor nocturno nos condena
a la orfandad del tiempo.

Al instante que nace de la sombra
y en la sombra pervive.

miércoles, 5 de noviembre de 2008

Obama

A lo mejor soy todavía una ilusa pero estoy muy, muy contenta de que haya ganado las elecciones Obama. No es que crea que el mundo va a cambiar de una manera apreciable pero es que a estas alturas me conformo con que cambien, al menos, las pequeñas cosas, los pequeños gestos. Que la lista de prioridades se altere. El no lo sabe pero tiene una enorme responsabilidad, no sólo con su país, también con el resto del mundo. La responsabilidad de la esperanza.

lunes, 3 de noviembre de 2008

Pronombres

Yo me condeno a las ciudades solas,
a las tardes calladas,
al teléfono mudo.

A volver a escribir que siento miedo
de la torpeza insomne de mis ojos.

Tal vez en mi destino los pronombres
duren sólo el instante de la luz.

Y después el olor de las palabras
alimentando el hambre.

jueves, 30 de octubre de 2008

Mobbing

Me he estado informando sobre el acoso psicológico en el lugar de trabajo y es un tema mucho más complicado de lo que parece. Aunque estés seguro de sufrirlo si no puedes presentar pruebas todo se queda en agua de borrajas.
Las pruebas, en este tipo de casos, no son otras que los testigos y nadie (o casi nadie) está dispuesto a comprometer su puesto de trabajo para mezclarse en un asunto así.
Al final, el acosador acaba saliéndose con la suya. Logra que desees abandonar un trabajo que te has ganado a pulso y que te mereces por derecho propio.
Y todos los que lo saben miran para otro lado o se limitan a ofrecerte un apoyo verbal que de poco o nada sirve.Al final, estás solo.
Todo se reduce a "es tu palabra contra la suya". Los consejos que se reciben son del tipo: si has aguantado x, sigue aguantando. O: negocia tu despido. O: no te metas en líos con la crisis.
Te llevas muy bien con tus compañeros, trabajas estupendamente en equipo, te preocupas por el desarrollo de los demás, empatizas con los problemas laborales de los otros, caes bien sin esforzarte gran cosa... Y resulta que esa es precisamente la personalidad tópica de la víctima en los casos de psico-terror en el trabajo.
Y hay días que te indignas y quieres luchar y días, la mayoría, que aceptas que has perdido y lo único que quieres es volver a dormir bien y perder de vista una situación que te genera estres durante ocho o diez horas al día.

miércoles, 29 de octubre de 2008

Días de agua

Es el rastro del agua el que persigo.
Allí busco el futuro cuando encienden
las noches sus rincones de miseria.

Tengo relojes rotos en el vientre.
En los ojos los números del miedo.

Y en la piel se me posan los relatos
de un hambre que se pega a la garganta.

Noche

La noche no sucede en las ventanas.
Espera que la llame tu silencio
para empezar a ser
el destino que apaga las ciudades.
La sombra que se duerme sobre el mundo.

Mi crisis particular

No hay manera de ahorrar. Llevo todo el mes yendo a trabajar en autobús, sin casi salir, sin mirar ropa, he prescindido hasta de la peluquería, y va y se rompe la caldera justo el día que bajan las temperaturas en Madrid a siete grados. Me río de todo porque no queda otra. Me había propuesto ir al fisio una vez cada quince días para no dejar que mi espalda me siga provocando insomnio pero me temo que tendré que resignarme a las contracturas de por vida... Intento llevar con buen ánimo el panorama que se me presenta pero tal vez no sea tan gracioso. Mi empresa va a despedir a la mitad de la plantilla a finales de año y dada la relación nefasta que tengo con mi jefe lo más probable es que me encuentre en esa lista. Nunca he estado en el paro. Será una experiencia nueva. Curioso: estoy cero asustada. Incluso a ratos me atrae la idea...
 

sábado, 18 de octubre de 2008

Lo que hacemos a diario

Llevo meses esperando quedarme sin trabajo. Puede sonar a disparate en los tiempos que corren tener ese deseo.
Pero sueño con un año sabático, con una estancia prolongada en Marruecos... con la libertad de disponer de mi tiempo un lunes o un jueves.
Con abandonar el mundo empresarial al que nunca debí dedicarme porque siempre he sido consciente de sus muchísimas miserias, de la clase de tipos y tipas que lo habitan... De cómo se pierde siempre la batalla si intentas transformar lo inevitable y hacer del trabajo un lugar cálido.
Lo que hacemos a diario nos marca a fuego. A veces nos vuelve mezquinos y nos obliga a participar de la mediocridad.
Nos convierte en lo que nunca quisimos ser... La vida es demasiado corta para perder el tiempo siendo un número.



La belleza es un lugar

Quise llegar allí donde el miedo no habita
- ni la edad de las sombras,
ni las fechas-.

Quise ganarle al vértigo
y subirme en zapatos de tacón
para alcanzar la luna.

Pero hay demasiadas mujeres como yo,
más altas, más valientes.

Y sólo estuve dónde no vive la belleza.

miércoles, 1 de octubre de 2008

No sé si odiar es malo

Detestar es una palabra grande, inmensa... desagradable, incluso. Quien más y quien menos se ha criado en la cultura "cristiana" que condena los malos sentimientos... poner la otra mejilla y esas cosas... Yo estudié con monjitas, soy una víctima de éso. Pero siempre recuerdo lo que una vez me dijo un amigo: a la gente hay que devolverle lo que te da multiplicado por dos (como mínimo). Si te da un abrazo, tú le das dos, si te da una patada en el trasero, tú otras dos.
No atravieso buen momento, sobre todo buen momento laboral. Durante diez horas al día mi vida es un infierno en el que detestar se ha convertido en el sentimiento protagonista.
Por primera vez le deseo el mal a alguien... detesto, odio y sé que el odio es un sentimiento inútil pero a veces libera.

domingo, 21 de septiembre de 2008

2666

Sus más de mil páginas pueden provocar pereza a la hora de enfrentar su lectura. Y así fue en mi caso (que, además, tengo un horario de trabajo salvaje). Pero, la aventura, merece la pena.
La novela tiene cinco partes.
El hilo que las une es el escritor alemán Benno von Archimboldi, desaparecido desde hace tiempo.
En la primera, "La parte de los críticos", cuatro profesores universitarios, obsesionados con su obra y con su personalidad, dan con una pista sobre su paradero que les conduce a la ciudad mexicana de Santa Teresa.
Allí conocen a un profesor universitario catalán que protagoniza la segunda parte, «La parte de Amalfitano».
Un periodista norteamericano va, casi accidentalmente, de Detroit a Santa Teresa a cubrir un combate de boxeo y descubre, también accidentalmente, los asesinatos de mujeres que se producen en la ciudad. Es «La parte de Fate».
De ahí, la novela se detiene en «La parte de los crímenes», donde se nos cuentan los numerosos asesinatos de mujeres que se están produciendo en la ciudad. Una ciudad, rodeada de basureros ilegales y de maquiladoras (fábricas) donde trabajan miles de emigrantes.
Por último, el libro se cierra con la biografía de Benno von Archimboldi. Es la quinta y última parte: «La parte de Archimboldi».
Un puzzle que nunca acaba de encajar.
Aficionada, como soy al cine, la novela me recuera a algunas películas, para mí de culto (Amores Perros, Babel, 21 gramos... ) en las que vidas, en apariencia inconexas, acaban coincidiendo en el más absoluto de los absurdos.
La aventura, repito, merece la pena.

sábado, 20 de septiembre de 2008

Cosas

Al alejarme siempre he pensado en el regreso,
en su lenguaje fosco. Por si nadie me espera.

Luis Muñoz



Abandoné el destello de una casa sin huéspedes.
Apagué las bombillas
y organicé la vida.

Pero las cosas,
firmes en su costumbre,
continuaron allí.

No supe corregir la suciedad.
Ni el polvo.

Puedo limpiar los restos de las noches,
abrillantar su suelo de madera
pero cuando las sombras me reclaman
las recibo.

Y la casa se abraza a la ciudad,
a un cepillo de dientes.
Al orden de lo viejo.

Sólo son cosas
pero impiden la marcha.

Rutinas

Yo sólo quiero
volver a esa rutina de manteles
que cuelga de las sobras de los días.

Apartar de sus labios las preguntas.

Ser la noche dormida.
El invierno encendido en las ventanas.
La boca que se esconde tras un verso.

Transcurrir por los meses sin zapatos.
Valiente
como un pez que le pierde el miedo al aire.

Y descalza y desnuda
fingir que la costumbre no es un túnel
que exige la derrota de la luz.

miércoles, 9 de julio de 2008

Un instante

Puede un rostro quedarse en la pupila
agarrado a un instante.

Recuperar su forma en la distancia
y convertirse en el cristal quebrado
al que se asoma el gesto de la luz.

Certeza que en los párpados desnuda
un minuto de sal.

Segundos que pregonan el verano
antes de regresar
a la ceguera innata de los ojos.

domingo, 6 de abril de 2008

Fugaz

Te han nacido en los hombros tres miserias,
tres heridas profundas que maldicen
con su peso las noches.
Que las hacen tan largas como el miedo.
Eres el hombre de rodillas rotas
al que los pájaros regalan picos
fugaces, sombras de palabras viejas.
Un invento que vierte su crueldad
en una habitación de la que escapa
ilesa hasta la muerte.

Al vientre

Al vientre no se llega entre las sombras.
Nadie conoce su perfil de dios,
nadie desnuda el hambre que le tiembla,
pálida, bajo el rostro del otoño.
Su fondo es líquido y sus dedos laten
como semillas que convocan vida.
Un instante de párpados abiertos
basta para encender el horizonte.

Esta vida

Pero vivir, amor, es mucho más que eso;
es crecer y dormir y envejecer contigo,
reñir y bromear, y no vernos a veces,
o vernos como extraños alguna madrugada.

Josefa Parra


Extrañar que tu brazo enrede el cuerpo
cansado de la noche,
cuando se alarga el vientre hacia tus manos
y responde un vacío
que transforma lo oscuro en una grieta.

Y saber que la vida
no es tenerte encerrado en mis miedos.

Que a veces esta vida es no mirar
como los años ciegan los espejos
y nos hacen tan débiles
que ya no espero nada de tu olvido.

Porque no sé nombrarme sin sentir
vergüenza del pasado,
sin oler en tu boca besos muertos.

Ningún nombre

Me levanto si el día me recuerda
que tengo que limpiar la oscuridad
que nos dejó la noche.
Ese pozo infectado de sonidos
a los que llega el hambre repetida.
Esa rabia que oculta entre la alfombra
el miedo a no decir lo que se siente.
Yo no le temo a los que nombran nombres.
Yo puedo sonreír cuando me doblan
el destino en un gesto.
Y volver a decir que, entre mis manos
y yo, duerme la sombra de una página
que no escribe ningún verbo en sus líneas.

El final

Se acordó de su casa,
la vieja residencia del amor
y sintió el corazón necesitado.

Francisco Brines


En aquella misión puso el empeño
de los necesitados.
Tenía dos razones para el mar
y una para la tierra.
Eligió ser comido por los peces.
No quiso ser ceniza
ni alimentar la sombra de los árboles.
Hubiera deseado un cielo gris,
un infinito azul lleno de pájaros
pero lo que no vuela se detiene
al final en el polvo.
Y él no quería el miedo para siempre.

Siempre

Cada vez que una noche se me posa
entre los párpados,la luz se enciende.

Siempre le gano la batalla al negro
instante al que otros llegan con la rabia
convertida en un rayo que destruye
lo que toca.

Siempre comprendo al que me busca en máscaras
de lo que no soy.

Su vientre está tan cerca
que es el hogar que me respira,
aunque huya de su voz y su sonido rapte
la semilla que brota en mi silencio.

sábado, 6 de octubre de 2007

Como amo a la palabra

Amarte, como amo a la palabra
antes de que se convierta en silencio.
Quererte como se quiere a las cosas
que nos predecían sobre el destino
amargo de nuestras ciudades.
Nombrarte ante los espejos opacos
que adivinaban tu lentitud ciega.
Y seguir apoyando tu apellido
en la soledad de mi nombre.
Seguir siendo palabra
sobre las calles ensordecidas
por el ruido de un amor huérfano de vientres.
Y amarte, roto,
con esa clase de amor,
desnudo,
que se abraza a tu nombre en las cenizas
para salvarte de lo que eres:
un lugar desde el cual mirar la noche.

lunes, 17 de septiembre de 2007

Si el hombre pudiera decir lo que ama

Si el hombre pudiera decir lo que ama,
si el hombre pudiera levantar su amor por el cielo
como una nube en la luz;
si como muros que se derrumban,
para saludar la verdad erguida en medio,
pudiera derrumbar su cuerpo,
dejando sólo la verdad de su amor,
la verdad de sí mismo,
que no se llama gloria, fortuna o ambición,
sino amor o deseo,
yo sería aquel que imaginaba;
aquel que con su lengua, sus ojos y sus manos
proclama ante los hombres la verdad ignorada,
la verdad de su amor verdadero.

Libertad no conozco sino la libertad de estar preso en alguien
cuyo nombre no puedo oír sin escalofrío;
alguien por quien me olvido de esta existencia mezquina
por quien el día y la noche son para mí lo que quiera,
y mi cuerpo y espíritu flotan en su cuerpo y espíritu
como leños perdidos que el mar anega o levanta
libremente, con la libertad del amor,
la única libertad que me exalta,
la única libertad por que muero.

Tú justificas mi existencia:
si no te conozco, no he vivido;
si muero sin conocerte, no muero, porque no he vivido.

Miseria de la poesía

La lenta concepción de una metáfora
o bien ese temblor que a veces queda
después de haber escrito algunos versos
¿justifican una vida? Sé que no.
Pero tampoco ignoro que, aun no siendo
cifra de una existencia, esas palabras
dirán que quien dispuso su armonía
supo ordenar un mundo. ¿Y eso basta?
Los años van pasando y sé que no.
Hay algo de grandeza en esta lucha
y en cierto modo tengo
la difusa certeza de que existe
un verso que contiene ese secreto
trivial y abominable de la rosa:
la hermosura es el rostro de la muerte.
Si encontrase ese verso, ¿bastaría?
Tal vez no. Su verdad, ¿sería tanta
como para crear un mundo, para darle
color nuevo a la noche y a la luna
un anillo de fuego, y unos ojos
y un alma a Galatea, y unos mares
de nieve a los desiertos? Sé que no.

miércoles, 12 de septiembre de 2007

Elogio de la sombra

La vejez (tal es el nombre que los otros le dan)
puede ser el tiempo de nuestra dicha.
El animal ha muerto o casi ha muerto.
Quedan el hombre y su alma.
Vivo entre formas luminosas y vagas
que no son aún la tiniebla.
Buenos Aires,
que antes se desgarraba en arrabales
hacia la llanura incesante,
ha vuelto a ser la Recoleta, el Retiro,
las borrosas calles del Once
y las precarias casas viejas
que aún llamamos el Sur.
Siempre en mi vida fueron demasiadas las cosas;
Demócrito de Abdera se arrancó los ojos para pensar;
el tiempo ha sido mi Demócrito.
Esta penumbra es lenta y no duele;
fluye por un manso declive
y se parece a la eternidad.
Mis amigos no tienen cara,
las mujeres son lo que fueron hace ya tantos años,
las esquinas pueden ser otras,
no hay letras en las páginas de los libros.
Todo esto debería atemorizarme,
pero es una dulzura, un regreso.
De las generaciones de los textos que hay en la tierra
sólo habré leído unos pocos,
los que sigo leyendo en la memoria,
leyendo y transformando.
Del Sur, del Este, del Oeste, del Norte,
convergen los caminos que me han traído
a mi secreto centro.
Esos caminos fueron ecos y pasos,
mujeres, hombres, agonías, resurrecciones,
días y noches,
entresueños y sueños,
cada ínfimo instante del ayer
y de los ayeres del mundo,
la firme espada del danés y la luna del persa,
los actos de los muertos,
el compartido amor, las palabras,
Emerson y la nieve y tantas cosas.
Ahora puedo olvidarlas. Llego a mi centro,
a mi álgebra y mi clave,
a mi espejo.
Pronto sabré quién soy.

viernes, 7 de septiembre de 2007

En letras

He extendido las letras en la tarde
esperando que llegues a mi verbo.

Deletreo tu nombre en la paciencia
y rozo con los dedos las palabras.
Trazo enes de "no estás"
y aminora la ausencia su destino.

Columpio diccionarios sobre las avenidas
y los significados se hacen grandes.
Consuelan la mirada
y la conducen dónde quiere estar
-muy lejos,
o cerca si es tu gesto el que saluda
mi nombre tras la lluvia-.

Te encierro en letras
regalándote el rostro de una sombra.

Me empino sobre el signo que te escribe
y, en silencio, te beso.

Tiempo perdido

De ti sólo guardo nombres vacíos.
Las sobras quietas de una sensación
que se detuvo en el perfil del mundo.
No siempre fue así, claro.
No lo fue durante aquel largo invierno,
cuando bajo tu axila se escondía
el sudor antiguo del mundo
y tu ojos eran un charco
en el que ahogar cada noche la rabia.
Mi mirada hizo de ti lo que no eras.
Y no eras el libro cerrado
que hoy reposa su cansancio en mi vientre,
implorando la sombra de un beso que no existe.
Antes, eras la paciencia del agua
por eso no sé si mi nuevos ojos
podrá mirar sin miedo
el rostro de un tiempo perdido.

domingo, 12 de agosto de 2007

Dale recuerdos al tiempo

Quise reencarnarme en un trazo
que dividiera en dos la perfección
de los abecedarios.
Dale siempre recuerdos al tiempo de mi parte
porque, con una sola letra,
levantó ventiscas en la costumbre
de masticar la noche a solas.
Dile a esa frase sin terminar
que multiplique el efecto sonoro
de nuestro yo más incompleto.
No es suficiente recrear palabras
para acallar el ritmo
de unas horas que sólo dibujaron carencias.
Y, de nuevo, trazar interrogantes
ante ese porvenir de aguas saladas
que no anuló el efecto de los jueves.
- Huir, tarde, de las sombras.-
Dile al diptongo de mi boca sobre tu boca
que traduzca el sabor de mi saliva
en el trazo imposible de un mañana.

Resumir

Mientras un mosquito destruye su hora
en nuestro oído,
yo recuento los dedos de tu mano
intentando resumir
los días que no están.
Pero sigo sin saber si es amor
o sólo la cosquilla de un estómago
con hambre.

martes, 17 de julio de 2007

Cuando llegues

Cuando llegues, aunque parezca tarde,
te diré que eras la lluvia esperada. Supongo que hará frío
y que las monedas habrán gastado sus nombres.
Supongo que un ojo parecerá mudo
y que los mapas, abrasados, bajo agosto
helarán el rastro de abril
-todo lo que no fue posible-.
Llegarás, aunque, tal vez, sea tarde.
Tan tarde,
tan sombra y tan peligro.
Tan frágil y tan suceso,
como la proximidad de la muerte.
Llegarás.
Y tú, que pareces tan importante,
te apoyarás sobre mi nombre vano.
Y empezarás a estar.
Tan débil, tan roto, tan amarillo
como mi derrota solitaria ante los lunes.

domingo, 15 de julio de 2007

No lo ves?

Mira las heridas de mis rodillas,
con ese gesto inclinado de párpados
que sólo se desnuda en la ceguera.
Estoy muerta, no ves que tengo frío?
Mis manos se estudian sobre las tardes,
son manos de hielo
bajo el destino autista de tu vientre.
Aún tengo frío
y colegios rotos sobre la boca.
Soy pequeña, no lo ves?
A penas una niña
que se niega a crecer en las aceras.
Tengo frío y tal vez algo de miedo
(a no encontrarte).
Se rozan el frío y la soledad,
los lugares que nos vieron sin ojos,
las trampas de los años.
Roza el mundo un reloj que marca tiempos.
Pero yo sigo siendo una niña, no lo ves?

Thelma & Luise




Thelma es un ama de casa que vive una existencia anodina junto a Darryl, su marido, un machista redomado detestable que la trata como a una niña. Louise trabaja como camarera en una cafetería mientras anhela que Jimmy, su novio músico, le pida matrimonio. Las dos deciden que lo que necesitan es un fin de semana alejadas de la rutina, y emprenden un viaje en el Thunderbird descapotable de 1966, propiedad de Louise. Durante su escapada, alcanzarán un punto sin retorno a partir del cual irán descubriendo nuevas perspectivas sobre la vida que desconocían hasta entonces.

Desayuno con diamantes



Basada en la novela de Truman Capote, Desayuno con diamantes se ha convertido con los años en una de las películas más emblemáticas de los años 60.
Bajo la apariencia de una comedia romántica se encierra una crítica clara contra las clases sociales más acomodadas y de lo que algunas personas llegan a hacer para ganarse un hueco entre los primeros.



Y tu mamá también




 

21 gramos





Tengamos o no miedo a la muerte, ella siempre llega, y en ese momento nuestro cuerpo pierde veintiún gramos de peso. ¿Acaso el alma de una persona pesa veintiún gramos? ¿Es ese peso absorbido por los que nos sobreviven?



sábado, 14 de julio de 2007

Deliciosa Martha






 

Lo importante es amar




Un fotógrafo free-lance se cuela en el rodaje de una película porno para robar las instantáneas de una actriz . Ésta advierte su presencia y le pide que no se las haga puesto que "es una actriz seria que hace esto para comer". A pesar de que la actriz está casada con un coleccionista de fotografías de cine él no consigue olvidarla; pide dinero prestado a un hampón y financia -en secreto- una obra de teatro que puede suponer un espaldarazo a la carrera de ella.

Empieza así una de las historias de amor más locas del cine europeo.

viernes, 13 de julio de 2007

O vivir en tu vientre

Mi sofá orienta su nombre hacia Roma.
Quiere recordar sus calles
cuando te abrazo sobre los muebles viejos.
Cuado araño en ti el espejismo del dolor,
las palabras que, apenas, nombraron luz
y esa trampa seca de los raíles
que observan el recorrido del tiempo.
Yo observo la lentitud del mundo desde tu hombro.
Cuando te miro,
mis dedos ya no recorren los mapas,
se detienen, lentos, sobre la aurora.
Pudieran apagar en ti la edad.
Rescatarte de las ciudades muertas,
de esa antigüedad de árboles sin nombre
que predicamos desde la ventana.
Como si fuera posible morir
en los espejos.
O vivir en tu vientre.

sábado, 23 de junio de 2007

Nada sé

Con cambiarte de traje, te cambio también de alma.
( No adivinas mi angustia. No sé casi quién eres. )
Gabriel Celaya

Quién se esconde bajo ese rumor de noche.
Nada sé de él. Que respira.
Que sus miedos me espiaban
desde la diferencia de los días lluviosos.
Sé, a penas, lo que me enseñó su cuerpo,
su voz en los telegramas.
Nada sé de él.
Que recorre los libros y huele a mar,
a latidos rotos sobre febrero.
Sé que sus lápices pintaban veranos
en los pasillos vacíos.
Pero no entiendo su dolor urgente
ni esa rutina que le impide acercase a mí.
Nada sé de él por eso huyo de una tristeza
que ya no me inspira cafés. Ni versos.

domingo, 17 de junio de 2007

La ceguera

Te protejo del tiempo, si me dejas,
si me nombras azul en las palabras.
Ajena pero próxima a las nubes,
lamiendo los nombres en tu dolor.
Te protejo de la lluvia de marzo
y de las ciudades abortadas en el tiempo.
Te hago sombra en los círculos,
mientras mis ojos miran tu costumbre.
Pero es pequeña mi mirada. Y antigua.
No sirve para vivir.
Ni para salvar a la noche.
Es sólo una mirada de ventanas abiertas,
de tráfico pasajero.
Un ojo abrazado a la piel de los insectos
para morir.
O para definir la ceguera de los hombres.

La pregunta

En la noche avanzada y repetida,
mientras vuelvo bebido y solitario
de la fiesta del mundo, con los ojos muy tristes
de belleza fugaz, me hago esa pregunta.
Y también en la noche afortunada,
cuando el azar dispone un cuerpo hermoso
para adornar mi vida, esa misma pregunta
me inquieta y me seduce como un viejo veneno.
Y a mitad de una farra, cuando el hombre
reflexiona un instante en los lavabos
de cualquier antro infame al que le obligan
los tributos nocturnos y unas piernas de diosa.
Pero también en casa, en las noches sin juerga,
en las noches que observo desde esta ventana,
compartiendo la sombra
con el cuerpo entrañable que acompaña mis días,
desde esta ventana, en este mismo cuarto
donde ahora estoy solo y me pregunto
durante cuánto tiempo cumpliré mi condena
de buscar en los cuerpos y en la noche
todo eso que sé
que no esconden la noche ni los cuerpos.

sábado, 16 de junio de 2007

Alto jornal

Dichoso el que un buen día sale humilde
y se va por la calle, como tantos
días más de su vida, y no lo espera
y, de pronto, ¿qué es esto?, mira a lo alto
y ve, pone el oído al mundo y oye,
anda, y siente subirle entre los pasos
el amor de la tierra, y sigue, y abre
su taller verdadero, y en sus manos
brilla limpio su oficio, y nos lo entrega
de corazón porque ama, y va al trabajo
temblando como un niño que comulga
mas sin caber en el pellejo, y cuando
se ha dado cuenta al fin de lo sencillo
que ha sido todo, ya el jornal ganado,
vuelve a su casa alegre y siente que alguien
empuña su aldabón, y no es en vano.

viernes, 15 de junio de 2007

Te amo por ceja

Te amo por ceja, por cabello, te debato en corredores
blanquísimos donde se juegan las fuentes de la luz,
te discuto a cada nombre, te arranco con delicadeza de cicatriz,
voy poniéndote en el pelo cenizas de relámpago
y cintas que dormían en la lluvia.
No quiero que tengas una forma, que seas
precisamente lo que viene detrás de tu mano,
porque el agua, considera el agua, y los leones
cuando se disuelven en el azúcar de la fábula,
y los gestos, esa arquitectura de la nada,
encendiendo sus lámparas a mitad del encuentro.
Todo mañana es la pizarra donde te invento
y te dibujo,pronto a borrarte, así no eres,
ni tampoco con ese pelo lacio, esa sonrisa.
Busco tu suma, el borde de la copa donde el vino
es también la luna y el espejo,
busco esa línea que hace temblar a un hombre
en una galería de museo.
Además te quiero, y hace tiempo y frío.

miércoles, 13 de junio de 2007

Son sólo manos

Si mis manos fueran águilas
alimentarían tu boca hambrienta,
poblarían las islas de animales
y vencerían los años.
Pero mis manos son pequeñas,
aprisionan el vuelo de los lápices
pero cuando quieren llegar más lejos
se detiene su fuerza.
Nada esperan de las calles vacías.
Se esconden
tras las postales antiguas,
tras la letra uniforme de la infancia.
Son sólo manos que se rinden
sobre el tacto de los relojes.

De tanto mirar

De tanto mirar, rondé la ceguera.
Y la vida, esa rata con nombre de dolor,
despertó entre el apetito del tiempo.
Antes de hoy, yo ya rompía las horas.
Lo que ves es sólo un resumen gris
de los vestidos que desnudaron mis veranos.
Lo que ves no es lo que soy.
Llegué a ti desde la fatiga de los espejos,
desde el cansancio.
Desde el error de los relojes.
Desde el balcón que se asoma
sobre la pereza de los tejados.
Llegué para huir.
Y respiré azul en las azoteas
sin recordar
que, detrás de las ciudades,
aún residían los nombres sin patria.
Miré tanto que sacudí la luz
sobre la única verdad no borrada.

viernes, 8 de junio de 2007

He roto el lunes

Para que tú me vieras rompí el lunes.

Salté sobre mi sombra
para hacerle cosquillas a la noche.

Quise ser yo:
un paisaje de arena
una postal de alambre sobre el miedo.

Elegí para ti la desnudez.
No el artificio,
no las sombras,
no el misterio.

La verdad que pronuncia lo que soy.
El despojo de un gesto
que en los ojos encuentra su lenguaje.